A finales de marzo de 2019 el Servicio Geológico de los Estados Unidos redujo el nivel de alerta para el Kilauea a ‘normal’. Desde entonces, por un camino improvisado, algunos regresaron a lo que quedó de sus casas para intentar rehacer sus vidas. La histórica erupción de este volcán, uno de los más activos en EEUU, destruyó casi un millar de estructuras.