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¡No te automediques!

La hipocondría muchas veces lleva a automedicarse, lo cual pone en riesgo la futura efectividad de los antibióticos. Entérate
9 Oct 2008 – 12:00 AM EDT
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"El uso excesivo de antibióticos es un problema grave y una amenaza para la salud de toda la población", dijo la Dra. Lauri Hicks, directora médica del programa de los CDC Infórmese: automedicarse con antibióticos puede perjudicar su salud (Get Smart: Know When Antibiotics Work). Hicks señaló que además de tomar antibióticos cuando no son indicados, abandonar el tratamiento antes de lo recomendado por el médico y dar las medicinas sobrantes tras un tratamiento a familiares o amigos con síntomas similares, son algunos de los factores que contribuyen a empeorar el problema de resistencia a los antibióticos.La resistencia a los antibióticos ha sido catalogado como uno de los problemas de salud pública a nivel mundial que requieren de mayor atención.Durante la última década casi todos los tipos de bacteria han desarrollado mayor resistencia y responden cada vez menos al uso de antibióticos, de acuerdo con las autoridades.Consulta a tu médico"Al inicio de esta temporada de resfriados y gripe, le pedimos a los padres que no insistan en que les receten antibióticos cuando el proveedor médico ya les ha indicado que no es necesario. Si tiene un resfriado o gripe, los antibióticos no le van a servir", indicó Hicks.Los antibióticos son efectivos para combatir bacterias y no virus, que son los que causan los resfriados y la gripe, así como la mayoría de los casos de tos, bronquitis, dolores de garganta o secreciones nasales que no son ocasionados por estreptococos, explicó la médico.Asimismo, la experta aconseja que cuando se trate de antibióticos se tome el tratamiento completo, aún si se nota una mejoría considerable, y se evite omitir o "saltar" las dosis.Además, señaló es importante desechar los antibióticos restantes una vez que se ha terminado el tratamiento y no tomar restos de antibióticos que han sido recetados para otras personas.Según la funcionaria, los médicos deben informar a los pacientes sobre los riesgos de recurrir al uso de antibióticos cuando no es lo indicado y sobre los efectos secundarios que éstos pueden provocar.Para prevenir el contagio de enfermedades respiratorias durante la temporada de frío, los CDC recomiendan implementar ciertas prácticas de higiene y salud como lavarse las manos con frecuencia, vacunarse contra la gripe y evitar el contacto con personas enfermas.El sitio de los CDC cuenta con información adicional sobre la campaña y la resistencia a los antibióticos.

Por otra parte, existen quienes se automedican porque tienen miedo a

padecer una enfermedad grave a partir de su propia interpretación de

una serie de síntomas, a pesar de que una exploración médica demuestra

que no existe ninguna patología. Desde el punto de vista clínico, en la

hipocondría las preocupaciones del enfermo hacen referencia a

disfunciones corporales, como latidos cardíacos anormales, sudoración

inexplicable o movimientos peristálticos del intestino.

Una pequeña

herida que tarda en cicatrizar o una tos ocasional pueden desencadenar

también una preocupación dramática en el afectado.Lo más frecuente es que la hipocondría, que afecta al 5 por ciento de la población en general según estadísticas recientes, se manifieste en los primeros años de la edad adulta, aunque los infantes no están exentos de ella. Los expertos consideran que es una alteración con buen pronóstico y, en general, de cortada duración, incluso en las personas que atraviesan por fases agudas.

Esta preocupación permanente por el estado de salud

lleva al hipocondríaco a una autopercepción constante de cualquier

sintomatología que él considera anómala y que se convierte en tema

reiterado de sus conversaciones.La referida preocupación

constante, asociada al miedo a envejecer o a morir, suele provocar un

deterioro en las relaciones sociales del paciente. Los expertos

denominan "doctor shopping" a la tendencia al peregrinaje por parte de

los hipocondríacos por las distintas consultas médicas en pos de un

diagnóstico que "confirme" los temores de su grave enfermedad. Al

no confirmarse ninguno de esos temores, la relación médico-paciente se

deteriora como consecuencia de la frustración y del enfado mutuos. En

ocasiones, los hipocondríacos recurren a curanderos sin escrúpulos que

"confirman" a los demandantes incautos los males que ellos creen

padecer previo pago de cantidades sustanciosas de dinero. En el ámbito

familiar, la obsesión del paciente por su estado de salud y sus

acciones disparatadas en centros de medicina alternativa también puede

crear tensiones que acaban afectando a los principales allegados.Los

hipocondríacos no caen tampoco en la cuenta de que, aparte del

dispendio económico y la pérdida de tiempo en detrimento de otros

pacientes, someterse a determinadas pruebas –sobre todo las

radiológicas- de forma periódica puede engendrar un riesgo real para su

salud.

Cuando la hipocondría se vuelve crónica no

queda otro recurso que la consulta del psiquiatra o del psicólogo,

quienes a base de ansiolíticos y otros fármacos, o de psicoterapias a

determinar, suelen conseguir atenuar las obsesiones de este tipo de

enfermos "imaginarios".

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