Cepíllate los dientes
Así lo afirman científicos de la Universidad de Bristol (Inglaterra) liderados por Howard Jenkinson, que presentaron las conclusiones de su estudio en la Sociedad de Microbiología General que tiene lugar en el Trinity College de Dublín y que adelanta el diario británico "Daily Mail".Hasta ahora, se sabía que la mala salud de la boca aumentaba las probabilidades de sufrir un ataque al corazón o una apoplejía, pero no se había podido explicar el porqué de esa relación.La enfermedad cardiaca se asocia en general al cigarrillo, la obesidad y un índice alto de colesterol. Pero el profesor Howard Jenkinson, de la Universidad de Bristol, citado por la sociedad de microbiología, contradice esta afirmación: "poco importa una buena salud o estar delgado, unos dientes en mal estado multiplican las posibilidades de enfermedad cardiaca".Tal como recuerdan microbiólogos de la Universidad de Bristol y del Real Colegio de Cirujanos de Irlanda, en una boca sucia puede haber hasta 700 cepas de diferentes bacterias que, si entran en el torrente sanguíneo pueden terminar causando un problema cardíaco, independientemente de que el individuo esté sano, en buena forma física o de su peso.La boca, lo más sucio del cuerpo"La boca es probablemente el punto más sucio del cuerpo humano", explica el doctor Steve Kerrigan, del Colegio de Cirujanos.Kerrigan describe así el proceso: las encías que sangran permiten que las bacterias accedan a los vasos sanguíneos, donde se van a "pegar a las plaquetas" (componentes sanguíneos que intervienen en la coagulación) y causar "una coagulación en el interior de los vasos" que impedirá en parte que la sangre vuelva al corazón, con el consiguiente riesgo de ataque cardiaco.Los científicos descubrieron que la clave del proceso es que las bacterias procedentes de la cavidad bucal y que llegan a la sangre provocan un agrupamiento de las plaquetas que hace las veces de escudo frente al sistema inmunológico y los antibióticos. Además consideran que las bacterias procedentes de las encías infectadas aceleran el bloqueo de las arterias.Otro equipo, dirigido por el profesor Greg Seymour, de la Universidad de Otago Dunedin (Nueva Zelanda) estudió también el vínculo particular entre las bacterias provenientes de una mala higiene bucal y la arteriosclerosis.Este equipo centró sus estudios en el posible papel de las "proteínas del estrés" producidas cuando las células están expuestas a un estrés (inflamación, toxinas, privación de oxígeno y agua...).El papel de estas "proteínas del estrés" consiste en ayudar a las otras proteínas a transportarse a través de las membranas celulares.Normalmente, el sistema inmunitario no reacciona ante las proteínas del estrés del individuo, pero su reacción a las provenientes de patógenos, en este caso las bacterias de la boca, provoca una reacción general frente a todas las proteínas del estrés.En ese caso, "los glóbulos blancos pueden acumularse en los tejidos arteriales" y provocar una arterioesclerosis, explica Seymour.