La arquitectura islámica se ha expandido por toda África dejando un importantísimo legado que sigue vivo hasta hoy en muchísimos países de ese continente. Muchas de estas muestras son verdaderas maravillas, y una de ellas se ubica en Mali, más concretamente en la ciudad de Djenné.
Me refiero a la Gran Mezquita de Djenné, que ha sido denominada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO hace diez años, y que tiene el orgullo de ser una de las más importantes mezquitas musulmanas del mundo entero y por supuesto una de las más emblemáticas construcciones africanas.
Originalmente la mezquita se construyó sobre los restos de un templo del siglo XIII que ejercía gran influencia religiosa sobre la región, y que delegó sus poderes en la mezquita que conocemos actualmente.
Se trata de un ejemplo muy preciado de la arquitectura islámica, que muestra la austeridad de dicha vertiente arquitectónica y que se yergue sobre ladrillos de arcilla y adobe que no por su monotonía dejan de demostrar la monumentalidad de la mezquita.
La importancia, belleza, respeto y admiración por la mezquita trasciende fronteras, e incluso continentes. En Francia se ha levantado una réplica de la misma, lo cual es una muestra de que estamos en presencia de un edificio más que descomunal.
Vía | IslamicArchitecture