El tradicional código de vestido para asistir igual a una iglesia, al Vaticano, a una cena con la realeza o a una de caridad del Alfred E. Smith Memorial Foundation con los candidatos presidenciales profesa que se debe llevar ropa que tape el cuerpo debajo de las rodillas y que además los hombros estén cubiertos.
Una cena marcada por la moda: el vestido de Hillary, la espalda descubierta de Melania y el escote de Maria Bartiromo
Hillary Clinton dejó atrás sus tradicionales pantalones para asistir a la cena ofrecida por la iglesia católica de Nueva York con un vestido fucsia de Ralph Lauren. Por su parte, la esposa del candidato republicano y la conductora de televisión desafiaron todos los códigos con sus elecciones.

Cumpliendo esos requerimientos y rompiendo sus propias preferencias, Hillary Clinton se presentó ayer en la tradicional cena a la que asisten los candidatos presidenciales en el Waldorf Astoria, de Nueva York, con un wrap dress tipo camisero en un fucsia encendido diseñado por el que parece ser ahora su diseñador de cabecera, Ralph Lauren.

Sus amados pantalones, que ya se han convertido casi en un uniforme para la política, no eran pertinentes para una gala que demandaba traje largo y así bien lo entendió la candidata que eligió un vestido de líneas sobrias que cuidaba no dejar al descubierto nada de piel.
Sin embargo, como el código solo especifica cubrir los hombros -una parte del cuerpo femenino que para la tradición cristiana era el lugar en donde residía la seducción (y quizás la única parte que podía dejarse expuestas en los cuadros de la época)-, muchas como Melania Trump y la conductora de FoxBusiness, Maria Bartiromo, encontraron apropiado cubrir con mangas sus brazos pero alardear de sendos escotes.

Si Donald Trump podía romper el código de honor de hacer de esta una cena amable en donde no hubiera pullas ni ataques políticos, su esposa Melania podía llevar su espalda enteramente escotada y elegir un vestido lleno de encaje y transparencia. Si bien el negro sigue siendo el color más austero y elegante para este tipo de eventos, las redes pronto hicieron notorio que su vestido había sido más adecuado para una alfombra roja que para una cena con el arzobispo. Si se trataba de seducción, la ruta ideal esta vez sí la trazó Hillary Clinton, eligiendo siluetas serias con colores llamativos.
En cuanto a Maria Bartiromo, la reputada conductora de televisión, autora de varios libros, eligió un vestido rojo con profundísimo escote frontal que infortunadamente se convirtió en el telón de fondo de las alocuciones de Hillary Clinton y Donald Trump, una imagen que no resulta inocente en tiempos de campaña en el que los temas sobre las mujeres, los acosos sexuales y los temas del aborto están en el pilar de la discusión.
Si bien hay que celebrar que esta mujer de casi 50 años sienta tal confianza con su cuerpo como para ostentar un escote de esos que solemos verle solo a las estrellas de Hollywood, lo cierto es que una cena con candidatos presidenciales y curas no era el mejor contexto para hacerlo.
Al final, esta cena dejó claro que estar bien vestida no es una cuestión misteriosa o imposible, se trata de entender tu cuerpo y obedecer los códigos del vestido que la mayoría de las veces son simples y claros. Claro que siempre cabe la pregunta…¿querían ellas intencionalmente desobedecer esos códigos?
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