Manuel Vega, un inmigrante originario de Oaxaca, México, fue asesinado a tiros el pasado 19 de mayo mientras realizaba labores de jardinería en una propiedad ubicada en Chandler, al este del área metropolitana de Phoenix. El presunto responsable, identificado como Wyatt Bruce Ford, de 28 años, fue detenido por la policía de Gilbert y enfrenta cargos de homicidio en segundo grado.
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La comunidad hispana exige justicia por el asesinato de Manuel Vega, un inmigrante mexicano de 51 años que fue abatido mientras trabajaba en una vivienda en Chandler. El sospechoso, un ciudadano estadounidense, enfrenta cargos por homicidio en segundo grado.

Según el testimonio de sus familiares, Vega era un hombre trabajador, respetuoso y dedicado a su familia. Junto a su esposa, Paulina Salazar, había fundado una pequeña empresa de mantenimiento de jardines que operaba durante todo el año gracias a contratos ganados con esfuerzo y profesionalismo. Ambos emigraron de Oaxaca con el sueño de progresar y dar una mejor vida a sus tres hijos.

El día de su muerte, Vega acudió a una vivienda donde debía podar unas ramas, siguiendo instrucciones enviadas por mensaje de texto por su cliente habitual. En ese momento, la casa estaba ocupada en renta por Ford, quien se encontraba preparando su mudanza. Aunque el propietario había informado al inquilino sobre la visita del jardinero, Ford se enfureció al ver a Vega en la propiedad y, tras una breve discusión, le disparó a quemarropa.
“Le pegó tres balazos en el pecho y uno en el cuello”, relató Celso López, familiar de la víctima.
La investigación determinó que Ford no tenía antecedentes penales. No obstante, la fiscalía del condado de Maricopa presentó pruebas suficientes ante un gran jurado, que decidió proceder con el juicio por homicidio en segundo grado. La fianza fue fijada en un millón de dólares y el juicio está programado para octubre. De ser declarado culpable, Ford podría enfrentar una pena de hasta 21 años de prisión.
Previo al tiroteo, la esposa del sospechoso había llamado al 911 para reportar que su pareja discutía con un hombre que creían era el mismo que días antes había intentado vandalizar su tráiler. Sin embargo, las autoridades encontraron a Vega en el lugar con sus herramientas de trabajo, sin evidencia alguna de intento de robo.
“Esto fue un acto de odio”, denunció Cristina López, tía del fallecido. “Si lo hubieran encontrado robando, se entendería. Pero estaba trabajando”.
El caso ha despertado indignación en la comunidad hispana, que cuestiona si el crimen pudo estar motivado por un prejuicio racial. Familiares y amigos de Vega insisten en que no fue un malentendido, sino una reacción violenta contra un trabajador hispano.
“Era mi sostén, el del trabajo y del hogar. Ya no está conmigo”, expresó entre lágrimas su esposa Paulina.
Manuel Vega deja una viuda, tres hijos —uno de ellos con cáncer—, ocho hermanos y una madre que llora su pérdida. Sus restos fueron repatriados a Oaxaca, donde la comunidad lo despidió como a un hombre honesto que luchó hasta el último día por el bienestar de su familia.
La familia ha habilitado una cuenta en GoFundMe para recibir ayuda económica tras quedar sin ingresos y enfrentar gastos médicos urgentes. Quienes deseen colaborar pueden hacerlo a través del siguiente enlace: https://www.gofundme.com/f/help-manuels-loved-ones-in-their-time-of-need