Unos 2,000 visitantes llegaron el miércoles a presenciar la erupción a través de una grieta volcánica en un valle a unas 25 millas de Reikiavik, la capital de Islandia. Desde horas tempranas de este jueves ya hay tráfico de turistas hacia el lugar, después de que las autoridades dijeran que solo los niños pequeños tenían que mantenerse alejados.