En la costa occidental de Grecia, algo más alejada de los famosos circuitos por las Islas Griegas, se encuentra Corfú, la joya del Mar Jónico una isla alimentada de numerosas leyendas de la mitología griega y que, tras haber pasado por la posesión y guerras de varias culturas a lo largo de la historia, se ha convertido en uno de los obligados de nuestro paso por Grecia.
La isla de Poseidón

Cuenta la leyenda de la mitología griega que el dios del mar, Poseidón, raptó a Córcira (hija del rey Asopo y una ninfa), llevándola a una isla desierta del mar Jónico a la que bautizó con su nombre como regalo de nupcias y que mutó en otros muchos a lo largo de la historia como Kórkyra, y posteriormente Kérkyra. La Odisea de Homero también hace referencia a Corfú como lugar al que llegó Ulises, quien encontró a Nausica, hija del patriarca feacio que dominaba la misma en aquel entonces y que le hizo recorrer la isla para mostrarle su belleza y encanto.
Siglos después de las referencias de Homera, Corfú fue invadida por Venecia durante dos siglos defendiéndose de un dominio otómano que nunca llego a consquistarla. Durante las Guerras Napoleonicas de finales del siglo XVIII, la isla pasó al dominio británico, quienes anexionaron el territorio al resto de Grecia en 1864. La última etapa de la II Guerra Mundial alcanzó la isla, bombardeando y reduciendo a escombros algunas de las principales construcciones.
El resultado de su historia la convirtieron en la última ciudad forticacada de Grecia, quien la nombró Ciudad de los Castillos (Kastrópoli) para posteriormente ser nombrada Patrimonio de la Unesco en 2007.
Encanto mediterráneo

El atractivo de Corfú reside en la perfecta combinación de encantadores pueblos con algunas de las playas más asombrosas del Mediterráneo, principalmente concentradas en la costa oriental y dividas por bosques de pinos, acantilados y zonas turísticas, las cuales atraen a miles de turistas extranjeros en verano, tantos, que ni siquiera puedes encontrar carteles en griego entre sus calles.
La playa más famosa de Corfú es Kavos, principalmente visitada por británicos quienes festejan hasta altas horas de la noche en los muchos clubes y bares a lo largo de sus 3 km de extensión. Avlaki es la playa ideal para quienes busquen tranquilidad en aguas cristalinas y entorno semivirgen. Sidari, en la zona de Kerkira, está más orientada al turismo familiar mientras que la playa de Issos facilita la práctica de numerosas actividades deportivas.
Tras una jornada playera nada mejor que comer un típico plato griego como la famosa moussaka en alguna de las terrazas floridas con vistas al Mediterráneo y una copa de ouzo para darnos un último impulso para visitar el resto de la isla.
Más que playas
Además de los enclaves costeros, Corfú posee numerosas atracciones monumentales y culturales, destancando principalmente la fortaleza del pueblo de Corfú, dividida en la antigua y otra más moderna, ambas separadas por la bahía. Si nos asomamos a alguno de los miradores podremos tener una panorámica inigualable de toda la isla.
La famosa emperatriz Sissy vivía atormentada en Achilleion, una villa imperial de gran belleza con vistas al lago Chalikiopoulus y una exquisita ornamentación interior. Las ruinas del mercado de Corfú también son una parada obligada, donde podemos encontrar los restos de un ágora, el templo dórico Kardaki y baños romanos. Por último, no pierdas algunas de las 64 iglesias que salpican la isla de historia y encanto histórico mediterráneo.
Corfú es una isla, firme competencia de las del Mar Egeo, cuya combinación de numerosas influencias culturales y playas de ensueño la convierten en el destino emergente que comienza a ser hoy en día. Prueba hasta el último plato griego, encuentra tu playa ideal y déjate seducir por la última parada de Ulises.
¿Has estado en Corfú? ¿Cuál es tu isla griega favorita?