El final de la temporada 9 de The Walking Dead fue bastante leve en comparación con el penúltimo episodio, pero no menos interesante. El invierno llegó a las comunidades, y el frío los obligó a actuar de manera imprudente con tal de salvarse de la helada. Las consecuencias fueron casi tan duras como la pérdida de las víctimas de las picas colocadas por los Susurradores.

El final de la temporada 9 de The Walking Dead está a la vuelta de la esquina, y luego de un episodio completamente doloroso tras la masacre en la que perdimos a 10 personajes, nada puede ser peor. O sí.

Directamente de las páginas del cómic de Robert Kirkman salió el penúltimo episodio de la temporada 9 de The Walking Dead. Uno de los momentos más esperados por los fanáticos (del cómic y de la serie) ha llegado a la pantalla, y marcó un antes y un después en el programa.

Se respira en el aire: una tragedia está a punto de ocurrir en The Walking Dead. La tranquilidad (o casi) con la que se han manejado los Susurradores en lo que va de la temporada explotará, y serán muchas e importantes las víctimas de tal desastre. La feria de Ezekiel tendrá lugar en el episodio 15 de la temporada, y lo que suceda entre este y el último será tan traumático como la «boda roja de Game of Thrones».

El más reciente episodio de The Walking Dead ha provocado sensaciones encontradas entre los fanáticos de la serie. Uno de los misterios más grandes de la novena temporada finalmente fue revelado, y los dos personajes más importantes (Daryl y Michonne) son comprendidos en su accionar.

The Walking Dead nos sorprendió con una primera mitad de temporada 9 acelerada y llena de acción. En cambio, la segunda mitad no ha hecho nada más que avanzar a paso lento. De todas maneras, no ha sido tan terrible, ya que la llegada de los Susurradores le ha aportado acción a la serie, y también se han potenciado varios personajes que estaban estancados, como Daryl.