¿Qué es el amor? ¿Es posible que esos sentimientos que calificas de amor sean otra cosa?
¿Es realmente amor? Así es como las palabras pueden moldear tus relaciones
Las palabras y conceptos que tenemos para entendernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, tienen una flexibilidad permisiva: la gente puede discrepar sobre el significado de palabras como "amor" y"flechazo", por eso es importante tener un vocabulario amplio.

¿Puede ser pasión?, ¿una obsesión?, ¿un capricho pasajero?, ¿un flechazo?, ¿un simple entusiasmo? ¿Seducción?, ¿lujuria?, ¿o admiración platónica? ¿Por qué la gente clasifica algunos vínculos como amor romántico y otros no?
Supongamos que Holly conoce a alguien durante las vacaciones y rápidamente se vuelven romántica y sexualmente íntimos, y parecen profundamente compatibles.
Holly es europea, donde la expresión “amor de verano" es de uso común y forma parte de su vocabulario. Como lo sabe, puede referirse así a esta nueva relación. Entiende que la rápida intimidad emocional y la aparente compatibilidad que experimentó probablemente surgieron de circunstancias fugaces que no están destinadas a durar.
Sin embargo, alguien de EEUU, donde apenas se utiliza, podría interpretar más fácilmente esta rápida intimidad como un signo de compatibilidad profunda y significativa para toda la vida.
Decir que estás enamorado puede ser poderoso. Puede afectar a los sentimientos, las relaciones e incluso la sexualidad. Pero entonces, ¿cómo sabe la gente si está enamorada?
En mi opinión, depende de la comunidad lingüística. Es decir, de cómo la gente de tu entorno habla del romance, las relaciones y la atracción.
Soy una filósofa que estudia los esquemas de categorización: cómo, cuándo y por qué la gente etiqueta cosas como las emociones, la sexualidad y la salud.
Examino los efectos de esas etiquetas en la forma en que las personas se entienden a sí mismas y en su bienestar, y cómo taxonomías y etiquetas alternativas pueden hacer que las personas entiendan y configuren el mundo de otra manera.
¿Qué ocurre cuando una cultura inculca una definición más amplia y abundante del amor? O, al contrario, cuando el amor tiene una definición más estrecha y restrictiva. ¿Cómo cambia nuestra forma de entender el amor cuando disponemos de un vocabulario más rico?
El cómo aprendemos socialmente las palabras afecta la forma de ver el amor
Las autodefiniciones del enamoramiento dependen de dos cosas. La primera son los juicios introspectivos sobre tus sentimientos: ¿te sientes atraído por esa persona?, ¿te revitaliza verla?, ¿o te pone nervioso?
Y la segunda es lo que crees que es el amor: ¿el amor requiere preocuparse por la persona?, ¿pensar mucho en ella?, ¿sentir atracción sexual?
Cuando lo que sientes por una persona y lo que crees que es el amor coinciden, lo describes como amor. Es decir, llegas la conclusión de que estás enamorado.
Notas Relacionadas
Las palabras aprendidas socialmente crean expectativas y normas que determinan cómo te comportas y reaccionas ante los demás. Y los vocabularios varían según la cultura y la época.
Clasificar una relación como "amor de verano" no solo la describe, sino que puede cambiar su curso. La etiqueta afecta a lo que Holly percibe y valora del tiempo que pasa junto a otra persona y si está dispuesta a mantener una relación a largo plazo o no.
El vocabulario da poder. Contar con un vocabulario aún más amplio permitiría a Holly experimentar con diferentes etiquetas que podrían dar forma a sus relaciones de distintas maneras.
Por ejemplo, el término 'eintagsliebe', basado en la palabra alemana 'mayfly' y que se traduce como "amor de un día", se refiere a una relación intensa y breve.
Por otro lado, los 'amores cometa' tienen un profundo vínculo romántico, pero solo se ven de forma intermitente y viven lejos el resto del tiempo, sin mucho contacto.
Un 'holibae' es una cita que solo tiene lugar cuando se está de visita en casa por vacaciones. También existe el 'zipcoding': salir con alguien solo cuando ambos se encuentran en el mismo código postal.
El diccionario del poliamor
Las palabras crean posibilidades y el reciente auge del interés por el poliamor, o tener más de una relación romántica a la vez, ha introducido una gran cantidad de vocabulario nuevo.
Por ejemplo, en el poliamor existe una "pareja ancla" es una figura central en tu vida romántica. Mientras que una "pareja nido" es una pareja con la que vives. Y una "pareja satélite" está emocional y físicamente alejada del hogar.
Los vocabularios creados por las relaciones monógamas tradicionales pueden no distinguir entre estos tipos de vínculos, porque para ellos las parejas que no viven en una misma casa son solo relaciones que representan una fase de transición temporales que terminan con la ruptura de la pareja. La otra opción es que formalicen cuando se van a vivir juntos.
Al rechazar el vocabulario social dominante sobre las relaciones, el poliamor crea la necesidad de más términos para describir estructuras de relación innovadoras. Y esas palabras, a su vez, crean más posibilidades sobre cómo las personas poliamorosas interpretan y estructuran sus vínculos.
Sentir la "energía de una nueva relación" es la excitación de tener una nueva relación. La "energía de relación establecida" es la comodidad de una relación estable y duradera. Estas emociones son especialmente destacadas en las relaciones poliamorosas, donde la emoción de una nueva relación puede surgir junto con la comodidad de las relaciones preexistentes.
Sin embargo, las relaciones monógamas también se benefician de estas innovaciones lingüísticas. En las relaciones monógamas también puede existir la energía de una nueva relación, la energía de una relación ya establecida y las relaciones “nido, ancla y satélite”, aunque no se etiqueten como tales. Estas autocomprensiones afectan a los valores, las emociones, los compromisos y las creencias que las personas utilizan para forjar sus relaciones.
Turismo conceptual del amor
Los esquemas conceptuales, o las palabras y conceptos que tenemos para entendernos a nosotros mismos y el mundo que nos rodea, tienen una flexibilidad permisiva: la gente puede discrepar sobre el significado de palabras como "amor", "flechazo" y "bi-curioso".
El desacuerdo no significa que alguien esté equivocado. Más bien, la flexibilidad nos permite explorar distintas formas de entender el mundo y a nosotros mismos. Podemos ser turistas conceptuales.
Supongamos que Nell, que es una chica, desarrolla un vínculo ambiguo con una nueva compañera de clase. La encuentra encantadora, ingeniosa y guapa, pero no es un caso claro de atracción romántica.
Nell puede adoptar una definición amplia o estrecha de la palabra 'flechazo', dependiendo de si sus sentimientos se ajustan a cómo ella define esas ideas.
Si cambia lo que ella entiende por flechazo, también cambiará si Nell se considera a sí misma como homosexual o heterosexual.
Si conoce otros términos para describir sus sentimientos, Nell podría interpretarlos como 'atracción alterativa', que es el deseo de intimidad emocional de una forma que no es ni platónica ni romántica.
O podría definir lo que siente como una 'relación queerplatónica', que se parece a una relación romántica convencional pero sin sexo ni romance.
También, si sus sentimientos son intensos, Nell podría definir lo que siente como 'limerencia', que es un enamoramiento obsesivo.
La definición de las etiquetas que cada uno pone a las relaciones afecta a lo que la gente piensa de sí misma, también a cómo interpreta sus sentimientos y a lo que siente por aquellos con los que tiene un acercamiento o conexión.
Ese sentimiento a lo que las personas prestan atención alimenta determinadas emociones y puede reforzar ciertas actitudes, como la gratitud profunda, que podrían distinguirse del amor del enamoramiento o atracción.
Por ejemplo, si Nell interpreta que está enamorada, puede estar más atenta a la emoción que siente por su compañera de clase, lo que puede alimentar esas emociones en un bucle y sentirse cada vez más atraída.
Si etiqueta sus sentimientos como admiración platónica, podría interpretar que está nerviosa por impresionar a su nueva compañera.
Nell puede experimentar con distintas etiquetas como atracción alterada, homosexual, enamoramiento, limerencia, o heterosexual para ver cuál encaja mejor con sus emociones.
El turismo conceptual puede ser una valiosa habilidad cognitiva. Requiere la destreza mental necesaria para usar esquemas conceptuales que pueden ser muy diferentes y probar nuevos términos interpretativos.
Hacerlo puede aumentar la autocomprensión, cultivar la autodeterminación e incluso ayudar a dirigir tu corazón.
La cultura proporciona inevitablemente un léxico de apego que moldea la forma de relacionarse con los demás. Una cultura más consciente de las palabras que utiliza para referirse a los distintos tipos de atracción puede ayudar a las personas a establecer vínculos de formas nuevas y más abiertas.
También es una gran motivación para la educación: aprender nuevas palabras puede ayudarte a mejorar tu vida amorosa.
*Georgi Gardine es profesora de Filosofía y miembro del Centro de Humanidades de la Universidad de Tennessee (UTHC).
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Aquí se puede consultar la versión original en inglés.
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