Un nuevo estudio revela las secuelas de vivir a largo plazo con tinta bajo de la piel y revive la polémica sobre los efectos de los tatuajes para la salud.
Las normas de salud de los tatuajes tienden a concentrarse en los riesgos inmediatos, como las infecciones.
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El 1.5% de las personas que se tatúan sufren una infección bacteriana y algunas pueden desarrollar reacciones alérgicas a la tinta en el corto plazo.
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Pero, según revela un estudio publicado en la revista médica británica The Lancet, se sabe muy poco de los peligros de vivir con tinta debajo de la piel a largo plazo.
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Evaluar los efectos de la tinta es complejo porque en la mayoría de los países se le considera cosmética, dijo a la agencia Reuters el Dr. Andreas Luch, autor principal del estudio.
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La investigación en cuerpos de personas fallecidas con tatuajes mostró que hasta el 90% de la tinta había desaparecido de la piel.
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Es imposible determinar qué ocurre con esas tintas, si se acumulan en los órganos o el cuerpo las elimina, afirmó Luch, quien es funcionario del Instituto Federal de Evaluación de Riesgos de Alemania.
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La piel es una barrera que mantiene a los cosméticos en su superficie, fuera del organismo. Pero el autor explicó que la tinta se inyecta en tejido vivo, con vasos sanguíneos, nervios y células inmunológicas.
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En EEUU, la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA) puede regular el uso de las tintas, “pero no lo está haciendo", dijo la Dra. Michi Shinohara, dermatóloga de la Universidad de Washington, Seattle.
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La regulación de los centros de tatuaje y los requisitos para trabajar varían de estado en estado, desde el manejo de los patógenos sanguíneos hasta las horas de entrenamiento para obtener una licencia.
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Shinohara aclaró también que faltan estándares industriales sobre los ingredientes de las tintas, la industria casi no está regulada y la notificación de las complicaciones con los tatuajes es muy baja.
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El equipo de Luch señala que las tintas actuales contienen pigmentos orgánicos, pero también conservantes y hasta contaminantes, como el níquel, el arsénico y el plomo.
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En un estudio de Suiza, el 14% de las muestras de estas tintas incluía conservantes que están prohibidos. Las reacciones son más comunes con las tintas de colores que con las blancas y las negras.