Verónica G. Cárdenas fotografió la vida a bordo del sistema de trenes en el que hombres, mujeres y niños de Centroamérica avanzan juntos en su ruta de unos 20 días a través de México. Viajan sin pagar, pero se arriesgan a ser secuestrados, violados y heridos. Algunos de ellos empezarán de nuevo en México; otros irán más al norte a la búsqueda de asilo en Estados Unidos.