Una chaqueta de avestruz de 15,000 dólares y otros excesos del mal gusto al vestir de Paul Manafort
En el juicio que se lleva a cabo contra el exasesor de campaña de Donald Trump, por cargos de fraude bancario y fiscal, su costoso armario personal ha sido una de las más importantes y variopintas pruebas presentadas ante el tribunal.
Una verdadera saga se abrió en las redes sociales cuando en el juicio que se lleva actualmente en Virginia contra el exasesor de campaña de Trump, Paul Manafort, se reveló que le había sido incautada una chaqueta de cuero de avestruz con valor de 15,000 dólares. ¿Cuán excéntrica era una chaqueta de ese valor? Aunque algunos intentaban fantasear con que se trataba de una prenda de colección, pronto quedó revleado que se trataba de un modelo tipo deportivo que de ninguna manera parecía hacerle justicia a precio.
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La otra pieza emblemática que se ha desprendido de la colección de trajes de seda, chaquetas y artículos personales que costaron 1,4 millones de dólares y que Manafort compró en menos de cinco años, es esta chaqueta de cuero de pitón, que además de levantar comentarios por su estilo algo pasado de moda, se ha convertido en pieza clave para comprobar si el lobbista sabía o no de la existencia de cuentas en el extranjero que nunca declaró.
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Ante esta exhibición pública del estilo de Manafort, su abogado defensor intentó pedir en jucicio que no se hicieran públicos estos objetos argumentado que solo mancillaban al acusado, y creaban anidmadversión contra los ricos.
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Manafort, que enfrenta 12 cargos por fraude bancario y fiscal en relación con actividades de consultoría política en Ucrania, entre otros, gastó 444,160 dólares en ropa en la refinada casa de ropa masculina Alan Couture.
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En otro año, el acusado dejó 113,450 dólares de su fortuna en ‘House of Bijan’ en Beverly Hills, una de las tiendas de ropa masculina más caras del mundo.
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Esas piezas personales al ser exhibidas en púbico le han dado forma a ese oropel tan propio de los personajes que circundan al presidente Trump. También han revelado, sin lugar a duda, que se puede ser millonario y aun así evadir impuestos y tener el más condenable de los gustos.
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El gerente de la casa Alan Couture, que testificó en el juicio, dijo que su tienda tenía 40 clientes habituales y que Manafort era el único que pagaba mediante transferencia bancaria internacional.
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La ropa de Manafort no es más que la punta del Iceberg de un sinnúmero de gastos desproporcionados como, por ejemplo, cientos de miles de dólares en jardinería que incluían una cama de flores en forma de letra "M" y 20,000 dólares en máquinas de video y karaoke en uno de sus hogares.
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Aunque la defensa de Manafort se ha resumido en un sencillo y manido argumento: “no lo culpen a él, él no sabía qué estaban haciendo sus subordinados con su dinero”, la compra de estas prendas personales podría ser evidencia de que él si estaba al tanto de todo lo que ocurría con sus cuentas bancarias.
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Traje de seda raya tiza que hace parte de la colección que compró en tiendas como ‘House of Bijan’, de las más caras del mundo, en Beverly Hills.
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Además de comprar chaquetas tipo retro de la marca Versace, entre 2010 y 2014, Manafort pagó más de 3 millones de dólares por trabajos de construcción en las residencias de su familia en Hamptons, Manhattan, Brooklyn y el norte de Virginia.