El municipio de Tumbiscatío, en Michoacán, es una de las regiones en las que integrantes de los Caballeros Templarios organizaban sus fiestas, las cuales se realizaban frente a los habitantes y autoridades municipales.
Tumbiscatío, el pueblo preferido por los Caballeros Templarios para sus fiestas
En esa comunidad organizaban eventos, los cuales se realizaban frente a los habitantes y autoridades.

Según testimonios de pobladores y fuerzas federales citados por el diario El Universal, las fiestas de los Templarios se realizaban frente al Palacio del Ayuntamiento, en donde era común ver a los líderes del grupo criminal Nazario Moreno, "El Chayo", y a Servando Martínez, alias "La Tuta".
Durante estos eventos era común ver Nazario Moreno cantar o a "La Tuta" entregar dinero a las personas que acudían a los eventos.
"Hacían fiestas en la explanada. Tocaban grupos y en ocasiones 'El Chayo' cantaba para los asistentes", asegura uno de los pobladores, quien solicitó el anonimato por temor a represalias.
Asimismo, los habitantes revelan que "El Chayo" mandaba preparar carne humana y la comía durante las fiestas en el kiosco, pues decía que le daba fuerzas para seguir adelante.
Descuartizaban a los traidores
La impunidad y tranquilidad con la que gozaban los Templarios en ese municipio tenía una regla: "No chivatear" (delatar) ni hablar con los federales.
Según los testigos citados por El Universal, los pobladores que no cumplían la norma impuesta eran asesinados y en ocasiones descuartizados frente al resto del pueblo.
"La primera vez que vinieron los federales, en 2010, algunas personas hablaron con ellos, pero cuando se fueron los policías, los Templarios buscaron a la gente y la mataron en lugares públicos. Dijeron que eso le iba a pasar a todos los que habláramos o ayudáramos a los policías", declaró una habitante.
Por su parte, autoridades federales señalaron que este municipio era un refugio idóneo para el grupo criminal debido a su ubicación geográfica, ya que para llegar a esa localidad se tiene que transitar por en medio de cerros, lo que facilita las emboscadas en contra de las autoridades o moradores ajenos.