Debes comenzar a prepararte desde el mismo embarazo. Puedes inscribirte en una clase de lactancia materna, así como hacerle saber a tu proveedor de atención médica que planeas amamantar a tu bebé.
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Solicita una consultora de lactancia recomendada para que tú y tu pareja puedan familiarizarse con él o ella antes, y puedes comenzar a aprender los pasos para asegurar un buen cuidado y prevenir los problemas una vez que comiences la lactancia.
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Habla con tu pareja y los miembros de tu familia acerca de lo que pueden hacer cuando comiences la lactancia materna, incluyendo mostrarte apoyo y estímulo.
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Los expertos en salud del gobierno dicen que 2 ó 3 tazas de cafeína al día no afectan a tu bebé, pero debes evitar el alcohol.
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También puedes extraer la leche materna antes de tomar una copa y la utilizas para alimentar a tu bebé más tarde. Pregúntale a tu proveedor de atención de la salud sobre la ayuda para dejar de fumar y el uso de drogas. No es seguro para ti o tu bebé a usar drogas ilícitas.
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La mastitis puede ser un dolor o un bulto en el pecho acompañado de fiebre o síntomas de gripe, y también puede causar náuseas y vómitos.
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La lactancia materna debe continuar incluso cuando tú estás enferma. La mayoría de las enfermedades comunes no pasan a la leche materna, y los anticuerpos en la leche materna en realidad protegen a tu bebé de enfermedades.
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Habla con tu médico sobre todas las medicinas que estás tomando y pregunta antes de comenzar una nueva. Si te recetan medicamentos, sigue amamantando mientras las tomas - esto es bueno para ti y tu bebé.
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Evita el destete si tú o tu bebé están enfermo. Es mejor esperar hasta que ambos estén sanos para hacer la transición. Lo más importante que debes saber es que la lactancia materna es saludable para ti y tu bebé.
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