Política
En su segunda visita a Texas, Trump repartió comida, jugó con niños y hasta hizo chistes sobre sus manos (fotos)
"Estamos con ustedes hoy, estaremos con ustedes mañana, y seguiremos estando cada día hasta restaurar, recuperar y reconstruir!", dijo este sábado el presidente en su Twitter antes de emprender su encuentro con los damnificados del huracán Harvey.
Donald Trump regresó a Texas después de su primera visita el pasado martes a Corpus Christi y Austin para ver de primera mano, la devastación dejada por Harvey. En esta ocasión, recorrió uno de los barrios de Houston afectados por el huracán y compartió con algunos de los damnificados.
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"TEXAS: Estamos con ustedes hoy, estaremos con ustedes mañana, y seguiremos estando cada día hasta restaurar, recuperar y reconstruir!", dijo este sábado el presidente antes de iniciar la jornada en donde habló directamente con los ciudadanos de Houston.
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Trump recalcó el trabajo hecho por el gobernador de Texas en una breve alocución que hizo en la iglesia de Pearland en donde se organizó un centro de acopio para organizar todas las donaciones que han llegado a Houston. Lo acompañó también el senador Ted Cruz.
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Durante la visita del presidente muchos ciudadanos salieron a saludarlo y a mostrarle su apoyo. Texas fue un estado que le dio su voto al presidente Trump en la pasadas elecciones.
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Melania Trump se involucró en las labores de recolección y repartición de ayudas mientras el presidente hizo énfasis en mandar el mensaje de que "todo está marchando bien. Todo se ha hecho de manera muy eficiente".
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Aunque mucho dieron de qué hablar sus tacones, los tenis tipo Converse que llevó Melania Trump recordaron los mejores tiempos de Michelle Obama, la primera esposa de un presidente en usarlos.
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Dentro de la agenda, hubo tiempo para que el presidente se encontrara con tropas y guardas costas y les agradeciera sus esfuerzos y ayuda durante las inundaciones que desde el sábado 26 de agosto aquejan a Texas.
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Esta vez la agenda del mandatario se concentró más en trabajo humanitario y en compartir con las víctimas. Aquí posó con uno de los damnificados que está refugiado en el estadio NRG de Houston.
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Después de las críticas por la distancia que había mantenido el presidente frente a los damnificados, en esta visita Trump y Melania se pusieron manos a la obra y repartieron comida en uno de los refugios más grandes, de 700,000 metros cuadrados, que dispuso la ciudad de Houston para los damnificados de Harvey.
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Trump se encontró con la prensa y los cuerpos de apoyo e incluso tuvo tiempo, antes de ponerse los guantes para repartir las cajas de alimentos, de bromear: "Es que mis manos son muy grandes", dijo mientras se ponía los guantes de látex.
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Al recorrer el enorme refugio acompañados del gobernador del estado de Texas, Greg Abbott, Donald Trump y Melania se detuvieron a pasar tiempo con los pequeños que después de las inundaciones aún siguen viviendo en el refugio.
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El presidente se mostró especialmente cariñoso con esta pequeña. El martes pasado, Twitter compartió de manera viral varias fotos de otros presidentes abrazando a las víctimas de tragedias como Sandy o Katrina para criticar la actitud que mantuvo Trump con los afectados de Texas en su primera visita.
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En la mañana del sábado el presidente y la primera dama aterrizaron en Houston después de que el viernes el mandatario le pidiera al Congreso 7,85 billones como financiación inicial para el 'alivio' del desastre causado por el huracán y tormenta Harvey que ha dejado hasta ahora 44 muertos.
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Como es costumbre, la primera dama no salió de la Casa Blanca sin sus finas maletas Louis Vuitton en donde estaba la ropa más deportiva, que incluía unos Converse y una gorra que decía TEXAS, ropa más acorde con las circunstancias de una tragedia que usaría la primera dama al desembarcar el avión presidencial en Houston.
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Estos son los tacones que llevaba Melania Trump antes de abordar el avión presidencial rumbo a Houston que generaron la indignación y las críticas de muchos después de que el martes pasado usara también unos zapatos de altísimos tacón muy inapropiados para afrontar una inundación.
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