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Emily castiga a México, por segunda vez

Más de 4 mil personas fueron evacuadas en el estado de Tamaulipas, noreste de México, ante la llegada este martes de Emily.
20 Jul 2005 – 12:00 AM EDT
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Emily, que se fortaleció a Categoría 3 y obligó el traslado de miles de personas a tierra adentro, castigó desde las primeras horas del miércoles la costa con fuertes lluvias e intensas ráfagas.

Sus efectos empezaron a sentirse desde la medianoche del miércoles, pero el centro del fenómeno tocó tierra a las 7:22 a.m. hora del Este por el poblado de San Fernando, México, a unas 78 millas (125 kilómetros) al sur de la frontera con Estados Unidos, según el Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami.

Hasta ahora las autoridades no han informado sobre heridos ni víctimas fatales en la zona. Tampoco hay reportes de daños. Aunque la tormenta se debilitó a Categoría 2 tras su cruce por la Península de Yucatán, recuperó fuerzas al llegar a las aguas cálidas del Golfo de México.

No obstante, imágenes de televisión desde la ciudad tejana de la Isla San Padre, mostraban cómo la furia del viento arrancaba techos, árboles y postes de luz, mientras pasaban las primeras bandas ciclónicas del huracán.

La tormenta llegó con vientos sostenidos de 127 mph (205 km/h), y ráfagas mayores de hasta 155 mph (250 km/h). Amenazaba además con generar devastadoras marejadas ciclónicas a lo largo de la costa.

El martes en la tarde, camiones del Ejército mexicano recorrieron las calles de pequeñas aldeas pesqueras, colectando a evacuados con maletas y mantas. Mientras, en el sur del estado norteamericano de Texas, olas enormes barrían las playas.

"Tenemos todos los albergues preparados y hemos estado evacuando a las familias que se encuentran en el área de mayor riesgo", explicó el alcalde de la ciudad de Matamoros, Baltazar Hinojosa Ochoa.

Las autoridades en el estado mexicano de Tamaulipas, fronterizo con Texas, dijeron que 18 mil personas fueron evacuadas de 20 comunidades costeras -incluyendo casi toda la población de Carbonera, una pequeña aldea pesquera.

La Secretaría de Turismo de México preparó un albergue especial con capacidad para 2,500 personas destinado a los turistas que visitan la región en el municipio de Soto La Marina, donde ya hay más de 750 refugiados.

Los pocos residentes que quedaban el martes en la noche estaban encerrados en sus casas, escondiéndose de las autoridades que trataban de evacuarles.

En San Fernando, un poblado de 60 mil personas tierra adentro, la vida se paralizó al atardecer, y los aguaceros dejaban enormes charcos en las calles.

La mayoría de los restaurantes cerraron sus puertas el martes, y las ventanas fueron cubiertas con planchas de madera. Las pocas tiendas que permanecieron abiertas tenían botellas de agua, pero se habían quedado sin pan.

En el sur de Texas, campistas abandonaron parques en las playas en la Isla San Padre y otros centenares de turistas dejaron el área.

Residentes colocaron barreras de sacos de arena para evitar posibles inundaciones, y reforzaron ventanas en negocios y viviendas, mientras que las autoridades convertían escuelas en albergues.

Por su parte, Pemex, la petrolera estatal, se preparó para proteger sus instalaciones en la zona. Desde el pasado fin de semana desalojó a sus trabajadores de las plataformas marinas de la sonda de Campeche.

Campeche es donde se produce el 80 por ciento del petróleo mexicano.

Las mayores precauciones se tomaron en los municipios costeros, ya que las olas alcanzan los cuatro metros de altura, y en La Pesca, a 124 millas (200 kilómetros) de la frontera con Texas, desalojó a las personas que se hallaban en un radio de hasta 5 millas (8 kilómetros) tierra dentro.

En Veracruz, cuya zona norte era la más amenazada, las autoridades desalojaron de las zonas de riesgo a unas 25 mil personas ante el temor que se desborden ríos y haya inundaciones, informó el subsecretario de Protección Civil de Veracruz, Ranulfo Márquez Hernández.

El Puerto de Veracruz, el más importante de México, cerró desde el martes por la tarde y se mantiene interrumpido el grueso de la producción petrolera y de las exportaciones de crudo mexicano.

El área más peligrosa abarca una amplia franja que unas 300 millas (480 kilómetros) que separa Cabo Rojo, en Veracruz, y Matamoros, localidad de Tamaulipas fronteriza con Brownsville, Texas.

En el estado de Nuevo León se declaró en "alerta naranja" (segunda en un nivel de cinco) y el gobierno estatal decretó para este miércoles la suspensión de las clases y pidió a los empresarios que sean flexibles y toleren las ausencias de los trabajadores de sus puestos de trabajo durante las 24 horas críticas por la llegada de Emily.

A la población se le recomendó que evite salir de casa si no es estrictamente necesario y a mantener cerradas las calles y avenidas con alto riesgo de inundaciones.

Las rachas de viento y las lluvias se sienten desde el martes por la noche en la zona metropolitana de Monterrey, capital industrial del norte de México, donde ha habido algunos cortes de energía eléctrica.

Protección Civil espera que durante su recorrido, adentrándose en tierra, Emily vaya perdiendo fuerza y vuelva a Categoría 1 al llegar a Nuevo León, hasta convertirse en una depresión tropical antes de disiparse.

El presidente de México, Vicente Fox, quien ha visitado estos días las comunidades de la Península de Yucatán más afectadas por Emily, elogió en un comunicado el "gran comportamiento" de las autoridades mexicanas que han gestionado la situación de emergencia estos días.

"Todos hacemos un poquito, todos ponemos trabajo, todos limpiamos, todos hacemos la parte que nos toca, y ustedes cuentan con nosotros para apoyarles decididamente para reponer ese patrimonio perdido", sostuvo el mandatario.

La Secretaría de Desarrollo Social se ocupa de las labores de apoyo y reconstrucción en los estados mexicanos afectados por el huracán.

Las dos víctimas mortales registradas en México a raíz del huracán perecieron antes de su llegada, durante una operación de desalojo de una plataforma petrolera, por lo que las autoridades mexicanas no las consideran consecuencia directa de Emily.

La tormenta Eugene

Pero mientras Emily atacaba la costa noreste de México, en el Pacífico amenazaba la tormenta tropical Eugene manteniendo en alerta a los estados de Colima y Jalisco.

Aunque está en el mar, a unas 186 millas (300 kilómetros) al suroeste de Manzanillo (Colima), su banda nubosa propicia la entrada de humedad a las costas mexicanas y se espera que provoque "lluvias fuertes en Colima, Jalisco, Nayarit y el sur de Sinaloa".

"Hasta el momento no se prevé que llegue a tocar tierra en algún punto de México, pero se mantiene la alerta de navegación marítima" en la zona, informaron agentes de Protección Civil.

El huracán Emily, que llegó a México la madrugada del lunes con intensidad de Categoría 4, dejó sin electricidad y servicios telefónicos la mayor parte de la famosa Riviera Maya, donde miles de turistas pasaron la tormenta en albergues improvisados en escuelas y salones de bailes en hoteles.

A su paso por la Península de Yucatán, donde se ubican los mayores polos turísticos de México, el ciclón afectó carreteras y al menos 3 mil casas, pero no causó daños de consideración en hoteles ni infraestructuras de importancia.

En el estado de Quintana Roo, donde se encuentran Cancún y Playa del Carmen, el paso de Emily dejó pérdidas por unos 25 millones de dólares.

La última vez que Cancún había enfrentado una evacuación masiva fue en 1988, cuando la ciudad y las áreas turísticas de los alrededores eran aún bastante nuevas y los hoteles sólo tenían 8 mil habitaciones disponibles. Ahora hay más de 50 mil.

En la isla de Cozumel, al sur de Cancún, los turistas que se alojaban en hoteles frente al mar fueron trasladados a sitios más cercanos al centro de la isla, antes de la llegada del huracán, el domingo.

Los daños en el Caribe

Durante el fin de semana, Emily causó la muerte de cinco personas en Jamaica: Una mujer de 23 años y sus dos hijos que fueron llevados por una ola gigante de 20 metros de altura, y dos hombres que intentaron salvarlos, indicó la policía de la isla.

Por otra parte, fallecieron dos pilotos de un helicóptero que evacuaba a los empleados de Petróleos Mexicanos, según enunció la misma empresa.

En la isla de Granada, un hombre falleció en un deslave la semana pasada. Emily cobró además la vida de un alemán que murió electrocutado en la ciudad mexicana de Playa del Carmen, según indicó la policía, y de un joven de 18 años que se ahogó el domingo de noche en Tegucigalpa.

Las Islas Caimán no sufrieron daños mayores, pero el huracán hirió a un niño en la isla de San Vicente. En tanto provocó daños, inundaciones y deslizamientos de lodo cuando el miércoles y jueves pasó por el Caribe oriental.

Emily, la quinta tormenta con nombre de la Temporada 2005, es el segundo huracán que entró a tierra firme con una fuerza de Categoría 4 en la escala Saffir Simpson, que tiene cinco niveles, con vientos máximos cerca del centro de 134 mph (215 km/h) y ráfagas de hasta 160 mph (259 km/h).

Dennis fue el otro huracán que alcanzó la Categoría 4 esta temporada. El pasado fin de semana dejó 62 muertos a su paso por Haití, Cuba, Jamaica y Estados Unidos, además de causar miles de millones de dólares en daños materiales.

El año pasado, cuatro huracanes catastróficos -Charley, Frances, Iván y Jeanne- causaron cientos de muertes y daños por miles de millones de dólares en el Caribe y el estado de Florida.

La aparición de Emily marca un nuevo récord en la historia moderna de los huracanes: nunca en esta fecha habían habido existido cinco tormentas con nombre. El previo récord lo tenía la tormenta tropical Ella, que se desarrolló el 24 de julio de 1966.

La temporada de huracanes de 2005 ha tenido cuatro tormentas anteriores: Arlene, Bret, Cindy y Dennis.

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