Errores que no debes cometer al desinfectar tu hogar
Cuando limpiamos la casa, en ocasiones no tomamos ciertas medidas, especialmente al momento de desinfectar. Aquí te decimos cómo tener un hogar más higiénico.
Más allá de esta época de pandemia, es necesario mantener una limpieza diaria del hogar, ya que resulta la mejor manera de reducir el riesgo de contraer algún tipo de enfermedad o alergia.
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Sin embargo, en ocasiones no prestamos demasiada atención a la manera en la que limpiamos, lo que podría ensuciar más que desinfectar. Aquí algunos consejos para que esto no te pase.
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Usa adecuadamente el cloro. Lo ideal es diluir este líquido con agua para que de esta manera desinfecte de una mejor manera.
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Se recomienda usar una solución de agua y cloro en las superficies que diariamente tocamos como mesas, chapas de puertas, interruptores de luz, muebles de cocina, manijas, escritorios, teléfonos, teclados, inodoros, grifos de agua.
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Especialmente debe extremarse el cuidado si estos contienen cloro, amoniaco, alcohol o peróxido de hidrógeno que al mezclarse pueden producir gases tóxicos.
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Lee las instrucciones. Puede parecer algo muy básico, pero en ocasiones damos por hecho algunas cosas, cuando en realidad resulta conveniente ceñirse al uso para el que ha sido diseñado un limpiador concreto, ya que al probarlo en otras superficies u objetos podría comportarse de manera distinta a la habitual o dañar el material sobre el que se ha utilizado.
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Usar la misma toalla o trapo siempre. Es un error bastante común, el cual provoca que toda la mugre de lo que hayas limpiado se adhiere al trapo y se extiende en la superficie que toques a continuación. En otras palabras, los gérmenes del baño acaban en la cocina.
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No limpiar la aspiradora. Cuando el filtro no se cambia o limpia en el momento adecuado, la aspiradora no recoge toda la suciedad y polvo que debería. Así que es muy importante darle el mantenimiento debido.
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Volver a colocar la escobilla del baño. Si después de limpiar el inodoro, pones de nuevo la escobilla en su soporte, sin que se seque, la humedad y los gérmenes del inodoro quedarán atrapados, se extenderán y multiplicarán.
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Barrer antes de tiempo. Lo ideal es limpiar habitaciones de arriba abajo, empezando por sacudir ventanas, bajando a mesas y mostradores, sillas y sofás y terminando con el suelo.
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Rociar el limpiador sobre una superficie directamente. Si lo haces de esa manera, podrías causar una acumulación de la solución, lo que provocaría grasa en muebles y superficies y rayas en las ventanas. Además, podría hacer que la suciedad y el polvo se adhieran a ellos con mayor firmeza.
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Ventila. Cuando limpiamos y desinfectamos es recomendable abrir puertas y ventanas, así conseguiremos también que el secado sea lo más rápido posible.