Los ornamentos de capó más espectaculares de la exhibición de autos clásicos de Amelia Island
Aunque los ornamentos de capó alguna vez han cumplido más funciones que la de simplemente adornar el frontal de su vehículo anfitrión, hoy muchos los extrañan por su belleza y por que representan una época de romance y aventura que nunca regresará al mundo del automóvil. Estos son los mejores que vimos en Amelia Island 2017.
Este antílope está condenado aperpetuidad a aparentar estar a punto de dar el salto de su vida. Su recompenza es adornar el tope de la elaborada parilla de un imponente
Chrysler CL Imperial Convertible Coupe de 1932.
Simón Gómez
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Este
Chrysler Town and Country de 1947 utiliza una hermosa águila estilizada para representar movimiento aún cuando el auto esta detenido. Esta era una preocupación constante en el diseño automotriz de la postguerra.
Simón Gómez
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Este hermoso ornamento que muestra a una mujer alada, uno de los temas visuales más utilizados en los autos de los años 20 y 30, sosteniendo una rueda de automóvil en sus manos, corresponde a un
Packard Twelve Convertible Victoria de 1933.
Simón Gómez
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Cadillac también hizo uso de la mujer alada como ornamento sobre sus parrillas, tal y como lo podemos apreciar en este detalle tomado de un
Cadillac Town Sedán de cinco pasajeros de 1935.
Simón Gómez
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Esta hermosa ave en pleno vuelo domina el frotal de un
Studebaker President Convertible Sedán de 1932.
Simón Gómez
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Esta dama voladora Art Deco a bordo de un
Cadillac Series 75 Convertible Sedán de 1935 utiliza un elemento de cristal a sus espaldas para simular una estela de viento.
Simón Gómez
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Otra mujer alada, esta vez sobre el capó de un
DeSoto Airflow de 1935. La cantidad de productor 'Airflow' de Chrysler en Maelia Island 2017 fue tan numerosa como impecable es su preservación. Sólo uno de ellos, el prototipo original Chrysler Trifton Special de 1932, no estaba preservado a la perfección pero su significación histórica trasciende cualquier estado en que se haya podido encontrar.
Simón Gómez
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Esta 'B' alada fue el símbolo de la marca de lujo inglesa Bentley por muchos años y perdura hasta hoy pero en forma de medallón al ras de la carrocería, como el que también se puede apreciar en esta misma imagen. Esta 'B' alada reposa sobre la parrilla de un
Bentley Convertible de 1953.
Simón Gómez
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Ninguna colección fotográfica de adornos de capó estará completa sin mostrar a esta dama alada, mejor conocida como el 'Espíritu del Éxtasis', la eterna mascota de los vehículos de Rolls-Royce la más reconocida marca de autos de lujo de todos los tiempos. En este ejemplo en partícular, el Espíritu del Éxtasis está parado sobre la parilla de rayos verticales de un
Rolls-Royce Picadilly Roadster de 1925.
Simón Gómez
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En este ejemplo el Espíritu del Éxtasis mira a la izquierda del vehículo ya que en este
Rolls-Royce Silver Ghost de 1925 que tiene el capó abierto, también cumple funciones de manilla para abrir el compartimiento de motor plegable típico de los años 20. El Espíritu del Éxtasis perdura, notoriamente más pequeño y retraible electrónicamente, hasta nuestros días.
Simón Gómez
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Cupido, uno de los más célebres ornamentos que haya vestido un auto estadounidense, parece estar a punto de utilizar su magia desde el capó de un
Pierce-Arrow Twelve Convertible Coupé Roadster de 1933. Lamentablemente Pierce-Arrow fue otra de la víctimas de la Gran Depresión habiendo cerrado sus puertas en 1938.
Simón Gómez
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Esta mujer alada en el mejor estilo del Art Deco pertenece a un
Auburn 852 S/C Boattail Speedster de 1936. Como todo auto deportivo de pretensiones deportivas de esa época el ornamento parece estar desplazándose a una velocidad extraordinaria.
Simón Gómez
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El galgo de Lincoln es uno de los ornamentos más celebrados de la década de los años 30 y un ejemplo de la búsqueda de la sensación de movimiento aún cuando el vehículo está detenido. En este caso el galgo de carreras está posado sobre la parrilla de un
Lincoln KB Brunn Victoria de 1933 un auto muy popular entre los jefes de estado y los miembros de las casas reales de aquellos días.
Simón Gómez
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El Lincoln Zephyr fue el primer auto de diseño aerodinámico que tuvo éxito en el mercado automotriz mundial y por lo tanto su ornamento de capó era notoriamente distinto al de sus competidores y al estilizado galgo que utilizaban los demás modelos de la marca. Este
Lincoln Zephyr Coupe de tres ventanas de 1939 utiliza una especie de cohete surcando los cielos.
Simón Gómez
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Lalique, la casa francesa de cristalería fina puso a la disposición del público una serie de hermosos (y costosos) adornos de capó de cristal. Esta es la ‘grande libellule’ o gran libélula, adosada al tope del radiador de un
Mason Traveler de 1920 que su dueña, la exploradora Harriet Chalmers Adams, manejó por todos los Estados Unidos.
Simón Gómez
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En los años 20, el fabricante estadounidense de autos de súper lujo Duesenberg también utilizó el ornamento que servía como medidor de la temperatura del agua del radiador, montada sobre una hermosa base alada como podemos apreciar en este
Duesenberg “A” Roadster de 1923.
Simón Gómez
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Este sencillo pero infinitamente elegante ornamento fue el diseño que Duesenberg utilizaba cuando finalmente tuvo que cerrar sus puertas y es el mismo que el
Duesenberg Model SJ-582 ‘Torpedo Phaeton’ de 1935 ganador de la categoría de autos no deportivos de la jornada utiliza en su capó. En el caso de esta imagen la flecha alada está instalada sobre la parrilla de un
Duesenberg J-408 Phaeton de 1931.
Simón Gómez
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Este
Mercedes-Benz 290 Cabriolet de 1936 viste la estrella de tres punta, uno de los cinco emblemas comerciales más reconocibles del planeta. Cada una de las puntas de la estrella representa las tres vías de transporte primarias del planeta: tierra, aire y agua. Esta legendaria estrella ha sido usada constantemente de una forma u otra primero en los autos Mercedes de Daimler desde 1909 y luego de la fusión con Benz & Cie en 1926, en los vehículos Mercedes-Benz.
Simón Gómez
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Jaguar es el dueño de uno de los ornamentos de capó más acertados y perdurables de todos los tiempos, que lamentablemente fue dejado de usar hace menos de 10 años. El ‘gato saltando’ es tan hermoso como el
Jaguar SS 100 cuyo capó adorna.
Simón Gómez
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El medallón logotipo en el borde exterior del
Fiat-Stanguellini 1200 Spider America de 1957 diseñado por Bertone es prácticamente idéntico a los que utilizan los modelos Fiat de hoy en día.
Simón Gómez
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Los franceses no son exactamente conocidos por su sentido práctico, pero en el caso de este
Delage de los años 20 la combinación de belleza y pragmatismo es evidente ya que el ornamento cumple también funciones de medidor de temperatura del radiador. Esto era muy común en la infancia del automóvil.
Simón Gómez
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Este caso alado es un excelente ejemplo de las tendencias Art Deco de las que el diseño automotriz no había sido inmune en los años 30. Este ornamento corresponde a un
Graham 97 Supercharged Cabriolet de 1938.
Simón Gómez
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Este hermoso cisne es una de las excepciones al constante tema de 'movimiendo con el auto detenido', que distingue a la gran mayoría de estos ornamentos, pero lo que le falta el movimiento le sobra en belleza. El cisne pertenece a un
Packard 1004 Super Eight Convertible Coupe de 1933.
Simón Gómez
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Esta cabeza alada instalada sobre la parrilla del
Stutz DV-32 de 1932 refleja la reputación de solidez y alta tecnología de que disfrutaba la marca de autos de lujo. Ninguno de estos atributos salvó a Stutz de la quiebra en 1935 víctima de la gran recesión económica iniciada en 1929.
Simón Gómez
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Este
Bentley 4 1/2 litros Le Mans Sports 'The Bobtail' de carreras de 1928 no tiene ningún uso para adornos en su capó. Su emblema de capó es simplemente un mecanismo para abrir el radiador. Estos adornos comenzaron a aparecer para reemplazar a estos mecanismos y a los medidores de temperatura para el agua del radiador.