Prohíben bañarse en playas de Pensacola
"Hay petróleo en el agua y en la arena, y doble bandera roja en las playas que prohíbe bañarse", dijo Warren Bielenberg, directivo del Parque nacional Islas del Golfo, una de las áreas afectadas.Hasta ahora sólo pequeñas bolas de alquitrán llegaban a las playas y eran recogidas por patrullas de limpieza enviadas por la petrolera British Petroleum (BP), responsable del derrame de crudo en abril. "Ver esto en un lugar tan hermoso como este es increíble", se lamentó el gobernador de Florida, Charlie Crist, que consideró "desagradable" la invasión de la marea negra sobre la blanca arena de Pensacola.El área afectada abarca desde Perdido Key hasta zonas de la isla Santa Rosa, en Pensacola Beach, el sector de mayor atracción de turistas en la región.Un verano "sin mar"Con temperaturas que superan los 90 grados Farenheit y la imposibilidad de refrescarse en el mar, "las playas están todavía abiertas y hay algunas personas que van con sus sombrillas para disfrutar el sol", indicó Bielenberg.El funcionario dijo que pese al intenso calor nadie puede meterse al mar, pues está en vigor "una advertencia de salud del condado de Escambia", al que pertenece Pensacola, debido a la presencia del crudo.Más de 1 mil personas trabajaban el jueves en las playas en tareas de limpieza mientras grupos de embarcaciones intentaban recolectar petróleo en la superficie del mar, dijeron autoridades locales.Las manchas de petróleo llegan a Pensacola la misma semana que se inicia el verano, lo que podría significar casi un tiro de gracia para la golpeada industria turística que ya veía caer drásticamente el número de visitantes en las últimas semanas debido al derrame.Preparados para lo peorFlorida, uno de los destinos turísticos más importantes de Estados Unidos con 80 millones de visitantes por año que dejan a este estado ingresos por más de 60 mil millones, había montado un fuerte operativo con equipos de limpieza en el mar y las playas para evitar que el petróleo afectara sus costas.El Panhandle se preparó para lo peor durante semanas. El jueves, la oficina del gobernador reportó que cerca de 367,600 pies de tubos inflables para contener el crudo fueron ubicados en las áreas más sensibles del noroeste de la Florida, y otros 176,300 estaban disponibles.Por su parte, NOAA alivió la situación de los pescadores al reabrir alrededor de 8,388 millas cuadradas en el Golfo, dio a conocer The Miami Herald. Estudios previos de la zona descartaron la presencia de petróleo, pero se mantiene la prohibición para el 33 por ciento de las aguas federales.