Así te contamos el décimo debate demócrata en Carolina del Sur: Sanders comparte con Bloomberg la distinción del más atacado

• Sanders, el más atacado. Como se esperaba, todos los precandidatos demócratas enfilaron sus ataques contra el senador de Vermont, quien hasta ahora no solo lidera en la mayoría de las encuestas sino que sigue anotándose victorias en las primarias, la última en Nevada. Le reclamaron por su falta de apoyo al control de armas, por su propuesta de 'Medicare for all', por sus halagos parciales a los programas de alfabetización de la revolución cubana. Al final, el precandidato se defendió con la idea de que pese a su autodenominación de "socialista", no es un radical.
• Críticas al manejo de la crisis del coronavirus. La senadora Amy Klobuchar, el senador Bernie Sanders y el exvicepresidente Bernie Sanders tuvieron un punto en común en el debate. Criticaron la respuesta que ha dado el gobierno de Trump al coronavirus en Estados Unidos, que ya cuenta más de 50 casos confirmados.Tanto Klobuchar como Biden centraron sus argumentos en los recortes que el mandatario hizo a programas de salud de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el organismo que coordina y evalúa la respuesta del país ante brotes y epidemias.
• El gran ausente en el debate: la inmigración. Han pasado 10 debates y hasta ahora el asunto no ha estado en la discusión entre los demócratas, eso a pesar de que la agenda política del día a día lo pone entre las prioridades. Distintas organizaciones de derechos humanos se han quejado por esta omisión no solo en las preguntas de los moderadores sino entre los precandidatos.
• La confianza de Biden en el voto negro. Para el exvicepresidente, Carolina del Sur es la tabla que puede ayudar a salvar su campaña, que ha entrado en declive desde el inicio de las primarias a principios de febrero. Biden considera el estado, con su población mayoritariamente negra, como su bastión seguro. Cuando se le preguntó si seguiría en la competencia si llegara a perder el próximo sábado, Biden fue enfático en decir que ganará en el estado sureño.
• Mejor noche para Bloomberg. Esta vez el multimillonario lució más preparado a la hora de responder e incluso pareció dejar descolocada a la senadora Elizabeth Warren cuando, ante la repetición de que él habría dicho a una empleada embarazada “mátalo” como sugiriendo que abortara a su bebé, le retó a decir de dónde sacaba esa información. Allí Warren pareció replegarse.
• La práctica policial 'stop and frisk’ sigue siendo un fantasma para Bloomberg. Aunque el exalcalde de Nueva York se ha disculpado por una política que por mucho tiempo defendió, las moderadoras le preguntaron a qué se refería cuando ofrecía esas disculpas: "Dejamos que se saliera de control y cuando nos dimos cuenta, lo corté en un 95%, y me he disculpado y pedido perdón".

La última pregunta del debate para los candidatos fue qué ideas equivocadas se decían sobre ellos y cuál era su consigna. Por primera vez desde el centro del escenario, el senador Bernie Sanders respondió que era una idea errada la de aquellos que lo consideran un radical.

"No soy un radical", se defendió y enumeró que sus propuestas en materia de salud o para detener los efectos del cambio climático se deben a que ambos son derechos. "No es una idea radical", insistió. Frente a aquellos que lo atacan por sus ideas progresistas, aseguró que su eslogan es: "Mandela dijo que todo es imposible hasta que pasa. Eso significa que si tenemos el interés y podemos traer a todos, blancos, negros, latinos, a trabajar juntos podemos crear una nación".

Otros candidatos también usaron la respuesta para defenderse. Steyer dijo que lo definen por el dinero y el éxito: "Yo me defino por decir la verdad sin restricciones". Klobuchar aseguró que la catalogan como aburrida, pero que ella dedica su vida a la política, cuyo fin, dijo, "es mejorar la vida de la gente".

Warren utilizó los segundos para promoverse como la mejor candidata al asegurar que será una presidenta "efectiva". Y Biden comenzó señalando que de llegar a la Casa Blanca trataría de equilibrar espacios como la Corte Suprema: "Buscaría hacer que una mujer o un hombre negro nos representara en la Corte Suprema". Luego bromeó con que la gente tiene la idea equivocada de que él tiene más cabello del que dice tener.

El décimo debate está por terminar con estas preguntas personas sobre los lemas que inspiran a los candidatos y las ideas erradas que hay sobre ellos. Eso significa que el careo terminó sin que se les plantera el tema de inmigración y la necesidad de reformar las leyes que lo rigen. No se habló del problema de la aplicación de la política de tolerancia cero, las restricciones a la inmigración legal y las trabas para inmigrantes documentados de bajos recursos, como la entrada en vigencia de la nueva regla de carga pública.

El exvicepresidente Joe Biden preguntó molesto con la mirada fija sobre la moderadora del debate: "¿Por qué me interrupen? Nadie es interrumpido (cuando su tiempo termina)".

Biden se ha quejado en dos oportunidades de que no le dejan terminar sus frases y que, sin embargo, a los demás candidatos les permiten hablar más allá de los límites acordados para la participación de cada uno. Ya Biden había advertido poco antes que no toleraría que lo siguieran cortando en sus intervenciones.

La realidad es que los moderadores trataron de frenar a los participantes cuando se excedieron en el tiempo o se interrumpieron unos a otros. Los propios conductores subieron la voz para que cumplieran las reglas del debate.

Al final, la aparente furia del exvicepresidente se deshizo con un "no se respeta a los caballeros aquí", que sonó en tono de broma, pero en serio.

"¿Se reuniría con el líder norcoreano?", preguntan a la senadora Klobuchar, quien critica que la política exterior con Corea del Norte sea resuelta por el presidente Donald Trump a través de Twitter en horas de la madrugada.

"Me reuniría con él, pero lo haría con nuestros aliados", dijo la precandidata al criticar que Trump esté dando espacio a Kim Jong Un para continuar con el avance de su programa nuclear.

Biden fue más tajante al asegurar que Estados Unidos "no negocia con dictadores (...) Trump le dio legitimidad a este dictador", reclamó y fue interrumpido por una de las moderadoras, a lo que respondió: "¿Por qué siempre me interrumpen a mí?". Su respuesta sobre este tema quedó inconclusa.

—¿Pueden los estadounidenses confiar en que un presidente socialista no dará un pase libre a dictadores?— le preguntaron los moderadores a Sanders.

—Cuba hizo progresos en educación. Yo lo creo— dijo Sanders antes de ser interrumpido por el público.

El tema llegó al debate luego de que el domingo el senador defendiera parcialmente en una entrevista en CBS el progreso que generó en la isla el programa de alfabetización que implementó el gobernante Fidel Castro. Sanders, en su defensa, dijo que ese era un tema por el que había que reconocer a la revolución cubana en lugar de criticarla.

El exvicepresidente Joe Biden lo retó a condenar a los regímenes de Cuba o de Nicaragua y él aceptó el retó y los criticó.

Pete Buttigieg aseguró que no se puede plantear una plataforma política para el futuro con la nostalgia revolucionaria de los años 60 que tiene Sanders.

El exalcalde Michael Bloomberg aseguró que aunque no dejaría que una empresa china esté envuelta en la construcción de infraestructura u otras instalaciones sensibles para la seguridad nacional, hay que trabajar con ese país para garantizar que los intereses de EEUU estén protegidos.

En una entrevista en diciembre pasado, Bloomberg dijo que el presidente chino, Xi Jinping, "no es un dictador" y que "el Partido Comunista quiere seguir en el poder en China y ellos escuchan al pueblo".

Esta noche Bloomberg parece haber modificado aquella opinión y afirmó que el chino es un sistema "opresivo", pero con el que hay que lidiar.

La senadora Klobuchar criticó, igual que lo ha hecho Warren, que el presidente haya hecho recortes en programas de salud que ahora podrían estar afectando la respuesta del país a la propagación del nuevo coronavirus.

"Como presidente coordinaría para estar mejor preparados para otra pandemia", dice al asegurar que invertiría más en educación.

El tema entra en el debate, justo en momentos en que las autoridades de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades advirtieron que la propagación del virus en Estados Unidos parece inevitable. En el país, hasta el momento, han sido confirmado 57 casos.

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Una característica del décimo debate que se realiza en Charleston, Carolina del Sur, es lo caótico que ha sido por momentos.

Los candidatos se interrumpen frecuentemente, algunos hablan sobre otros (Buttigieg parece ser el que más interrumpe a sus compañeros de podio), hablan más allá del tiempo especificado. Y cuando los moderadores tratan de recordarles que se han excedido se sobreponen con las voces de los demócratas. El resultado: con frecuencia las frases finales se pierden en una gran cacofonía.

Incluso el público es más activo que en los careos previos, con aplausos y abucheos, ambos en simultáneo a veces, lo que da la impresión de que algunas de las campañas se han garantizado sus barras entre los asistentes al encuentro.

El exalcalde de South Bend, Indiana, no escapó a los ataques contra el senador de Vermont, insistió en ellos durante toda la noche. En una ocasión, lo hizo al referirse a los temores de los demócratas sobre una posible nominación de Sanders por su tendencia "demócrata socialista".

Como han dicho otros candidatos como Bloomberg, insistió en que su victoria llevaría directamente a la reelección de Trump por cuatro años más.

"Ha llegado el momento de dejar de actuar como si la presidencia fuera la única oficina que importa. Es solo una forma de hacer que Donald Trump sea reelegido. Tenemos una Cámara de Representantes de la que preocuparnos. Tenemos un Senado del que preocuparnos. Y esto es realmente importante", dijo Buttigieg al asegurar que con Sanders todos estos espacios podrían perderse.

"Si quieren mantener la Cámara de Representantes en manos demócratas, deberían chequear con la gente que la pintó de azul (...) Cuarenta demócratas quienes no apoyan su plataforma. Huyen de su plataforma tan rápido como pueden", asegura.

En Charleston se está produciendo una repetición del pulso que se vio en Las Vegas la semana pasada entre Bernie Sanders y Michael Bloomberg.

"El alcalde Bloomberg tiene una sólida, fuerte y entusiasta base de apoyo. El problema es que todos son billonarios", dijo Sanders.

Para el senador tener la oportunidad de usar a Bloomberg como el objetivo de sus ataques es una oportunidad para poner cara a esa clase del llamado 1% contra la que siempre arremete.

Un Bloomberg más suelto y hasta chistoso

Al exalcalde de Nueva York se le ve más relajado que en su debut la semana pasada en Las Vegas, donde fue inmisericordemente vapuleado por sus contrincantes por su condición de multimillonario que “quiere comprar la elección”, su historial con las minorías en sus tiempos de alcalde y las denuncias sobre discriminación en sus empresas.

Bloomberg ha compartido el sitial de el más atacado con Bernie Sanders, quien, como favorito en las encuestas y puntero en las encuestas, es el objetivo a derrotar para quienes aspiran ganar la candidatura presidencial demócrata.

Quizá por eso, sintiéndose menos constreñido, Bloomberg luce un poco más suelto que una semana atrás, cuando mantuvo casi todo el tiempo la mirada al frente y no dirigía demasiado la mirada hacia sus compañeros en el escenario.

Esta noche se ha permitido ensayar un par de chistes, que, aunque no parecen haber generado la reacción esperada, han ayudado a presentarlo un poco más distendido y en confianza.

Desde Sanders hasta Bloomberg, los precandidatos demócratas están de acuerdo en la necesidad de mayores chequeos para quienes quieran acceder a un arma en Estados Unidos.

"El momento es ahora", dice Sanders sin ser interrumpido por sus rivales, como ha ocurrido en buena parte del debate. "Por esos desagradables y espantosos tiroteos masivos debemos ser más agresivos en el control sobre el uso de armas".

El multimillonario Steyer estuvo de acuerdo y agregó que la manera para lograrlo es con un liderazgo en el Congreso que pueda legislar en la materia: "Necesitamos cambiar el Senado", asegura. "Necesitamos una gran victoria", agrega.