8 mitos y verdades sobre los pit bulls, una de las razas con la peor fama
Si hay un tipo de perro que despierta polémica, ese es el de los pit bull. Cuando se habla de razas agresivas, violentas y de las que debes tener cuidado (sobre todo si tienes hijos), son ellos. Pero en realidad se trata de animales que pueden ser tan pacíficos y cariñosos como cualquier otro.
Si en verdad le temes a estas mascotas o quieres tener uno, pero no te animas por lo que se dice de ellos, aquí te presentamos algunos de los mitos y verdades más comunes acerca de los pit bulls. Algunos de ellos están arruinando su reputación sin justificación alguna, y nuestra responsabilidad como sus amigos humanos es darles la voz que necesitan.
Pero comencemos con lo básico porque, a diferencia de lo que muchos imaginamos, los pit bull en realidad no son una raza.
¿Qué es un pit bull? ¿Existen diferentes tipos de ellos?

"Pit bull" es una palabra que se utiliza para denominar a los perros de pelo corto y con apariencia muscular, pero hasta ahí llega la definición. Como tal, cuando hablamos de un pit bull no nos referimos a una raza en concreto, sino a un animal que cumple con dichas características físicas.
Por lo general, las razas que suelen entrar dentro del espectro "pit bull" son: pit bull terrier americano, staffordshire terrier americano, staffordshire bull terrier y american bully. Como verás, se trata de canes con una apariencia fuerte y con grandes cabezas ligeramente cuadradas. También reciben el nombre de pit bull las cruzas que tienen una apariencia similar a la descrita con anterioridad.
Ahora que sabemos que la palabra "pit bull" es un término generalizado y basado sólo en un par de atributos físicos, veamos cuáles son algunos de los mayores prejuicios que deben enfrentar los perros que los presentan.
Mito 1: Los pit bulls no pueden ser entrenados, ni controlados

Si bien es una raza poderosa por su físico, pueden y deben ser entrenados desde cachorros para que obedezcan y lleven una vida familiar. Por ejemplo, un chihuahua también puede volverse rebelde y agresivo hacia los extraños si no es educado de forma correcta. La diferencia es que, como los pit bulls son más grandes y musculosos, son percibidos como animales potencialmente más peligrosos.
Mito 2: Una vez que cierran la mandíbula cuando muerden, no la pueden volver a abrir
El Dr. Lehr Brisbin de la Universidad de Georgia ha llevado a cabo algunas investigaciones sobre la morfología del cráneo de los pit bull. Aunque existen pocos estudios al respecto, los resultados han sido invariables y concluyentes: la mandíbula de los pit bull (aunque es de gran tamaño) no posee ningún tipo de mecanismo que la trabe y les impida volver a abrirla.
Mito 3: Los pit bulls son impredecibles, pueden atacar a su amo en cualquier momento
Ser impredecible es una característica que podría asociarse a casi cualquier animal, sobre todo porque no siempre comprendemos su comportamiento y la forma como se comunican. Pero en realidad, la agresión no llega sin aviso previo, pues cada vez que un perro muerde muestra señales de advertencia que indican qué es lo que va pasar; señales que pueden pasarse por alto si no se reconocen. Y esto ocurre en todas las razas.
Mito 4: Son demasiado agresivos
La agresión que podrían mostrar hacia otros perros, humanos o animales pequeños es igual a la que pueden tener las demás razas. Todo depende de cómo son criados. Los pit bulls están llenos de energía y son tan fuertes como ágiles. Perros así necesitan de dueños que les enseñen a desahogar ese potencial de forma sana y recreativa. Quienes los utilizan para peleas clandestinas, utilizan esas mismas características, pero de forma negativa.
De acuerdo con las estadísticas de la American Temperament Test Society, el 84.7 % de los pit bull terrier americanos pasaron una prueba de conducta. ¿Sabes qué razas obtuvieron resultados más bajos? El beagle (79.7 %), el shar-pei chino (71.0 %) y todas las variantes del dachshund, mejor conocido como perro salchicha.
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Mito 5: Sólo sirven para peleas de perros
Los pit bulls son muy buenos en diferentes trabajos, como la terapia, la caza y el rescate. Hoy en día hay miles de perros de esta raza sirviendo a la humanidad y haciendo felices a muchas personas. De hecho son excelentes perros para el hogar, siempre y cuando la familia sea tan activa como ellos. Como menciona el Centro de Rescate Villalobos, son animales amorosos que les encanta recibir atención y cariño de los humanos.
Mito 6: Están genéticamente creados para matar
Lo explicaremos con mayor detalle más adelante, pero uno de los argumentos más populares en contra de estos perros es que fueron creados para pelear y esa naturaleza jamás se les quita. Sí, es cierto que la raza fue desarrollada para conseguir canes fuertes y ágiles, pero eso no hace que todos los pit bulls tengan instinto asesino. Eso no se puede controlar mediante la reproducción. Más bien, si de alguien habla mal el origen de su historia, sería de los humanos, ¿no te parece?
Mito 7: Los pit bulls no sienten dolor
Esta es la excusa que suelen decir los dueños que los usan para pelear, sobre todo cuando deciden recortarles las orejas y la cola a sus animales. Una de las características esenciales de un ser vivo es poseer un sistema nervioso, el cual le permite percibir todo tipo de sensaciones, incluido el dolor. Por lo que es ridículo creer que un tipo de perro es inmune al sufrimiento físico.
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Mito 8: El cerebro del pit bull se inflama y no cabe en su cráneo, lo que genera su mala conducta
Este mito surgió con los doberman en la década del 60, pero se trata de un rumor sin evidencia científica. Si el cerebro de cualquier animal se inflamara al punto de apretarse contra su cráneo, éste moriría. Como señala la American Pit Bull Foundation, la única razón por la cual se hincharía el cerebro de un pit bull (o de cualquier otro perro) sería como consecuencia de un trauma.
¿De dónde vienen los prejuicios?
Como sucede con una gran mayoría de las razas que conocemos en la actualidad, nuestros fieles amigos de cuatro patas son resultado de décadas o incluso siglos de una crianza selectiva. Por ejemplo, si un cazador deseaba a un perro que fuera veloz y también tuviera un excelente sentido del olfato, éste escogía a dos razas que cumplieran esos requisitos para cruzarlas con la esperanza de que sus crías obtuvieran ambas características.
Es cierto que la historia de los pit bull comenzó en un lugar de agresividad y violencia. Alrededor del año 1500 existían "deportes" en donde las personas incitaban a los perros a pelear contra osos y toros. Para ello necesitaban de animales que además de fuertes fueran ágiles. El bulldog y el terrier fueron las razas escogidas para conseguir dichas cualidades, y así fue como se comenzó a formar el arquetipo que ahora conocemos como pit bull. Si tenían que sostener a un toro por el cuello, no cabe duda de por qué son canes con cabezas tan grandes.
Cuando esas sangrientas competencias se volvieron ilegales en el 1800, los dueños hicieron que sus perros pelearan entre ellos. Hasta la fecha, las peleas ilegales de perros aún son una realidad y es por ello que muchas personas creen que los pit bulls siempre serán canes peligrosos: porque fueron creados con ese propósito. La buena noticia para estas mascotas (y para quienes las aman) es que la ciencia está de su lado, ya que diversos estudios han demostrado que no sólo la raza hace al perro; la educación también es de suma importancia.
Crianza vs naturaleza
La Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (ASPCA, por sus siglas en inglés) publicó un comunicado que explica cómo aunque los pit bulls hayan sido creados para luchar, esto no los volverá agresivos el 100 % de las veces. Esto porque la educación también cumple un papel fundamental en la formación de la personalidad de cada animal. En este sentido, la socialización desde cachorros es fundamental para que cualquier can sea una excelente mascota.
Por ello es imposible asegurar que la raza es el único o mayor detonante detrás de la agresividad de un can. La ASPCA también realizó una observación certera e ilustrativa de cómo estos prejuicios crean un círculo vicioso que parece darle la razón a los estereotipos. Imagina a dos perros: uno que vive dentro de la casa, en compañía de su dueño y su familia. El otro, está todo el tiempo afuera, solo y encadenado a un poste. El segundo tiene una mayor probabilidad de volverse violento porque nunca tuvo la oportunidad de aprender a convivir con otros seres vivos. Y esa es, lamentablemente, la realidad de muchos pit bulls.
Existen diferentes organizaciones creadas con el objetivo de evitar que los pit bulls sean abandonados, ignorados o incluso sacrificados por creer que jamás se adaptarán a la sociedad. Entre ellas se encuentran My Pit Bull is Family, Wallace the Pitbull Foundation, American Pit Bull Foundation y el Centro de Rescate Villalobos (el cual también le da una segunda oportunidad a ex-convictos que desean recobrar el control de sus vidas).
Las pruebas de que los pit bulls pueden ser tan amables y cariñosos como cualquier otra raza están ahí. Dos grandes ejemplos los vemos con Wallace y Hector, las estrellas de Wallace the Pitbull Foundation. El primero se convirtió en un campeón en torneos de disco volador, después de ser rescatado de una inminente eutanasia. Hector, en cambio, sí perteneció a una red de peleas caninas; pero con el entrenamiento adecuado, logró convertirse en un perro certificado para terapia en hospitales y asilos.
¿Conoces algún otro mito o verdad del pit bull que quieras compartir?
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