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Renunciará el presidente de Bolivia

El presidente de Bolivia, Carlos Mesa, anunció que presentaría su dimisión formal ante el Congreso debido ola de protestas que sacuden a su país.
7 Mar 2005 – 12:00 AM EST
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El anuncio del mandatario de presentar su dimisión, presionado por la ola de protestas que han ido creciendo en los últimos días, ha dejado a su país sumido en la incertidumbre política y en la polémica desde la noche del domingo.

La Plaza Murillo de La Paz, donde se encuentra el Palacio de Gobierno y la sede del Parlamento, amaneció el lunes con mayor custodia policial de la normal ante la aparición de muchos adeptos y algunos críticos de Mesa que se apostaron frente a los edificios.

Las muestras de apoyo al mandatario, que llegó esta mañana a Palacio a las 9 a.m. hora local (13:00 GMT), comenzaron anoche, cuando una multitud se reunió de manera espontánea frente a la sede del poder Ejecutivo, en la segunda crisis política que vive el país desde el 2003.

Mesa "se encuentra redactando su renuncia", confirmó Oswaldo Candia, portavoz del palacio Quemado y uno de sus más estrechos colaboradores.

La carta de renuncia será presentada a la presidencia Congreso durante la mañana del lunes por parte del ministro de la Presidencia, José Galindo, afirmó.

Luego de descender del vehículo que lo trasladó desde su residencia particular, en una barriada exclusiva de La Paz, el gobernante saludó a unos 200 adherentes que esperaban su arribo a la casona presidencial.

Exultante, el jefe de Estado saludó a los ocasionales manifestantes y sin emitir palabra alguna se introdujo en su oficina junto a su escolta.

"Mesa no se va, Mesa no se va", le gritaron al presidente dispuesto a dimitir cerca de 17 meses después de suceder, en su calidad de vicepresidente, al mandatario liberal Gonzalo Sánchez de Lozada, quien renunció el 17 de octubre de 2003 presionado por una sangrienta revuelta popular

En su mensaje a la nación, Mesa afirmó el domingo que, en sujeción a la Constitución, elevaría su renuncia a consideración del Congreso, cuyos miembros podrían reunirse en La Paz no antes de las 4 p.m. locales (20:00 GMT).

El mandatario identificó al líder y diputado cocalero Evo Morales y al dirigente vecinal Abel Mamani como los responsables de un clima de incertidumbre en el país con el anuncio de paros y bloqueos.

Desde temprano, dirigentes políticos, sindicales, empresariales y analistas han evaluado el anuncio de Mesa de dejar el Gobierno.

El presidente del Senado, Hormando Vaca Diez, que es el sucesor constitucional si el Congreso acepta la dimisión de Mesa, llegará en las próximas horas a La Paz desde la ciudad de Santa Cruz, donde el domingo por la noche recibió el sorpresivo anuncio del gobernante.

Guido Añez, dirigente del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR), partido de Vaca Diez, declaró este lunes a un canal de televisión que al MIR "no le interesa la sucesión constitucional", sino reclamar a Mesa que cumpla con su mandato.

La ciudadanía también debate los posibles escenarios luego de la dimisión y si Vaca Diez no acepta ser el sucesor, lo que derivará en la asunción del titular de la Cámara de Diputados, Mario Cossio, y si este tampoco acepta, del presidente de la Corte Suprema, Eduardo Rodríguez.

Según el diputado Hugo San Martín, afín a Mesa, en esos escenarios hay que preguntarse qué pueden hacer los anteriores con la crisis actual, si Mesa, que goza de un 60 por ciento de apoyo en las calles, según ultimas encuestas, ha decidido dimitir.

Los líderes de la ciudad de El Alto, en huelga desde el pasado martes, han convocado a un cabildo para definir el curso de las medidas de presión que realizan contra la empresa francesa Suez, cuya salida inmediata reclaman al Gobierno.

En el interior del país, desde el sábado se mantienen bloqueados los accesos a los campos petroleros de una filial de British Petroleum y varios cortes de ruta en el oriente y el sur, especialmente en el departamento de Chuquisaca, donde la capital constitucional de la República, Sucre, tiene cuatro vías cortadas.

Para esta jornada, también se han anunciado el inicio de bloqueos por los seguidores del líder cocalero, Evo Morales, que demanda de la Cámara de Diputados una mayor subida de impuestos a las petroleras de la aprobada la semana pasada, en el marco de la reforma del sector que analiza el Legislativo.

Los partidos con representación en el Congreso, los sindicatos, los empresarios y organizaciones cívicas se reúnen este lunes de emergencia en varios puntos del país para evaluar la difícil situación.

El Congreso aún no ha sido convocado para atender la emergencia, aunque se prevé que la reunión para considerar la carta de renuncia se realice el martes.

Por su parte, la poderosa Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb) pidió este lunes la convocatoria a elecciones luego que el presidente Mesa anunció su decisión de renunciar asediado por crecientes presiones sociales.

"Tiene que haber otro gobierno de transición, pero que llame a las elecciones generales", declaró Felipe Quispe, líder de los campesinos aymaras y quechuas, las etnias mayoritarias en Bolivia.

"Aceptamos que se vaya el Carlos Mesa, porque no necesitamos un tipo de gobernante incapaz", dijo Quispe.

El líder agrario dijo que el gobernante se encuentra a merced de las empresas extranjeras que operan, principalmente en el sector petrolero del país.

"Carlos Mesa está siendo prisionero de las transnacionales, está entre la cruz y la espada", dijo, luego de acusar al mandatario de defender "al amo imperialista".

Por otro lado, la iglesia Católica llamó el lunes a la población a conservar la calma "en estos momentos difíciles", a poco que el presidente Mesa ponga a consideración del Congreso de Bolivia su renuncia.

El cardenal Julio Terrazas pidió demostrar "la madurez que se requiere en los momentos en que tenemos que decidir nuestra marcha como nación".

El prelado describió a la situación actual de "difícil (y) de desconcierto".

Terrazas, quien declinó comentar sobre la decisión de renunciar del gobernante, pidió buscar "soluciones para los problemas" del país más pobre de Sudamérica.

Las invocaciones del líder de la iglesia Católica boliviana tenían lugar poco después que pobladores de las ciudades de La Paz (oeste), Oruro (sudoeste) y Cochabamba (centro) se manifestaran en apoyo al gobernante, arrinconado por una ola de protestas, huelgas y cortes de ruta.

El domingo por la noche, en un discurso de 45 minutos que había sido anunciado con poca anticipación, Mesa criticó duramente a Morales por haber anunciado el inicio de un bloqueo nacional de caminos exigiendo la aprobación de una nueva ley de hidrocarburos que incremente las regalías que pagan las transnacionales petroleras del 18 al 50 por ciento, así como la convocatoria de una asamblea constituyente "a su gusto".

Mesa señaló que aprobar la ley petrolera que exige Morales "es inviable" porque "la comunidad internacional está en contra", y señaló que tampoco podía hacerle "el juego" al aprobar la convocatoria a una asamblea constituyente según sus propios criterios.

El mandatario también acusó al dirigente de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto (Fejuve) Abel Mamani de tratar de obligar al gobierno a romper de inmediato contrato con la proveedora de agua potable de esa ciudad y de La Paz, la empresa Aguas del Illimani, controlada por la francesa Lyonnaise des Eaux, lo que acarrearía serios problemas para el país.

Mesa dijo que en lo inmediato el gobierno tendría que pagar 17 millones de dólares a organismos de crédito y podría perder un juicio de 50 millones de dólares que Aguas del Illimani habría amenazado con iniciarle.

Mamani encabeza desde el miércoles un paro general de actividades en El Alto, 12 kilómetros al oeste de La Paz, exigiendo la expulsión inmediata de Aguas del Illimani, y ha anunciado para el lunes un cabildo abierto para la definición de nuevas medidas de protesta, y una marcha masiva a La Paz para el martes, con la intención, incluso, de tomar el Congreso.

Mesa señaló que el bloqueo nacional de caminos propiciado por Morales y el paro encabezado por Mamanio dejarán al país "y especialmente a La Paz" sin alimentos ni combustibles hacia el jueves próximo, y que no está dispuesto a ordenar a las fuerzas armadas ni a la policía a despejar los cortes de ruta ni enfrentar a los bloqueadores.

Morales declaró inmediatamente después del discurso de Mesa que el anuncio de dimisión "es un chantaje, porque no ha renunciado irrevocablemente" y que se trata de una maniobra que para lograr la adhesión de la población, pues en su criterio el Congreso no aceptará la renuncia.

El dirigente, quien es la cabeza del Movimiento al Socialismo (MAS), el segundo con mayor representación en el Congreso acusó a Mesa de seguir los dictámenes de las empresas petroleras al no aceptar el incremento de las regalías hasta el 50 por ciento.

Señaló que los bloqueos, que ha instruido y que deben iniciarse el lunes, no serán suspendidos. De hecho, desde el lunes, seguidores del MAS mantienen cortadas rutas en Sucre y Potosí, en el sur del país.

Luego del discurso de Mesa, una muchedumbre se agolpó en las puertas del palacio de gobierno para pedirle al presidente que se mantenga en la primera magistratura, al grito de "Mesa es nuestro presidente".

Una mujer que llegó al palacio, con lágrimas en los ojos dijo a la prensa: "no queremos caer en manos de cocaleros, ni de rateros, ni de comunistas".

La decisión del Congreso sobre el futuro del presidente es incierta. Al final de la noche del domingo no se conocía la reacción oficial del los partidos. Morales señaló que el MAS tomaría una decisión el martes sobre si acepta o no la renuncia de Mesa.

Mesa, quien asumió la vicepresidencia en agosto de 2002 como independiente e inició su gobierno en octubre de 2003 en esa condición, ha logrado cohesionar un grupo de legisladores que lo apoyan y que pertenecen a distintos partidos tradicionales.

Informes de prensa señalan que quienes lo respaldan directamente son entre 35 y 50 congresistas, de un total de 157.

Partidos tradicionales como el Movimiento Nacionalista Revolucionario y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria han acompañado algunas medidas de Mesa, como su propuesta de, en vez de incrementar las regalías del 18 al 50 por ciento, mantenerlas en 18 por ciento y aplicar un impuesto del 32 por ciento.

El jueves, la posición de Mesa ganó por un voto en la Cámara de Diputados, donde la ley de hidrocarburos es tramitada desde diciembre. Pero el MAS exigió que se deje sin efecto esa sanción, pues supuestamente se cometieron irregularidades en la votación.

"A partir de las próximas horas podemos tener un país totalmente bloqueado, Sucre está totalmente aislada del resto del país. Es previsible que en tres o cuatro días las principales ciudades, pero especialmente La Paz, no tengan combustibles y no tengan abastecimiento de alimentos", dijo Mesa en su mensaje que pronunció en tono enérgico, por momentos de enfado.

En cuanto a los hidrocarburos señaló que "la ley que plantea Evo Morales es una ley inviable e imposible".

"Es una ley que la comunidad internacional no acepta, nos lo ha dicho Brasil, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, el Fondo Monetario, la Corporación Andina de Fomento, el conjunto de la Unión Europea. En el momento en que una sola empresa petrolera coloque en entredicho la ley del Congreso Estados Unidos puede dejar de ayudarnos, y la Unión Europea puede poner en una suerte de congeladora al apoyo a nuestro país", añadió.

Sostuvo que el problema sería grave para Bolivia pues "parte del sueldo de maestros, de trabajadores en salud, se paga con ayuda de la cooperación internacional".

"Yo no soy un títere, no he venido a gobernar Bolivia para hacer lo que un grupo corporativo a, b, c ó d quiere que haga", señaló.

Indicó que esos grupos corporativos, en alusión a los seguidores de Morales y Mamani "estrangulan todos los días a los bolivianos". "Porque todos los días nos viven amenazando, este es el país de los ultimátums, es el país de los que se enrollan con dinamita".

"No voy a continuar con esa lógica, porque Bolivia no se puede gobernar con esa lógica", agregó.

Señaló que cuenta con el 60 por ciento de apoyo de la población, y que los nueve millones de bolivianos "quieren vivir en paz", a diferencia, supuestamente, de algunos dirigentes políticos y sindicales. Dijo también que desde su asunción debió resolver 820 conflictos sociales "en paz". "En estos meses he hecho todo lo mejor que a mi entender me han permitido hacer, he trabajado para construir una Bolivia mejor".

"Ese trabajo que responde a lo mejor que tengo ha llegado al límite de lo posible, por todas las razones que les he explicado", añadió.

A medianoche del domingo, Mesa, visiblemente emocionado, salió al balcón del palacio de gobierno ante el pedido de la multitud que se concentró frente a sus puertas y que colmó la plaza de armas de La Paz.

Los manifestantes le pedían que no renunciara, que se quedarían en vigilia toda la noche, al tiempo que le reclamaba "mano dura" con los supuestos desestabilizadores.

También en Cochabamba, la tercera ciudad más importante del país, manifestantes ocuparon la plaza principal para pedir a Mesa que no dimita.

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