Día del Padre

Quiero contarles cómo fue crecer con un papá soltero

16 Jun 2017 – 04:14 PM EDT

Mucho se habla de las madres solteras en nuestra sociedad, y no es para menos. En México, las mujeres que ejercen la maternidad sin pareja, representan al 30 % de las mujeres con hijos, es decir, 30 de cada 100 familias mexicanas están sostenidas por una mamá soltera según el INEGI.

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Esta es una cifra significativa que nos permite ver su gran labor para enfrentar la difícil tarea que es liderar una familia sin más apoyo que el de ellas mismas.

La realidad de los padres solteros en México es otra, son mucho menos que las mamás solteras, según cifras del INEGI, tan sólo cuatro de cada 100 hogares mexicanos están liderados de papás solteros. Sin embargo, su gran trabajo también es de reconocerse.

Yo crecí con un papá soltero, así que puedo hablarles de primera mano sobre lo que significa crecer sólo con papá:

"¿Y tu mamá?"

Esta es una pregunta muy recurrente en mi vida, sobre todo cuando era niña. No hubo una sola vez que no me preguntaran por mi mamá: en las juntas de padres de familia en la escuela, en los festivales, en los famosos "convivios", en las fiestas de cumpleaños de mis compañeritos. En to-das-par-tes.

Recuerdo que cuando era muy niña no sabía qué contestar, después comprendí que no tenía que darle explicaciones a nadie, así que simplemente aprendí a responder con seguridad y amabilidad: "mi papá es papá soltero".

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El 'temible' Día de las Madres

Aunque siempre mostré seguridad al llegar al festival del Día de las Madres en la primaria, les mentiría si les digo que esta fecha no era difícil en mi infancia, sobre todo porque es mucho más común ver a mamás solteras en el festival del Día del Padre, que papás solteros en el Día de las madres, así que prácticamente te conviertes en el bicho raro de la escuela. 

En una ocasión una maestra me preguntó que a quién iba a darle mi regalo hecho a mano del Día de las Madres, "pues a mi papá" fue mi sincera respuesta, "¿apoco Juanito (un niño con mamá soltera) le preguntó lo mismo el día del padre?", seguí. Recuerdo a la perfección la cara de mi maestra, estoy segura que jamás volvió a cuestionar a ningún alumno con sus incómodas preguntas.

Las niñas y los niños que crecimos sólo con un papá, sabemos que para nosotros es totalmente normal, nada del otro mundo.

Los famosos "traumas" que la gente piensa que tenemos porque "la madre es fundamental en nuestras vidas" es totalmente un mito creado por los estereotipos de género impuestos en la sociedad. 

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Mi papá me peinaba 

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Y hablando de estereotipos de género, no sólo las mamás saben hacer peinados. Aunque el único que mi papá sabía hacer bien, eran "coletas de caballo", siempre fui bien peinada la escuela.

Recuerdo a mi papá frente al espejo del baño esmerarse  todas las mañanas para que mi coleta no tuviera ni un solo "chipote".

Las labores domésticas

Crecer con un papá soltero me enseñó que cocinar y el que hacer de la casa no es exclusivo de las mujeres.

Mi papá es muy ordenado y limpio y aunque no era un chef muy versátil, todo lo que me cocinaba sabía muy rico. Además él fue quien me enseñó a usar la lavadora, a barrer y a lavar los trastes.

El apoyo de la familia

Como cualquier familia monoparental, ya sea mamá o papá soltero, criar a los hijos solos es todo un reto y en muchos casos se vuelve casi imposible sin la ayuda de alguien. En nuestro caso, mi abuela paterna fue una pieza clave en mi crianza.

Por las mañanas mi papá era quien me daba el desayuno, me hacía el lunch, me peinaba, planchaba mi uniforme y me llevaba a la escuela. Por las tardes era mi abuela la que pasaba por mí, me daba de comer y me ayudaba con la tarea hasta que mi papá llegaba de trabajar.

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Tal vez sin el apoyo de mi abuela, hubiera sido más difícil para mi papá tener una hija. Pero lo que estoy diciendo tampoco es exclusivo de los papás solteros, así ocurre con las mamás solteras también e incluso con las familias en donde ambos padres están presentes, sobre todo si los dos trabajan. Los abuelos u otros miembros de la familia se vuelven parte fundamental de la crianza de los niños.

"Cosas de niñas"

Aunque a mi papá le gustan mucho los deportes (y claro que trató de enseñarme sobre futbol americano y basketbol) nunca fue impositivo con mis preferencias.

A mí siempre me gustaron las Barbies y el color rosa, así que Los Reyes Magos siempre me trajeron Barbies y siempre usé la ropa que me gustaba como faldas y vestidos, aunque no voy a negar que mi gusto por los tenis "de niño" fue gracias a mi papá.

Muchas personas siguen pensando que si eres niña y creces sin mamá te volverás "machorra". Y aunque me hubiera gustado el futbol americano en vez de las Barbies, no hubiera tenido absolutamente nada de malo. Los gustos y los juguetes no tienen género, no hay "colores de niña", ni "juguetes de niño". Yo usaba tenis Jordan a los 10 años y siempre me sentí cómoda y feliz.

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Hablar de sexo

Llegó la adolescencia y con ella la temida "plática incómoda". Cuando tuve novio por primera vez mi papá me habló sobre embarazos, enfermedades de transmisión sexual y sobre condones.

Para mí no fue una plática incómoda, tampoco para él. La naturalidad con la que siempre me habló de cualquier tema se hizo presente también cuando me aconsejó siempre cuidarme con condón.

Como verán, mi vida es muy "normal". La idea errónea de que los hombres son incapaces de sostener solos un hogar, queda desmentida con mi historia. Así que las personas deberían dejar de ser prejuiciosas con los papás solteros.

Se trata de dejar de cuestionar a las familias monoparentales, la sociedad evoluciona, las familias evolucionan y debemos dejar atrás los prejuicios y tabúes ante una mamá soltera, o como en mi caso, un papá soltero. 

Los roles de género siempre imponen prejuicios en nuestras formas de pensar, ya deberíamos saber que, no por ser mujer, necesariamente eres buena cocinando, hay hombres que saben cocinar, planchar, e incluso que saben hacer peinados.

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Cada persona tiene un contexto diferente, para algunos es normal tener mamá y papá, para otros es normal tener dos mamás, o dos papás, para mí es completamente normal haber crecido con un papá y no, no crecí "traumada".

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