Lifestyle

Michelle y Melania cumplen con una tradición que a veces puede resultar incómoda

El emblemático encuentro de las primeras damas en la Casa Blanca antes de hacer cambio de mandato una vez más se cumplió, no sin algo de extrañeza y distancia. No hubo abrazos como entre Barbara Bush y Hillary Clinton, pero tampoco un trato hostil como sucedió con Mamie Eisenhower y Jacqueline Kennedy.

Melania Trump y Michelle Obama se encontraron en el despacho oval amarillo de la Casa Blanca.
Melania Trump y Michelle Obama se encontraron en el despacho oval amarillo de la Casa Blanca.
Imagen Official White House Photo by Chuck Kennedy

Michelle Obama y Melania Trump se encontraron este jueves en la Casa Blanca en una tradición extraña que ha reunido históricamente en torno a una taza de té a mujeres tan disímiles y contrarias como Jacqueline Kennedy y Mamie Eisenhower (quien le doblaba la edad), y que ha puesto a posar en retratos a conocidas enemigas como Nancy Reagan y Barbara Bush. El encuentro entre Michelle y Melania quizás también pase a los anaqueles de la historia, sobretodo por inesperado.

PUBLICIDAD

Aunque la prensa no tuvo acceso a la conversación que sostuvieron por separado de sus esposos en el despacho oval de la Casa Blanca, la foto de las dos sentadas dejó en evidencia, si bien un aire de cordialidad, también la distancia en el trato. No hubo abrazos cercanos como sucedió con Barbara Bush y Hillary Clinton, ni camaradería como se vio entre Laura Bush y Michelle Obama, que casi parecían amigas.

Barabara Bush, la primera dama saliente, recibiendo a HIllary Clinton.
Barabara Bush, la primera dama saliente, recibiendo a HIllary Clinton.
Imagen Getty Images


Claro, ya debe leerse como un gesto de buenas maneras y decoro que Michelle Obama haya recibido a Melania en su casa después de las repetidas tensiones que sucedieron en este año de campaña, en el que se cuenta, cuando menos, la copia sin vergüenza de algunas de sus ideas en el discurso que dio la esposa de Trump en la Convención Republicana.

Michelle podría haber repetido los pasos de Betty Ford que, como lo cuenta la escritora Kate Andersen Brower en su libro 'The Grace and Power of America’s Modern First Ladies', no mostró ningún interés por reunirse ni saludar a Rosalynn Carter, su sucesora. O como la particular Mamie Eisenhower que ni siquiera le ofreció una silla a Jackie Kennedy para que se sentara. Quizás y como Betty Ford lo sentenció magistralmente: “No importa quién te suceda, siempre sabrás que no lo merece”.

Mamie Eisenhower recibiendo a la primera dama entrante Jacqueline Kennedy.
Mamie Eisenhower recibiendo a la primera dama entrante Jacqueline Kennedy.
Imagen Public Domain / JFK Presidential Library

Su coincidencia en el gusto por la moda, que hizo que las dos, tanto Obama como Trump lucieran trajes de cortes sencillos y colores oscuros (Michelle llevó un vestido del cubano Narciso Rodríguez que usó en su visita este año a Buenos Aires) no ocultó el abismo que las separa. Mientras Michelle fue comprometidamente activa durante las dos campañas de su marido e incluso durante la giras de Hillary Clinton, Melania mantuvo siempre un rol menor, de compañera y con poco reclamo de protagonismo.

PUBLICIDAD

La esposa del Presidente Donald Trump será la segunda primera dama en ser una inmigrante y la primera en ser la tercera esposa de su marido, -quizás el amor bonito al que nos tenían acostumbrados Michelle y Barack Obama cambie por una narrativa de amor más pragmática- y, bueno, ahora las pequeñas Malia y Sasha que entraron de 3 y 6 años serán reemplazadas por Barron, de 10, el primer niño después de John F. Kennedy Junior en la Casa Blanca.

El retrato entre los esposos Bush y los Obama en el empalme de las funciones presidenciales.
El retrato entre los esposos Bush y los Obama en el empalme de las funciones presidenciales.
Imagen Getty Images

Aunque durante el encuentro se reportó que hubo una visita por los lugares más emblemáticos de la casa, no se tomó el retrato que se hicieron presidentes y primeras damas cuando los Bush recibieron a los Obama hace ocho años. Quizás la cordialidad, o lo que los expertos han bautizado “el teatro de la política” no daba para tanto.

Vea también:

Melania Trump, una primera dama inesperada