Si tu próximo destino es Turquía, uno de los lugares que sí o sí debes visitar es la Mezquita Azul, la mezquita más famosa de Estambul. Todos los fanáticos del turismo arquitectónico y seguidores del turismo religioso no pueden perderse de esta imponente construcción realizada a comienzos del siglo XVII por encargo del Sultán Ahmed e inaugurada en 1617 bajo el gobierno de Mustafa I.
Si bien su nombre oficial es la Mezquita del Sultán Ahmed, este lugar de culto de la religión islámica es popularmente conocido como la Mezquita Azul debido al color que reina en los más de 20 mil azulejos que decoran la cúpula y la parte superior de la mezquita. Otro rasgo que destaca a la Mezquita Azul son los jardines que la rodean en su exterior por sobre los que se emergen los seis minaretes que adornan el edificio.
Para ingresar a la mezquita, todos deben quitarse los zapatos y vestir la ropa adecuada; las mujeres, por ejemplo, deberán cubrirse el cabello y los hombros. Una vez que estemos listos, podremos ingresar a la Mezquita Azul y seguir descubriendo la belleza de su interior. Allí, nos deslumbraremos por su gran iluminación, gracias a sus 260 ventanales y las suntuosas lámparas de araña que cuelgan del techo, sus columnas y las alfombras que cubren todo el suelo. Todo el interior de la Mezquita Azul nos sumerge en una atmósfera especial.
La Mezquita Azul está abierta a todo el público en cualquier momento, excepto durante las oraciones de culto. Si te encuentras por allí, de paso puedes visitar la Iglesia de Santa Sofía, una de las atracciones más importantes de Turquía, situada justamente frente a la Mezquita Azul.
