Alfombras. Estas son ideales para albergar bacterias, por eso es preferible evitarlas de pared a pared, así como sacudirlas y aspiraras de forma regular con una aspiradora de filtro.
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Si evitar a las mascotas no es opción para ti, asegúrate de que estas no entren en espacios donde haya tapates o alfombras. El pelo de los perros y gatos suele quedarse en las superficies aterciopeladas y tus pequeños podrían sufrir una alergia.
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Cojines y almohadas. Tu familia y tú pasan en promedio ocho horas sobre la almohada mientras duermen, por eso es importante seguir tres reglas: lavar las fundas cada tres semanas, lavar las almohadas cada tres meses, y reemplazar estas mismas cada tres años.
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Compra fundas a prueba de alérgenos para almohadas, cojines y colchones. Estas fundas tienen un tejido muy tupido lo cuál evita la entrada de bacterias.
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Congela los peluches de tus hijos. Si, aunque pueda sonar muy raro, congelarlos dentro de una bolsa por 24 horas en el refrigerados evitará que se acumulen miles de bichos y bacterias que podrían provocar que tus pequeños se enfermen.
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Cambia la cortina de la regadera. Aunque las cortinas de vinilo son las más comunes y prácticas, estas contienen ésteres de ácido ftálico, el cual con el calor y la humedad provoca algunos gases de combustión y además favorece el crecimiento del moho. Es mejor sustituirlas por cortinas de nylon para mantener el espacio desinfectado.
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Monitorea la humedad. A veces sin que nos demos cuenta, el moho se apodera de espacios como nuestro refrigerador, lavavajillas, o la alacena. Revisa constantemente los rincones de tu casa y asegúrate de que todos los desagües y tuberías funcionen bien.
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Ventila tu casa. Los niveles de polen suelen ser más altos entre las cinco y las diez de la mañana, procura abrir tus ventanas después de esa hora y permite que el aire circule en todos los espacios posibles.
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Aire acondicionado. Los expertos recomiendan que limpies los filtros y ductos de tu sistema de aire acondicionado al menos una vez al año.
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Las cortinas de tu casa suelen guardar mucho polvo y polen después de algunos días. Busca otras opciones y considera reemplazarlas por persianas o cortinas desplegables hechas con materiales naturales.
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Lava la ropa de cama a temperaturas altas. Todas estas prendas suelen acumular muchas bacterias, por eso no es suficiente lavarlas con el proceso normal. Utiliza agua a una temperatura alta, más o menos a 140°F para que las bacterias mueran por completo.
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Si las instrucciones de tus prendas indican lavar en frio, mételas en el congelador durante seis horas después de haberlas lavado.
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Ahora que ya conoces estos consejos, manos a la obra ¡y aleja las alergias de tu familia!