La salud pública y su urgente reforma
La salud pública en Estados Unidos no está establecida en la Constitución como una obligación del estado, por lo que con la intervención del sector privado junto la de los gobiernos locales han pasado la factura de la mayoría de los servicios de salud a empleadores y ciudadanos en general.
A pesar de que los candidatos debaten sobre cuál sería la mejor reforma en la salud pública para minimizar costos en la atención médica y ampliar la cobertura sin que el gobierno federal aumente su presupuesto, ninguno de ellos ha explicado a detalle cómo lo lograrán.
Por un lado la candidata demócrata Hillary Clinton aboga por que los empleadores sigan siendo los que apoyen con el pago de servicios médicos a sus empleados y para reducir costos plantea un mejor cuidado preventivo de las enfermedades y una revisión al sistema actual para eliminar gastos.
Mientras que Rudy Giuliani se ha mostrado reticente a la idea de que el gobierno sea el que brinde servicio médico a la población, diciendo que esos principios socialistas no concuerdan con los principios americanos.
En general, ya sea con pequeños costos por parte de los ciudadanos, con un nivel más competitivo entre las compañías aseguradoras, con una revisión a los impuestos y nuevas medidas de control sobre los precios, es como los candidatos plantean un cambio.
Dura realidad
Pero la realidad es que la mayoría de los estadounidenses no está conforme con su sistema de salud, donde existen planes médicos limitados, medicinas no incluidas, servicios de salud costosos.
Una realidad en la que el gobierno no proporciona a sus ciudadanos un seguro universal y donde no todos los empleadores ofrecen un seguro médico para cubrir las visitas al médico y medicamentos, lo que resulta en seguros de salud de alto costo que han ido en aumento en los últimos años.
El gobierno de George W. Bush ha propuesto pagar los servicios de salud con cuentas de ahorro privadas, con una deducción a la hora de pagar impuestos en relación a lo pagado en facturas médicas, pero los críticos dicen que con esto a los únicos a los que favorecería sería a las empresas privadas.
La crisis en salud pública es uno de los temas que más preocupa a los estadounidenses, junto al tema de la guerra en Irak y todos piden a gritos una reforma en el sistema de salud pública.