MANHATTAN, Nueva York. - Luego que Donald Trump tomara posesión este viernes del cargo presidencial, las calles de Manhattan se sentían sobrias. Había silencio entre el ruido urbano de siempre.
Miles caminan por la equidad y la diversidad en la marcha de las mujeres de Nueva York
El día después que Donald Trump asumió la presidencia, mujeres, hombres, amistades y familiares marcharon a través de las calles de Manhattan por sus derechos reproductivos, la equidad de género, los derechos de los inmigrantes y la diversidad de Estados Unidos.

Este sábado, la historia era distinta desde la Marcha de las Mujeres de Nueva York.
A eso de las 10:30 de la mañana (hora este), el entusiasmo se sentía aún cuando la marcha no había iniciado. Miles llegaron a la manifestación cuya meta sería la Torre Trump en la Quinta Avenida.
Si bien el Departamento de la Policía de la ciudad de Nueva York confirmó que no ofrece estimaciones de multitudes, los organizadores de esta marcha esperaban alrededor de 76,000 personas.
La Marcha de las Mujeres en Nueva York no ha empezado aún y este ya es el ánimo. #WomensMarch pic.twitter.com/EbyqVeKADw
— Carmen Graciela Díaz (@Carmen7Graciela) January 21, 2017
Había alegría, un panorama multicolor de letreros y una multitud de distintos trasfondos étnicos y de distintas edades, desde el inicio de la marcha en la plaza One Dag Hammarskjold, cerca de la sede de la Organización de las Naciones Unidas.
Ellas y ellos tenían un abanico de razones para estar allí.
Desde que se convocó la Marcha de las Mujeres en Washington, esta manifestación buscó unir a miles en defensa de los derechos reproductivos y la equidad de género pero también en favor de la justicia social, los derechos de los inmigrantes y la comunidad LGBTQ así como reclamar la igualdad salarial.
Pero más allá de las causas colectivas, cada manifestante tiene sus razones para marchar.
Olivia Zhang, de 24 años y de China, dijo que fue a la marcha para defender los derechos de las mujeres y el poder que cada una tiene de su cuerpo.
La abuela Sunny Armer, de 72 años y quien forma parte de Raging Grannies, una organización que promueve la igualdad y la justicia social, estaba temprano esperando el inicio de la marcha con unas gafas grandes y un atuendo colorido.
Tiene 72 años y contó que estaba allí porque se opone a la misoginia de Trump y el vicepresidente Mike Pence.
"Esto es lo más bello que he visto", apuntó la actiz Rosie Pérez, la moderadora de la marcha, al ver desde la tarima la cantidad de gente en la calle 47 del Este, entre la Primera y la Segunda Avenida.
La italiana Judie Adessa dijo que fue a la marcha porque las posturas ideológicas de Trump suponen, a su juicio, un atraso de 100 años en Estados Unidos.
"Es un momento histórico, nunca pensé que Trump pudiese unificar a Estados Unidos", señaló el contralor de la ciudad de Nueva York, Scott Stringer, con un cinismo que muchos celebraron.
La actriz Whoopi Goldberg fue otra de las que llegó a la marcha y le recordó a la multitud que siguieran marchando, que este es apenas el inicio de esta nueva etapa política en el país. "Así fue que la gente acabó con la Guerra de Vietnam", subrayó.
Poco antes que la marcha lograra salir de la plaza One Dag Hammarskjold, era difícil caminar entre la cantidad de gente que siguió llegando. Y a medida que avanzaba hasta la Torre Trump, otros se fueron incorporando desde distintos puntos de la ruta.
"Estoy feliz de haber venido porque me sentía muy deprimido", me contó Shawn Miller, un neoyorquino que llegó al café desde el que trabajaba esta historia tras la marcha. Miller fue uno de los muchos hombres que hicieron parte de esta marcha y la de otras por el país.
Manifestaciones como esta se convierten en un lugar físico, intelectual y emocional para la esperanza y los ideales. Logren ese cambio que buscan, o no.
La marcha de Nueva York como la de otras ciudades y claro, la de Washington, recuerda eso que decía el autor Junot Díaz tras el triunfo electoral de Donald Trump en The New Yorker.
“Nos organizamos. Formamos 'solidaridades'. Y sí: luchamos. Para ser escuchados. Para estar a salvo. Para ser libres”.
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