Vaquita: el cetáceo que se puede extinguir sin casi haberlo fotografiado vivo

Hay tan pocas y es tan difícil ver a las vaquitas que el mejor 'retrato' disponible de ellas es una pintura hecha por el artista William Shepard.

Imagen Unidos para la Conservación AC/ William Shepherd

La vaquita marina se puede extinguir sin que se haya podido casi hacerle fotos viva o grabarla bajo el agua. De hecho, el mejor 'retrato' disponible de este marsopa mexicana ni siquiera es uno real, sino una pintura acrílica realista hecha por el artista William Shepard, quien nunca ha visto el animal más que por foto.

PUBLICIDAD

Esta obra artística le fue comisionada a este por Patricio Robles Gil, fotógrafo mexicano que dedica su vida también a la protección de especies. Quería lanzar una campaña de rescate para concienciar sobre la delicada situación de la vaquita, el cetáceo más pequeño del mundo, pero no había una buena foto que enseñar de esta especie mexicana. Las pocas que hay son de animales muertos o solo de sus aletas saliendo del agua. ¿Cómo lograr qué la gente sienta empatía por un animal sin conocerlo realmente?

Según Shepard, el proceso de recrear la vaquita en una pintura tardó unos seis meses y se hizo con base en imágenes y fotografías que le eran enviadas.

"Fue una aventura muy diferente. He pintado muchas obras en mi vida pero nunca había dibujado algo que no había visto. Yo las veía, dibujaba y así íbamos reconstruyendo y negociando cómo debería verse la especie”, reconoce el artista. El bromea que fue casi como hacer un retrato hablado el hoy también conocido como 'panda mexicano' en alusión al círculo oscuro alrededor de sus ojos y su gran riesgo de extinción.

Robles, reconoce que fue un proceso más bien largo y pausado por el ir y venir de la obra entre Estados Unidos y México para que los científicos ayudaran a precisar las características físicas de este animal, un cetáceo del que se acaba de saber que quedan apenas 60 ejemplares en todo el planeta. "Ellos nos iban diciendo que en la obra el agua debía verse más turbia porque así es en el Alto del Golfo de California, por ejemplo”, apunta el conservacionista mexicano.

PUBLICIDAD

El autor de la obra y Robles coinciden en que el arte también puede ser una herramienta para la conservación. “Además de la pintura hice 500 pósters autografiados y estampillas postales”, reconoce orgulloso Shepard. “El donó completamente su trabajo. Con ese dinero se financió gran parte de la campaña de esta y otras especies”, celebra Robles Gil.

¿Por qué es tan difícil fotografiar y ver vaquitas?

La respuesta es simple: porque se están extinguiendo, son muy pequeñas y son evasivas. Además, son animales muy tímidos que no viajan en grupos. Normalmente se requiere tecnología acústica para identificar mediante sonidos dónde están. Esta tecnología es cara y no siempre se tiene a mano en el momento requerido.

Otro reto para documentar su existencia es que las vaquitas pasan muy poco tiempo en la superficie marina, por lo que son difíciles de ver. Esto es especialmente difícil si hay viento y oleaje, lo que a menudo ocurre en la zona que es su hábitat en el Alto del Golfo de California

Cuando se observan, además, sólo muestran su aleta dorsal y un poco de su espalda, cuando suben a respirar.

Todas estas condiciones hacen que para que un fotógrafo o videógrafo logre buenas imágenes deben conjugarse muchas variables y es difícil.

La campaña para evitar su desaparición continúa. También los esfuerzos para obtener un buen retrato. Todos los ambientalistas en esta cruzada coinciden en que no se quiere lo que no se conoce, por lo que mostrarle al público el animal que está en peligro podría ayudar a sensibilizarlo.

PUBLICIDAD

El Gobierno mexicano también está matriculado con esta lucha, pero los especialistas también quieren involucrar en la iniciativa a las autoridades y consumidores estadounidenses. Estos últimos contribuyen a que se extinga cuando comen ciertos tipos de camarones: los azules y los marrones, confirma Sarah Mesnick, de NOAA.

Y es que algunos de los productos que los pescadores capturan con redes de enmalle donde perecen vaquitas son los camarones grandes azul y marrón. Estos también fueron y han sido vendidos en los mercados de Estados Unidos. “El problema es que en estas mismas redes se atrapan accidentalmente vaquitas marinas que se enredan y ahogan. Entonces, sin saberlo, los estadounidenses que compran estos productos están contribuyendo al problema”, reconoce la científica.

El otro frente en el que Estados Unidos podría contribuir más es en controlar del tráfico ilícito del pez llamado totoaba que pasa a través de los puertos de Estados Unidos en su camino hacia Asia. Ya es prohibido su tráfico, pero aún sucede.

La totoaba es de alto interés comercial en el mercado internacional por su vejiga natatoria, a la cual se le atribuyen propiedades medicinales y afrodisiacas. Es importado principalmente por China y Japón, ocasionalmente desde Estados Unidos. La sobreexplotación de sus poblaciones condujo al establecimiento de una veda en sus pesquerías en 1975. Desde el 2007 se considera una especie críticamente amenazada (CR) de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).