Mientras manejaba crisis mundiales, Clinton ha tenido tiempo de ayudar a organizar la boda de su hija Chelsea, que EEUU vivió en 2010 casi como un enlace de una familia real, y de pedir insistentemente a la pareja que la hagan abuela, aunque está convencida de que sería "inaguantable" y controladora en ese papel.
Getty Images
PUBLICIDAD
2/4
"A veces duermo incluso durante el despegue y el aterrizaje", reconoció en 2011 a la revista Harper's Bazaar. "¡Es que estoy tan cansada! Creo que estoy crónicamente agotada", añadió.
Getty Images
PUBLICIDAD
3/4
Tres días a la semana, a las seis de la mañana, un entrenador personal llegaba a su casa para "torturarla" con ejercicios, y en sus escapadas de fin de semana a Nueva York solía hacer yoga, según explicó en la misma entrevista.
Getty Images
PUBLICIDAD
4/4
En una entrevista reciente, Bill Clinton bromeó con que su mujer "vivirá hasta los 110" años y podría tener "tres maridos más" aparte de él. Sus recientes problemas de salud pueden convencer a muchos de lo contrario, pero Clinton parece decidida a armarse del casco de fútbol americano que le ha regalado el personal del Departamento de Estado para emprender una nueva etapa que se plantea como "un libro en blanco" y en la que muchos ven un futuro en la Casa Blanca.