
Muchas de las maravillas tecnológicas de nuestro mundo tienen tras de sí el trabajo de la mente de hombres brillantes. A principios del siglo XX, en 1903, nace en Budapest, actual capital de Hungría, un niño en el hogar de una familia judía acomodada: John von Neumann.
Janos, como era su nombre de pila, destacaba entre sus compañeros de escuela por tener una mente despierta y atenta a todo cuanto sucedía. Ante el gran talento del muchacho para las ciencias exactas, principalmente para las matemáticas, su padre decide contratar un tutor privado para que lo adoctrine.
Una mente inquieta
Los problemas matemáticos y físicos eran lo que más le interesaban al joven estudiante universitario, que se doctoraría finalmente en matemáticas con una tesis brillante sobre los números ordinales. En Europa, Janos fue atento alumno de David Gilbert y Albert Einstein, durante sus cursos respectivos en las universidades de Berlín y Zurich.
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Luego de viajar a Princeton, se radica en los Estados Unidos donde cambia su nombre Janos a John conservando su apellido. Allí comenzará a demostrar su brillante intelecto en distintas investigaciones encargadas por el gobierno americano, entre estas el desarrollo del proyecto Manhattan.
Investigaciones de Von Neumann
A parte de sus colaboraciones para el desarrollo de la bomba atómica, Von Neumann se interesaba particularmente en las matemáticas euclidianas, en las teorías de Georg Cantor sobre los conjuntos. De igual manera Von Neumann se interesó por la axiomatización de las matemáticas y por la lógica de los juegos de estrategia.
Dentro del campo de la lógica computacional, es fundamental su aportación en la forma de la conocida como arquitectura de Von Neumann, que en breves palabras es la ruta que se traza en un sistema de una unidad central de proceso CPU, para acceder a los datos de manera óptima.
Aportes a la robótica
Este concepto que el genio de von Neumann comenzó a fraguar a finales de los años cuarenta, era el culmen de la perfección de la automatización de un sistema. Su idea de los autómatas celulares, consistía básicamente en una máquina que sería ella misma la célula primordial, de la cual se partiría para construir replicas idénticas y de manera totalmente autónoma.
Sin embargo, Von Neumann no pudo ver cumplido su sueño pues murió en 1957. Las teorías desarrolladas por este genial científico, hoy casi seis décadas después de su muerte, parecen tan frescas como la trama de Matrix o Yo Robot.
¿Sabías algo de John von Neumann? ¿Crees que merece un lugar entre los grandes científicos de la historia?