¿Sobrevivirá la Florida un gran huracán?
Sobre todo este año que, después de dos años de inactividad ciclónica, las aguas cálidas del Atlántico están nuevamente alimentando sistemas de baja presión que al atravesar el océano desde África, se han convertido en intensos huracanes que han amenazado el sur de Florida.El más reciente en preocupar a los surfloridanos fue Ike, un poderoso huracán que alcanzó la Categoría 4 en la escala Saffir-Simpson y que durante días los pronósticos colocaban a Miami en el epicentro de su trayectoria. Sin embargo, el sur de Florida se "libró" de Ike: El fenómeno ciclónico decidió cambiar de rumbo hacia el sur de desató toda su furia contra las costas cubanas.Pero si bien Florida escapó de la amenaza del huracán Ike, los estadounidenses pueden estar seguros de que no van a ser testigos de otra falla catastrófica de un sistema de protección de huracanes. Esto por supuesto se debe a que el sur de Florida no cuenta con un sistema de protección de huracanes.Expertos en el Centro Nacional de Huracanes estiman que si un huracán Categoría 4 (similar a Ike) arremete contra Miami, el fenómeno causaría daños devastadores por encima de los $70 mil millones de dólares.Colgando de Estados Unidos continental hacia el Golfo de México, la península de Florida ha sido siempre un blanco predilecto para la Madre Naturaleza en temporadas de huracanes. Como se dijo anteriormente, el estado fue impactado en 2004 y 2005 por ocho sistemas ciclónicos con nombre.La Florida, sin dudas, durante estos años se ha preparado mejor para enfrentar los huracanes: Ha implementado códigos de construcción más estrictos y practicado planes de evacuación bien ensayados para miles de residentes.No obstante, un artículo publicado esta semana por la versión digital de la revista Time señaló que pese a estas medidas de prevención, el estado sigue estando "peligrosamente expuesto", no sólo a los elementos de la naturaleza, sino también a una posible ruina financiera.En su reportaje, Time puntualizó que la Florida tiene el mercado de seguros de propiedad "más disfuncional" de todo el país, debido precisamente a estar en una zona de peligro. La agencia de evaluación de seguros Fitch concluyó en marzo pasado que si una tormenta fuerte golpea a la Florida, "su frágil mercado podría colapsar".
Esta vez la Florida logró escapar de la cólera del huracán Ike. Pero
eventualmente, un desastre similar o peor castigará a la Península, y
aún no está claro quien eventualmente pagará por la recuperación.
"Eso va a ser una pesadilla financiera", expresó a Time Cecil Pearce,
de la Asociación Americana de Seguros. "La Florida es el caso canasta
de toda la nación".
Y no es que la vulnerabilidad de Florida sea un secreto. De hecho, los
propietarios de casa en el estado pagan las primas de seguros más
elevadas del país.
Desde que el huracán Andrew (que fue Categoría 5 y causó más de $26 mil
millones en daños en 1992) llevó a la mayoría de las aseguradoras de
Florida a la quiebra, y motivó a otras a huir del estado, las
autoridades del gobierno han ayudado a cubrir el riesgo de los
huracanes.
El gobierno estatal proporciona un seguro subsidiado a 1.3 millones de
propietarios de alto riesgo que no pueden obtener pólizas privadas, un
aumento de más del 50 por ciento en sólo tres años.
Florida también cuenta con el Fondo Catastrófico de Huracanes, que
proporciona un seguro subsidiado a las firmas privadas que operan en el
estado.
Pese a esto, según Time, una serie de estudios han determinado que si
un "Gran Huracán" -o al menos uno "bastante grande- azota, la Florida
tendrá problemas muy serios.
La aseguradora estatal y el Fondo Catastrófico apenas cuentan con
algunos miles de millones de dólares a mano, por lo que una tormenta de
categoría mayor obligaría a ambas entidades a poner a flotar bonos
masivos en un mercado poco favorable, y tratar de recortar sus pérdidas
a través de gigantescas tasaciones de sus asegurados, aclaró Time en su
reportaje.
Un comité de la Cámara de Representantes, hace poco alertó que la
Florida tendría "dificultades extremas para pagar por sus obligaciones"
después de una tormenta de 100 años, y que las primas en casi cada
propiedad, automóvil y negocios, podrían subir extremadamente mucho de
precio.
Un informe de la Oficina de Regulación de Seguros de Florida encontró
que incluso una tormenta de 50 años podría causar un estrés financiero
extremo, especialmente en la actual crisis crediticia que vive Estados
Unidos.
Expertos en la industria dicen que el problema es simple: Las cuotas de
seguro de Florida, a pesar de lo alto que son, no son lo
suficientemente elevadas para proteger a un estado donde 25 por ciento
de las propiedades son de alto riesgo.
Las tarifas para renovar los seguros también están por los cielos,
aseguradoras privadas como State Farm y Allstate poco a poco han ido
abandonando a Florida, obligando a otros 500 mil clientes a afiliarse a
la aseguradora estatal.
"Para algunas áreas en Florida, las empresas de seguro no pueden
renovar sus pólizas a ningún precio", apuntó el Comisionado de Seguros,
Kevin McCarty, hace poco durante una audiencia ante el Congreso.
El año pasado, el gobernador de Florida, Charlie Crist, impulsó
reformas para bajar el precio de las primas; una medida políticamente
popular que sin dudas creó más presión a las aseguradoras en caso de
que un desastre se asome.
"Yo me preocupo por esto", le dijo Crist a Time. "Pero no vamos a permitir los precios abusivos [de las aseguradoras]".
El temor de precios abusivos es entendible: McCarty le dijo al Congreso
que algunas aseguradoras han insistido en obtener un margen de
ganancias de 25 por ciento, mientras utilizan modelos de computadoras
para inflar los riesgos.
Nadie niega que el riesgo sea real. Han pasado 80 años desde que un
huracán de categoría mayor azote una ciudad grande en Florida. Pero los
expertos en huracanes han calculado que el próximo ciclón podría causar
hasta $150 mil millones de dólares en daños.
Las reformas de Crist, si bien reducen las primas, incluyen además
otros cambios que han elevado el riesgo que los contribuyentes y los
propietarios de pólizas tendrán para rescatar el Fondo Catastrófico de
Huracanes.
"El riesgo fue removido del portafolio del aseguradora, y ahora está
siendo patrocinado por los ciudadanos de Florida", explicó McCarty.
Es por esto que Crist, y casi todos los políticos de Florida, están
impulsando por la creación de un fondo nacional de catástrofes, que
pondría parte del riesgo sobre los hombros de los contribuyentes, pero
a nivel federal.
Pero esta idea no es muy popular en otros estados, por razones obvias que otros estados no están tan en riesgo.
La Florida ha pasado los últimos 80 años ignorando su vulnerabilidad,
desarrollando áreas de inundaciones y zonas costeras, vendiendo el
sueño del Estado del Sol, a personas de otros lado. Pero el día de la
tragedia llegará.