Para muchas personas, contraer matrimonio es uno de los momentos más importantes en su vida. Desde el día en que entregan el anillo de compromiso, hasta el momento en que están en el altar, pasando por todo el proceso de planeación, cada instante se vuelve mágico.

La boda es uno de los momentos más hermosos que una pareja puede compartir. Desde la planeación hasta el gran día, cada instante es especial y está lleno de magia. El vestido de la novia, el traje del novio, el pastel, la decoración y todos los componentes del gran evento deben ser perfectos.

El próximo sábado 19 de mayo la atención del mundo estará puesta en el Reino Unido. La Capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor, será testigo de uno de los eventos reales más esperados en este año: la boda del Príncipe Harry y Meghan Markle.

El verdadero sentido detrás de una boda, es el amor. Por lo tanto, si son de los que prefieren casarse, no importa cuál sea la forma de celebrarlo. En una iglesia, un templo, un salón, la playa o simplemente entre íntimos y sin ceremonia religiosa.

La pareja del momento, Meghan Markle y el Príncipe Harry, ha dado de qué hablar desde que su noviazgo salió a la luz pública. Su estilo relajado y algo bohemio ha encantado al mundo, pues “desafía” con elegancia el estricto protocolo real.

Seamos honestas: nada es más lindo que ver a tu mejor amiga caminar hacia al altar con su espectacular vestido blanco. Y nada es más triste que hacerlo mientras usas un vestido que tú jamás en la vida te hubieras comprado. Peor: que no te ajusta bien y con una falda que pica.