Sí al desafuero de alcalde mexicano
Después de que escuchó los argumentos del subprocurador de Investigación Especializada en Delitos Federales de la PGR, Carlos Vega Memije, y de López Obrador, así como los alegatos de los diputados, el pleno decidió quitar el fuero al alcalde capitalino por el presunto desacato a un amparo en relación con el predio El Encino.
"El ciudadano jefe de gobierno queda separado del cargo en tanto esté sometido a proceso penal", añadió la declaración votada mayoritariamente por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el partido Acción Nacional (PAN).
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) votó en contra, después de que el alcalde en persona presentara sus alegatos, sin éxito.
"Ahora está sujeto a la jurisdicción de los tribunales competentes. Es muy posible que el juez responsable emita una orden de aprehensión", explica a Univision.com Jorge Sánchez, experto en partidos políticos de la Universidad Latinoamericana.
Aunque la Procuraduría General de la República no tiene un límite para emitir el arresto, en un plazo no mayor a 10 días debe de presentar su resolución.
Esta situación pone en peligro la aspiración presidencial de López Obrador, pues al estar sometido a un proceso penal o estar encarcelado, tendría suspendidos sus derechos políticos y ciudadanos como marca el artículo 38 constitucional.
Y es que si quiere ser Presidente de México deberá ser absuelto, a más tardar el 15 de enero del 2006, cuando vence el plazo de inscripción electoral. Teniendo en cuenta la lentitud del sistema judicial mexicano, las posibilidades de que se resuelva con tanta rapidez son remotas. "Esta situación lo pone en calidad de mártir, de una víctima a la que le han puesto miles de baches para que no llegue a ser Presidente de México. Esto lejos de lastimarlo va a beneficiar su popularidad y no sólo a nivel local sino también a nivel nacional", explica Carlos Lugo, analista político de la Universidad Iberoamericana.
Sin duda el caso de El Encino ha empañado la imagen del tabasqueño, pero aun así la última encuesta trimestral del 5 de febrero por la Consulta Mitofsky, todavía lo señala como el gran favorito entre 16 posibles candidatos que se han destapado sin ser tiempo de concretar alguna candidatura.
Con el 37.7 por ciento de la aprobación, López Obrador supera a Roberto Madrazo, presidente del PRI con el 24 por ciento y a Santiago Creel, secretario de Gobernación, con el 22.2 por ciento.
La popularidad ha hecho que López Obrador libre una feroz batalla de relaciones públicas. Grandes campañas a lo largo de toda la ciudad defienden su imagen.
Para muestra basta un botón, unos 150 mil simpatizantes se congregaron, horas antes del dictamén de la Cámara de Diputados, en el centro de la capital mexicana en su apoyo, a quienes les dijo que nadie lo detendría.
"Anuncio que esté donde esté, voy a contender en las elecciones internas de mi partido, para ser candidato a la presidencia de la República", clamó López Obrador ante los aplausos de sus seguidores.
Luego pidió a sus simpatizantes que no caigan en provocaciones.
"No cometamos errores; las circunstancias nos exigen serenidad y firmeza (...) ¡Nada de violencia!", dijo.
"¡No estás solo!", le respondieron miles de gargantas.
Entre los seguidores de López Obrador se destacaron miles de humildes ancianos, beneficiarios de un programa de la alcaldía que les otorga una pensión de unos 70 dólares mensuales.
La publicidad armó otra controversia, ya que ha sido acusado de usar recursos públicos para pagar esta propaganda, un fenómeno conocido ya como la 'pejemanía'.
"Lo que estamos haciendo es defender a un Gobierno y a un proyecto legalmente constituido, además la gente es la que ha tomado la iniciativa, se están manifestando con moños y cartulinas", declaró al respecto el alcalde mexicano.
El principal enemigo del alcalde mexicano, el presidente Vicente Fox, es quien le ha puesto más piedras en el camino. "Ya llegarán los mesías, ya llegarán los que van a hacer campaña, a ofrecer el oro y el moro, a confundir a la gente, a decirles que ellos tienen las recetas fáciles para resolver todos los problemas", señaló Fox, refiriéndose al alcalde militante del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Como resultado de estas rivalidades con todos los partidos, incluyendo el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN), el Congreso mexicano votó para quitarle la inmunidad. Este fuero es una garantía constitucional de la que gozan ciertos funcionarios para evitar que se les procese judicialmente ante cualquier situación.
López Obrador, elegido como alcalde en el 2000 con el 34.5 por ciento a su favor, está enmedio de la polémica por el caso de El Encino, un predio privado expropiado por el gobierno de la Ciudad de México para construir un hospital. El dueño del terreno levantó una demanda por lo que un juez le concedió un amparo que ordenaba la suspensión definitiva de la obra. La polémica se desató cuando el jefe de gobierno no hizo caso y siguió con el trabajo.
El 17 de mayo de 2004, la Procuraduría General de la República (PGR) presentó la solicitud de desafuero contra López Obrador ante la Cámara de Diputados para emprenderle una acción penal, acusado de desobedecer la Ley de Amparo y de ser presunto responsable del delito de Abuso de Autoridad, al desacatar la orden del juez federal.
A decir de Carlos Lugo, las acusaciones hechas en El Encino son serias, aunque comenta que es más un problema de lucha política que de corrupción. "Jurídicamente es grave porque tiene que cargar con un juicio pero se vuelve más fuerte porque se trata de alguien con una personalidad fuerte para los comicios del 2006", dice. "El trasfondo de este desafuero está en detener el boom y el crecimiento que ha tenido la personalidad política de Andrés Manuel a través de su administración. Sus oponentes deseaban detenerlo y buscaron el pretexto para construirle jurídicamente este desafuero y ponerlo en evidencia en la opinión pública", agrega Lugo. "Hay que detenerlo por las buenas, o por las malas o por cualquier otro medio", dijo el ex canciller mexicano Jorge Castañeda. De aquí los dimes y diretes entre el Ejecutivo y el gobierno local, quienes han hecho fuertes declaraciones respecto a este caso de desobediencia, ya que López Obrador acusa a Fox de participar en una intriga en su contra para desviar sus aspiraciones presidenciales a lo que Fox contesta: "El jefe de gobierno tiene delirios de complots y persecuciones por algo no tiene la conciencia tranquila".
Andrés Manuel López Obrador nació en Tepetitán, municipio de Macuspana, en el sureño estado de Tabasco, el 13 de noviembre de 1953. Aunque su familia pertenecía a la clase media burguesa, según su biografía oficial creyó desde un principio en la justicia social.
Desde joven militó para el PRI y, según el Carlos Lugo, en esa época López Obrador realizó viajes hacia Cuba donde "aprendió las partes del caudillismo y del autoritarismo que ahora lo caracterizan", del dictador Fidel Castro. En 1988 dejó de militar en el PRI y se postuló como candidato a la gobernación de Tabasco. No ganó, pero le sirvió para publicar un libro que denunciaba fraude.
De ahí surgió su imagen pública "de un hombre recio, fuerte, de un político que no tan fácilmente podía dejar de lado sus aspiraciones, pero que también veía la necesidad de la población", comenta el analista.
Un año después fundó el PRD, junto con otros reconocidos ex priístas entre ellos el tres veces candidato a la presidencia de México Cuauhtémoc Cárdenas. En 1994 con el PRD buscó otra vez la gobernación de su natal Tabasco, pero la conquista fue para Roberto Madrazo del PRI en medio de una polémica por los visos de fraude que según López Obrador le robaron el triunfo. "Fue víctima de un atraco electoral y de ahí su imagen de honestidad que construyó a base de su trabajo", explica Lugo. Y es que esta situación marcó su trayectoria política ya que realizó una marcha desde Tabasco hasta la Ciudad de México para protestar por el supuesto fraude.
Irónicamente, Madrazo, actual presidente del PRI, será con gran probabilidad el candidato de su partido para la presidencia de México, enfrentándose una vez más a su viejo contrincante.
López Obrador logró la alcaldía de la capital mexicana en el año 2000, sucediendo a Cárdenas, en un proceso electoral caracterizado por el cambio democrático, luego de que el PRI dirigiera el destino de México durante más de 71 años.
Las elecciones parciales de 2003 validaron su poder en el Distrito Federal. Mientras que en el 2000 los concejales del PRI apenas consiguieron el 30 por ciento del voto, tres años más tarde alcanzaron casi el 44 por ciento. Las opiniones entorno a su persona son diversas, mientras que para unos es sólo un político sin escrúpulos que lo único que quiere es ser presidente. Otros lo ven como un caudillo que refleja el nivel de cultura política que prevalece en el país. De cualquier manera, es la mejor oportunidad que tiene la izquierda mexicana que no milita en el PRI para llegar a la silla presidencial.
Debido a sus modismos y aires campecheros, el alcalde es popularmente conocido como "El Peje", una referencia al pejelagarto, un pez que también es originario de Tabasco.
El profesor Jorge Sánchez comenta que la popularidad de López Obrador proviene de propagar programas sociales que beneficien a los más necesitados. "Sus obras públicas y brindar apoyos económicos y sociales a los que menos tienen, la gente percibe que trabaja por ellos, su apoyo a los ancianos a las políticas públicas, a las delegaciones, su intento por dar opciones de empleo", explica. Varios analistas consultados por Univision.com coinciden en que su magia ha sido combinar el populismo con una gestión de hechos y lo mismo piensan los capitalinos, quienes reconocen más sus atributos personales que la resolución de los problemas en la ciudad como la inseguridad y el desempleo y la corrupción. "Es un político que ha sido comparado incluso con presidentes latinoamericanos como Hugo Chávez de Venezuela y Luiz Inacio Lula de Brasil por su cercanía con la población más necesitada", comenta Sánchez.
Los analistas políticos coincidieron en que la Ciudad de México ha servido de trampolín o plataforma política y por ser ésta la capital del país, puede influir en las decisiones electorales del resto de México. "Aún faltan 16 meses para las elecciones y los destapes ya están al por mayor. Todos compiten a capa y espada para convertirse el elegido y por eso es que López Obrador está tan preocupado por limpiar su imagen", dice Sánchez. Su historial como el jefe de gobierno capitalino deja claro al experto Lugo cómo sería México en el 2006 si López Obrador fuera su próximo presidente. "Su estrategia sería la construcción de empleos, no llegaría a ser tan populista como lo es ahora pero es un hecho que haría políticas de desarrollo social, claras y profundas, políticas sociales sin descartar la inclusión de empresarios de la pequeña, mediana y grande industria, del comercio, etcétera", explica Lugo. Y los enfrentamientos con Vicente Fox le han dado más armas para que su popularidad aumente por mantener siempre la atención del país. "Es un nuevo sistema de poder, el antiguo era más vertical, estábamos acostumbrados a que lo que decía el presidente era lo que se hacía y punto, su investidura era respetada, ahora Andrés Manuel es el responsable directo de lo que pase con la capital y eso da cabida a las disputas y a las confrontaciones entre ambos", comenta Lugo. Pero los arrancones con el Ejecutivo no han sido los únicos en la vida de López Obrador. Uno de los más sonados fue el llamado "Nicolasgate", cuando se descubrió que su chofer, Nicolás Mollinedo, ganaba poco más de 6 mil dólares apareciendo en la nómina del gobierno de la Ciudad de México como coordinador general de logística.
A los ocho meses de asumir el cargo, su ahora ex secretario de Finanzas, Gustavo Ponce, fue ligado a un fraude.
En el año 2003, su nombre saltó a los titulares cuando encabezó la negativa municipal de indemnizar los terrenos del Paraje de San Juan, que al parecer habían sido confiscados sin pagar al dueño. Desoyó la orden judicial de pagar 181 millones de dólares para sus propietarios.
En varios video-escándalos que grabaron secretamente la corrupción pública, aparecen algunos de los ex colaboradores de López Obrador, como el diputado federal René Bejarano, recibiendo paquetes de dinero de manos del empresario Carlos Ahumada.
Aunque en varias ocasiones se ha demostrado que estas actividades no eran del conocimiento del jefe de gobierno, "él está pagando su costo político y por eso mismo debe de responderle a la ciudadanía", explica Sánchez. Y como a estas alturas del partido sus enemigos y sus aliados siguen siendo muchos, lo único que le resta al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador es "seguirse cuidando las espaldas hasta que vea su sueño hecho realidad: ser Presidente de México con todo y el desafuero", finaliza el analista.