El 20 de julio de 1969 se cumplió una ambiciosa meta propuesta por el presidente John F. Kennedy ocho años antes: enviar y traer a un estadounidense sano y salvo de la luna. Como parte de la Guerra Fría contra el mundo comunista, EEUU destinó mucho presupuesto y talento para llegar de primeros al satélite de la tierra y adelantarse en la carrera espacial.