El expresidente mexicano Felipe Calderón niega haber aceptado sobornos de Odebrecht

Ciudad de México.- Luego de ser vinculado dentro del escándalo de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht, el expresidente Felipe Calderón Hinojosa negó que su gobierno (2006-2012) haya recibido sobornos para otorgar contratos a dicha empresa.

Mediante una carta el exmandatario mexicano acepta que se reunió con empresarios de Odebrecht y su filial Braskem, y también con el expresidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva, pero negó que hayan hecho un acuerdo de negocios ilegal, como revela la investigación de la organización civil Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.

“En ningún caso las reuniones con el presidente de Brasil o con los inversionistas implicaron acuerdos al margen de la ley o que les confiriesen ventajas indebidas a estos”, expresa Calderón en la misiva dirigida a la organización que ha ventilado casos de corrupción mediante trabajos periodísticos.

“En todo momento se veló por el interés superior de México y el respeto irrestricto al Estado de derecho. Por supuesto, la sola insinuación de soborno hubiera sido absolutamente inaceptable”, agrega Calderón.

La investigación que se dio a conocer el jueves 2 de marzo, se acusa a Odebrecht de pagar sobornos de 10.5 millones a México durante la gestión de Calderón Hinojosa y 6 millones de dólares entre en el gobierno de Enrique Peña Nieto.

La prueba de la investigación es un mensaje que pertenece a un expediente, donde hay datos que actualmente se resuelven en una corte federal de EEUU, ahí se habla de una supuesta reunión entre Calderón y el entonces presidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva, quien se habría prestado a intereses de Odebrecht.

Se trata de un correo electrónico entre dos ejecutivos de Odebrecht, Roberto Prisco Ramos y Alexandro Alencar, quienes gestionaron una reunión entre Calderón y Lula da Silva como parte de su estrategia de negocios en la petrolera Pemex.

El arreglo de esta reunión se hizo cuando Pemex estaba por cerrar un negocio con Braskem, filial de Odebrecht, que le dejaría ventas estimadas en 2,000 millones de dólares anuales: la planta Etileno XXI, que se encuentra en Coatzacoalcos, Veracruz.

El mensaje entre Prisco y Alencar y que involucra a Calderón en el caso dice:

“Querido tricolor. Necesito tu ayuda con respecto a este tema: Hacer un esfuerzo para que LILS acepte una invitación especial de Calderón de ir a México a principios de febrero. Cuando puedas, me llamas, para hablar al respecto. Abrazo R.”

En el acuerdo, Pemex le cedió a Braskem y a la compañía mexicana IDESA la construcción de la planta Etileno XXI. Además, Pemex canceló tres proyectos de infraestructura propios, para no competir con la inversión de Odebrecht. A partir de 2010 la empresa dejó de invertir 9,644 millones de pesos, para darle prioridad al proyecto Etileno XXI.

Dos meses y medio después del correo, Calderón y Lula tuvieron un encuentro privado en México, en el marco de la Cumbre de la Unidad Latina y del Caribe organizada en Quintana Roo. Al final de la reunión, los entonces mandatarios emitieron un comunicado en el que se felicitaron por la inversión de 2,500 millones de dólares que realizaría el grupo mexicano IDESA y la brasileña Braskem para la construcción de un complejo petroquímico en Veracruz.

Adicionalmente, durante el gobierno de Calderón, dos bancas de desarrollo otorgaron créditos a Braskem: Nacional Financiera (Nafin) les prestó 280 millones de dólares y el Banco Nacional de Comercio Exterior(Bancomext) otros 120 millones de dólares.

En su carta mandada a Mexicanos contra la Corrupción e Impunidad, el expresidente Calderón relata: "Es práctica común, muy útil al país, el aceptar entrevistas de potenciales inversionistas en México. En ese marco me entrevisté con los directivos de las mayores empresas del mundo, en todos los sectores, incluyendo a los directivos de Braskem".

Al final de su misiva, Calderón dice que apenas se entera "del penoso caso de Odebrecht en América Latina y sus potenciales implicaciones en México", por esa razón pide a la organización que vaya más a fondo, e incluso el político se pone a su servicio para contribuir en la investigación.