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Sucesión de los dalái lamas: ¿cómo escogen a los niños en el Tíbet?

29 Oct 2017 – 05:00 PM EDT
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Uno de los procesos más intrigantes para las personas en el mundo occidental es el de la sucesión de los dalái lamas, quienes son elegidos desde muy pequeños y representan una incesante reencarnación de esta importante figura del budismo tibetano. En realidad, según esta escuela de pensamiento, el dalái lama no se elige, sino que se encuentra. Es una búsqueda que llevan a cabo los lamas y altos dirigentes del gobierno tibetano tras la muerte de su líder máximo.

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Bases del budismo tibetano

El budismo tibetano es una variante del budismo que evade la pura reflexión filosófica para centrarse en los procesos de meditación y contemplación. Es una práctica que incorpora el yoga y las disciplinas tántricas para alcanzar la iluminación.

Basados en las ideas de la reencarnación y el valor de la mente humana como fuente de todas las cosas, los budistas de esta corriente tienen como meta lograr el control de la energía esencial que anima la existencia. Los seres que completan el viaje con éxito son los llamados Bodhisattvas. Dentro de ellos destacan los tulkus, quienes han trascendido la influencia del karma y controlan el tiempo y lugar de sus futuros nacimientos. Dalái lama sería una de estas criaturas luminosas.

Dalái lama en la filosofía del budismo tibetano

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Niños budistas
Crédito: Shutterstock

Para los budistas del Tíbet, dalái lama sería este ser supremamente iluminado que logra manejar su dinámica eterna en el universo. Por tanto, no solo muere, sino que practica la muerte y el renacimiento de manera consciente. En el momento de morir, habría una transferencia de la conciencia hacia una de las formas de Buda y la reencarnación siguiente sería a propia elección, esto es, elige el cuerpo en el cual renacerá.

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¿Cómo escogen a los niños para dalái lamas?

La búsqueda del niño que representará al dalái lama una vez muere el cuerpo del anterior es responsabilidad de los altos lamas del Tíbet y del gobierno de esta región. Es un proceso que puede tomar varios años, usualmente dos o tres, aunque el último demoró cuatro.

Para comenzar el proceso, los dirigentes tibetanos consultan un oráculo, vidente oficial que les ofrece los nortes sobre el posible infante a elegir, pero también pueden tener sueños o visiones que complementen esa información. Con frecuencia, se van a meditar al Lhamo LaTso, lago sagrado del Tíbet, y esperan por una visión que les indique dónde deben buscar. Y es que, según la leyenda, allí habita un espíritu femenino guardián del lago que le prometió al primer dalái lama proteger el linaje de la reencarnación.

Por otra parte, cuando el viejo dalái lama fallece y su cuerpo es cremado, los líderes tibetanos observan hacia dónde se dirige el humo, pues creen que es una señal de quién será el próximo reencarnado. Una vez que se realizan todos estos rituales, se escoge al niño hacia el que conduzcan las señales y se le aplican algunas pruebas secretas para asegurarse de que es el verdadero renacido.

Finalmente, se realiza la prueba principal, que sería presentarle al menor un conjunto de artículos para que elija cuáles de ellos pertenecieron al dalái lama anterior. Cuando pasa todas las pruebas, el niño se confirma con ritos y figuras religiosas, y se le informa al gobierno central del Tíbet. Tanto el pequeño como su familia son llevados a estudiar la línea budista para que este reaprenda el conocimiento acumulado en vidas previas y se prepare para el liderazgo espiritual de su pueblo.

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Futuro del dalái lama

Desde la invasión China en 1949 y la represión a los tibetanos, el dalái lama ha estado en el exilio. Este líder ha dicho que quizás no vuelva a renacer y, de hacerlo, es posible que sea en otro país vecino con similar cultura. Se ha cuestionado incluso continuar siendo un tulku, o sea, renacer nuevamente. Piensa convocar a sus más cercanos eruditos budistas cerca de su muerte para tomar la decisión pertinente. En 1991, opinó que quizás reencarnaría en un insecto o animal que pueda ser valioso para la mayor cantidad de seres sensibles. 

Cuál será el futuro de los dalái lamas es algo que todavía no puede saberse. En cualquier caso, según la tradición tibetana, los niños, más que elegidos, serían siempre encontrados, pues en esa voluntad de renacimiento reside la filosofía de esta escuela de pensamiento budista.

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