La Troca

Después de practicar en la arena Ricardo Arambarri se aventuró a cabalgar las olas en las playas de la frontera, donde tras varios intentos logró pararse por lo menos 30 segundos en una tabla de surf.

Para los surfistas las fronteras no existen. Ellos están acostumbrados a ir y venir entre México y Estados Unidos en esta playa. Nosotros quisimos probar qué se siente cuando estás encima de una tabla.

Nos dirigimos hacia el perímetro sur del condado de San Diego, donde entre patrullas, aduanas y una gran barricada amurallada decidimos aventurarnos y probar como es surfear entre dos naciones, allí donde por momentos pareciera no existir ningún muro que nos divida.

Justo antes de cruzar la frontera con México, se esconde uno de los “secretos” mejor guardados del área: Imperial Beach, a solo 5 millas al norte de Tijuana y a 14 de San Diego. Esta playa es considerada la última de EEUU antes de la frontera. En frente, un paraíso donde convergen olas enmarcadas en un en millas de arena blanca con centros de control y vigilancia controlada.

Así que decidimos probar, pues hasta hay una competencia anual donde las mascotas y sus dueños pueden surfearl así que no debe resultar tan difícil. Pero por si acaso decidimos tomar unas clases
antes, en Pacific Beach. A Ricardo no se le dio nada mal.

Menos mal que contamos con la ayuda de un profesor muy especial.

Unas cuantas olas después, salió del agua pletórico.

La cárcel albergaba también a quienes tenían más de una esposa. Con gruesos muros, no muy altos, la construcción no es ni parecida a las prisiones de hoy en día, donde la extrema seguridad es primordial. También aprovechamos para tomarnos un ‘selfie’ con el hermoso paisaje de la ciudad de Yuma.

El surf es uno de los deportes más populares en San Diego y como dice el refrán "donde fueres, haz lo que vieres". Nosotros no íbamos a ser menos así que nos pusimos manos a la obra. Pacific Beach fue testigo de nuestros muchos intentos por ponernos de pie sobre una tabla de surf.

Nuestro camarógrafo Roberto se tomó las clases muy en serio. Aquí lo vemos concentrándose en mantener el equilibrio.

Unas pocas indicaciones y tímidamente se empieza a soltar. No parece tan díficil ¿no?

Y finalmente agarró la onda. La postura es digna de un completo profesional. ¿Le saldrá igual dentro del agua?

No podiamos pasar por Yuma, Arizona sin conocer la histórica cárcel de esa ciudad.

Aunque parte de nuestro equipo solo se mojó hasta los tobillos, los más valientes nos fuimos a explorar el sistema de cavernas más extenso del oeste del país, pero, aunque no completamos la mision por problemas de volumen, la experiencia resultó fantástica.

Estamos asombrados con los paisajes desérticos de Arizona y nos hemos quedado con las ganas de cocinar unas carnes en la barbacoa.

Seguimos en la ruta hacia San Diego y miren qué auto nos encontramos.

¿Cuál preferirían ustedes?