Awilda conoció a este flechado que vivió en soledad por dos años (y la amorosa lo recibió con un dulce nombre)
La puertorriqueña se presentó en una nueva puerta del amor para recibir a un flechado que vivió aislado por voluntad propia para recuperarse y conocerse mejor, tras el aprendizaje regresó renovado y con ganas de amar. Además de darle su "que sí, que sí", Awilda lo bautizó como un "bizcocho de tres leches".
Awilda conoció a este flechado que vivió en soledad por dos años (y la amorosa lo recibió con un dulce nombre)
La puertorriqueña se presentó en una nueva puerta del amor para recibir a un flechado que vivió aislado por voluntad propia para recuperarse y conocerse mejor, tras el aprendizaje regresó renovado y con ganas de amar. Además de darle su "que sí, que sí", Awilda lo bautizó como un "bizcocho de tres leches".