Júpiter es el quinto planeta del Sistema Solar y el mayor de todos. Junto a Saturno, Urano y Neptuno, se le clasifica como un gigante gaseoso. Su masa es menor que la del Sol en unas milésimas, pero es dos veces y medio más pesado que la sumatoria de los demás planetas.
¿Cómo es el mundo de Júpiter?

Desde la Tierra se le divisa fácilmente y, después de la Luna y Venus, es el tercer cuerpo más brillante de nuestros cielos.
Compuestos
Para imaginarnos a Júpiter debemos saber que está compuesto por hidrógeno y tiene un cuarto de masa de helio, principalmente de materia gaseosa y líquida.
La atmósfera de Júpiter además contiene pequeñas cantidades de metano, vapor de agua, amoníaco y compuestos salicílicos. Su capa más externa posee cristales de amoníaco congelado.
Núcleo y superficie
Se cree que posee un núcleo rocoso compuesto de metales pesados. Gira muy velozmente, de manera que su forma es la de un esfera achatada.
Su superficie está diferenciada en dependencia de las latitudes, ello le confiere un ambiente dividido en bandas que provocan tormentas y múltiples fenómenos meteorológicos.

Clima
Desde el siglo XVII, es un saber de los astrónomos que en Júpiter se produce una tormenta llamada la Gran Mancha Roja.
Las capas de nube de Júpiter se dividen en dos zonas: una cubierta gruesa y otra superior mucho más clara. Su coloración es anaranjada y es causada por compuestos que cambian su color al estar expuestos a los rayos ultravioletas.
En Júpiter existe una polaridad del agua que provoca descargas eléctricas hasta mil veces más poderosas que las de la Tierra.
Órbita
Alrededor de este planeta se ubica un sistema planetario anillado y una magnetosfera muy potente.
Además orbitan 64 lunas, 4 de las cuales fueron descubiertas por Galileo Galilei, de ahí que sean llamadas lunas galileanas. El mayor de estos satélites es Ganimedes, con un diámetro mayor que el planeta mercurio.

Investigación
Este gigante ha sido explorado en diversas ocasiones por sondas robóticas, especialmente por las misiones Pioneer, Voyager y más tarde Galileo.
Los estudios han arrojado que existen escasas posibilidades de que exista la vida, tal cual la concebimos en la Tierra, pues sólo hay una cantidad mínima de agua en la atmósfera y las superficies sólidas se encuentran bajo la influencia de las grandes presiones.
Los planes futuros de las investigaciones jupiterinas incluyen el estudio de las cubiertas heladas del océano líquido de la luna Europa, espacios donde se especula que podría haber mayores condiciones para la vida.









