A menos impuestos, más dinero disponible en los bolsillos de los ciudadanos y las arcas de las empresas para gastar e invertir. Eso estimula los negocios que contratan así más empleados. Más venta y más gente con salarios implica eventualmente una mayor población a la que cobrarle impuestos. Y más ingresos para el fisco.
La teoría económica (jamás comprobada) de los tiempos de Reagan tras el plan de impuestos de Trump
La Casa Blanca asomó unas ideas para recortar impuestos, basada en una idea de tiempos de los 'Reganomics', la política económica de Ronald Reagan, pero que cuarenta años después sigue son contar con el consenso de los expertos.

Se conoce como 'efecto cascada' ( trickle down) y es la lógica que está invocando el gobierno de Donald Trump en la propuesta de reforma que hizo este miércoles desde la Casa Blanca, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin y el presidente del Consejo de Economía, Gary Cohn.
Pero nada avala esa teoría sacada del manual de los Reaganomics (prácticas usadas bajo el gobierno de Ronald Reagan, entre 1981-1989), porque cuando se ha puesto en práctica en el pasado eso no ha sucedido exactamente de esa manera.
De acuerdo con el secretario del Tesoro Steve Mnuchin se trata del “ mayor recorte de impuestos y la mayor reforma impositiva en la historia del país” y se pagará mediante un esperado repunte del crecimiento económico.
Lo más destacado del escueto plan de una página mostrado por ambos funcionarios el jueves en la sala de prensa de la Casa Blanca es la propuesta de recortar de 35% a 15% la tasa que deben pagar las corporaciones.
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Más crecimiento, más recaudación
Se estima que el recorte que plantea el ejecutivo crearía un déficit de 2 billones de dólares a lo largo de la próxima década, el cálculo del gobierno es que, con más dinero disponible para inversiones corporativas, la economía crezca en un 2,9% y ayude a sufragar las pérdidas de ingreso del fisco.
La idea entusiasma a los mercados financieros pero preocupa a los conservadores fiscales que abogan por la reducción del déficit fiscal, quienes recuerdan cómo en las ocasiones que se ha echado mano del mismo argumento las cuentas públicas han terminado peor, como sucedió con Reagan y con George W.Bush.
“George W. Bush, quien no puede ser recordado como el presidente de los trabajos, también se apoyó en esa idea del efecto cascada ( trickle down), pero sus cortes de impuestos agravaron la deuda. Trump se arriesga a ser aún peor”, aseguró a Univision Noticias Frank Clemente, director ejecutivo de Americans for Tax Fairness, una coalición que promueve reformas de impuestos con una visión liberal.
La estrategia de la Casa Blanca es que con la reducción de uno de los impuestos empresariales más altos del mundo industrializado, las empresas dispondrán de fondos para construir instalaciones y crear trabajos en EEUU.
“Claro que un crecimiento significativamente más rápido generará más recaudación. Pero simplemente no hay vínculo empírico entre recorte de impuestos y crecimiento que sea al mismo tiempo rápido y sostenible”, asegura Jared Bernstein, asesor económico de la Casa Blanca durante el gobierno de Barack Obama.
Para Frank Clemente, las corporaciones se valen de maniobras contables para reducir la carga de impuestos y ya tienen suficiente dinero para invertir. Considera que el país no está en la capacidad de recortar impuestos.
“Necesitamos más recaudación para invertir en programas estatales. No tenemos suficiente dienro para mantener el gobierno funcionando”, afirmó Clemente, para quien la presentación del plan de la Casa Blanca se debe más a la presión que siente Trump de decir algo sobre el tema antes de que se cumpla la marca de los 100 días en el poder.
¿Tan fantasioso como el muro?
El representante de Texas, Lloyd Doggett, el demócrata de mayor rango en el subcomité de políticas de impuestos de la Cámara de Representantes no cree en el cálculo de la Casa Blanca.
“Asegurar que este recorte multitrillonario de impuestos se pagará por sí mismo es tan increíble como decir que México pagará por el multimillonaria muro fronterizo. Destilando tinta roja, esta propuesta valida el alarde de Trump de que él es el rey de la deuda”, dijo Dogget en un comunicado.
Entre la mayoría republicana del Congreso, donde eventualmente tendrá que decidirse cualquier cambio al sistema impositivo, la presentación de Mnuchin-Cohn fue recibida con tibieza, a juzgar por el comunicado presentado conjuntamente por el liderazgo republicano que se refiere al plan de la Casa Blanca como “guías críticas” para el trabajo conjunto que deberán realizar con el Ejecutivo.
“Los principios delineados por el gobierno Trump hoy servirán como guías críticas para el Congreso y la Administración a medida que trabajamos para rehacer el sistema de impuestos estadounidense y asegurar que las familias de clase media y los creadores de empleo están mejor posicionados para la economía del siglo XXI”.
Incluso algunos republicanos que favorecen menos impuestos en general, y a las corporaciones en particular, no creen que el nivel del 15% sea realizable sin correr el riesgo de aumentar el déficit fiscal.
“El gobierno está usando el crecimiento económico como una varita mágica, la solución barata a todos nuestros problemas. Pero no hay una gallina de huevos de oro encima de la pila de recortes de impuestos, solo montañas de deuda”, dijo el comunicado Maya MacGuineas, presidenta del Comité para un Presupuesto Federal Responsable.
La curva de Laffer

La oferta de “hacer a EEUU grandioso de nuevo” con la que llegó Trump a la Casa Blanca estaba inspirada en ese lema que usó Reagan durante su primera campaña en 1980 (Aunque el magnate asegure que es original suya)
Lo que puede no servir es la adaptación de políticas económicas de aquella era fundamentadas en la teoría macroeconómica de la oferta que sostiene que la mejor manera de garantizar el crecimiento es promover las inversiones de capital y reduciendo las tarifas en la producción de bienes y servicios.
Uno de los principales asesores económicos de Reagan, Arthur Laffer -cuyo apellido es el nombre del gráfico con el que en 1979 ilustró cómo funciona la idea, la Curva Laffer- sigue respaldando el fundamento de la teoría que cuatro décadas después rescata Trump.
Consultado por The New York Times, Laffer, de 76 años, dijo que pediría al presidente que eliminara las lagunas o rendijas que hay en el código de impuestos y los refugios fiscales, pero afirma que aun sin hacer eso el proyecto puede tener éxito.
Para Laffer es una apuesta fácil, sin complicaciones y aventurando un análisis del efecto político, recordó que tanto Reagan como Bush lograron ser reelegidos.




































