Cadena perpetua para Bryan Kohberger por el brutal asesinato de cuatro estudiantes de la Universidad de Idaho

Kohberger se había declarado culpable de cuatro cargos de asesinato en primer grado y un cargo de robo en un acuerdo que evitó la pena de muerte. Es muy probable que nunca se sepan los motivos del crimen y por qué el asesino escogió a esas cuatro víctimas.

Video Cadena perpetua para Bryan Kohberger por el asesinato de cuatro estudiantes de la Universidad de Idaho

Un juez federal sentenció este miércoles a cuatro cadenas perpetuas consecutivas sin libertad condicional a Bryan Cristopher Kohberger por apuñalar brutalmente a cuatro estudiantes de la Universidad de Idaho hace casi tres años.

La audiencia de sentencia de este miércoles dio a las familias de Xana Kernodle, Madison Mogen, Ethan Chapin y Kaylee Goncalves la oportunidad de expresar ante el tribunal y a Kohberger las tragedias personales que han vivido desde que irrumpió en una vivienda y asesinó a sus seres queridos la madrugada del 13 de noviembre de 2022.

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Kohberger se había declarado culpable de cuatro cargos de asesinato en primer grado y un cargo de robo en un acuerdo que evitó la pena de muerte. También renunció a su derecho a apelar.

"Nunca veremos esto como justicia"

Luego del acuerdo entre Kohberger y los fiscales, familiares criticaron los beneficios brindados al individuo.

En un comunicado citado por la cadena CNN, la familia Goncalves dijo: "Después de más de dos años, así termina: con un acuerdo secreto y un esfuerzo apresurado por cerrar el caso sin ninguna participación de las familias de las víctimas en los detalles de la declaración de culpabilidad".

También en declaraciones a ese medio, Steve Goncalves, padre de una de las víctimas, calificó el acuerdo como el resultado de una negociación con un "terrorista".

"No se negocia con terroristas ni con personas que matan a sus hijos mientras duermen. Por lo tanto, nunca jamás consideraremos esto como justicia".

Por separado, Jeff Kernodle, padre de otra de las víctimas, declaró: "Después de casi tres años de espera y de que se les dijera que habría un juicio, con pruebas presentadas para condenarlo, estoy decepcionado con la decisión de la fiscalía".

En la audiencia de este miércoles, el padrastro de Maddie Mogens, Scott Laramie, y Karen Laramie fueron los primeros familiares de las víctimas en testificar.

La voz de Scott Laramie se quebró al hablar. Kohberger fijó la mirada en el padrastro, y de vez en cuando echaba un vistazo a la galería, donde la gente escuchaba atentamente las desgarradoras descripciones de Mogens.

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Laramie describió a Mogens como "una niña fácil de criar".

"Este mundo era un lugar mejor con ella", dijo Laramie. Describió cómo alegraba las reuniones familiares, las barbacoas y los picnics con su brillante personalidad.

"Karen y yo somos personas comunes, pero vivimos vidas extraordinarias porque teníamos a Maddie. Maddie fue secuestrada sin sentido y brutalmente en un repentino acto de maldad", dijo Laramie.

Juez dudó sobre capacidad de Kohberger de decir la verdad

El juez del caso, Steven Hippler, dijo sobre la decisión de Kohberger de no hablar en su audiencia, que "aunque pudiera forzarlo a hablar, lo cual legalmente no puedo, ¿cómo podríamos tener la certeza de que dirá la verdad?".

"¿Realmente creemos después de todo esto, que es capaz de decir la verdad o dar algo de sí mismo para ayudar a las familias de las mismas personas cuyas vidas él destruyó?", dijo Hippler, reseñado por CNN.

En cambio, cree que de alguna forma la verdad se sabrá "de forma interesada", apuntando a posibles tratos sobre libros o películas.

En su opinión, "llegó el momento para terminar con los 15 minutos de fama del señor Kohberger".

"Lo que ocurrió esa noche lo cambió todo"

En la audiencia hablaron dos jóvenes que compartían la vivienda con las víctimas y que sobrevivieron a la irrupción del ahora criminal convicto.

Dylan Mortensen, sobreviviente, dijo en su testimonio que “lo que ocurrió esa noche lo cambió todo”.

“Por su culpa, cuatro personas hermosas, genuinas y compasivas fueron arrebatadas de este mundo sin motivo alguno”, dijo.

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“Les arrebató la persona en la que se estaban convirtiendo y el futuro que iban a tener”, afirmó Mortensen. “Les arrebató cumpleaños, graduaciones, celebraciones y todos los recuerdos que se suponía que debían crear”.
Esta declaración marca las primeras declaraciones públicas de Mortensen desde los asesinatos.

Por su parte, Bethany Funke, otra de las compañeras de cuarto que vivían en la casa donde ocurrió el ataque, dijo en una declaración escrita, que fue leída por una amiga suya, dijo todavía sentir "mucho arrepentimiento y culpa por no saber qué había pasado y no haber llamado de inmediato, aunque entiendo que no habría cambiado nada, incluso si los paramédicos hubieran estado justo afuera de la puerta”.

“Ese fue el peor día de mi vida, y sé que siempre lo será”, dijo.

“Odié y todavía odio que se hayan ido, pero por alguna razón, sigo aquí y pude vivir. Sigo pensando en esto todos los días. ¿Por qué yo? ¿Por qué sobreviví yo y no ellos?”

Las evidencias que hundieron a Kohberger

Un hisopo lleno de ADN que fue sacado de la basura y un auto sin manchas fueron claves para hundir a Kohberger.

El fiscal principal encargado del caso para los cuatro estudiantes hace más de dos años presentó sus evidencias clave a principios de julio en una audiencia judicial en contra de Kohberger.

El resumen probatorio —citado por el fiscal principal Bill Thompson antes de que Kohberger presentara sus declaraciones— contó una historia dramática que incluyó el hisopo lleno de ADN sacado de la basura en plena noche y el coche en el que huyó tan limpio de pruebas que estaba "esencialmente desarmado por dentro".

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Estos detalles ofrecieron nuevas pruebas sobre cómo se desarrolló el crimen el 13 de noviembre de 2022 y cómo los investigadores finalmente resolvieron el caso utilizando imágenes de vigilancia, rastreo de teléfonos celulares y cotejo de ADN.

Sin embargo, la sinopsis deja en el aire preguntas clave que podrían haberse resuelto en el juicio, como el motivo de los apuñalamientos y por qué Kohberger eligió esa casa y a esas víctimas, todas aparentemente desconocidas para él.

El multihomicidio que sacudió a una tranquila comunidad de Idaho

La pequeña comunidad agrícola de Moscow, en el norte de Idaho, no había tenido un homicidio en aproximadamente cinco años cuando Kaylee Goncalves, Ethan Chapin, Xana Kernodle y Madison Mogen fueron encontrados muertos en una casa alquilada cerca del campus.

Kohberger, que ahora tiene 30 años, había comenzado un doctorado en justicia penal en la cercana Universidad Estatal de Washington, al otro lado de la frontera estatal de Moscow, Idaho, meses antes de los crímenes.

"El acusado ha estudiado delincuencia", dijo Thompson, mientras los familiares de las víctimas se secaban las lágrimas. "De hecho, realizó un trabajo detallado sobre el procesamiento de la escena del crimen cuando cursaba su doctorado, y poseía esos conocimientos".

Las evidencias que hundieron al asesino

El teléfono celular de Kohberger comenzó a conectarse con torres de telefonía celular en el área del crimen más de cuatro meses antes de los apuñalamientos, dijo Thompson, y sonó en esas torres 23 veces entre las 10 p.m. y las 4 a.m. en ese periodo de tiempo.

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Una recopilación de videos de vigilancia de vecinos y negocios también ubicó el vehículo de Kohberger (conocido por los investigadores debido a una parada de tráfico de rutina por parte de la policía en agosto) en el área.

La noche de los asesinatos, Kohberger se estacionó detrás de la casa y entró por una puerta corrediza a la cocina, ubicada en la parte trasera, poco después de las 4 a. m., dijo Thompson. Se trasladó al tercer piso, donde dormían Madison Mogen y Kaylee Goncalves.

Tras matarlos a ambos con un cuchillo, Kohberger dejó una funda de cuchillo junto al cuerpo de Mogen. Posteriormente se encontró sangre de ambas víctimas en la funda, junto con ADN de un hombre, lo que finalmente ayudó a los investigadores a identificar a Kohberger como el único sospechoso.

En el piso de abajo, otra estudiante seguía despierta. Xana Kernodle había hecho un pedido a través Door Dash poco antes, y cuando Kohberger se marchaba, se cruzó con ella y la mató con un cuchillo grande, dijo Thompson. Luego mató a su novio, Ethan Chapin, quien dormía en la habitación de Kernodle.

Kohberger dejó con vida a otras dos personas en la casa, incluida una compañera de habitación que se esperaba que testificara en el juicio que en algún momento antes de las 4:19 a.m. vio allí a un intruso con "cejas pobladas", vestido con ropa negra y un pasamontañas.

Aproximadamente cinco minutos después, el auto pudo ser visto en la cámara de vigilancia del vecino de al lado, alejándose tan rápido que "el auto casi pierde el control al tomar la curva", dijo Thompson.

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El elaborado intento del asesino para encubrir sus crímenes

Después de que Kohberger huyó de la escena, dijo Thompson, su encubrimiento fue elaborado.

Los fiscales creen que condujo por caminos secundarios hasta su apartamento en Pullman, Washington, para evitar las cámaras de vigilancia en las carreteras principales y no volvió a encender su teléfono celular hasta las 4:48 a.m. A las 5:26 a.m., estaba de regreso en Pullman, dijo Thompson.

Más tarde, Kohberger cambió la matrícula de su coche de Pensilvania a Washington State, algo importante para los investigadores que estaban revisando las imágenes de las cámaras de vigilancia porque la ley de Pensilvania no exige una matrícula delantera, lo que dificulta la identificación del vehículo.

Y cuando los investigadores finalmente lo atraparon, semanas después, su apartamento y su oficina en el cercano Pullman estaban impecables.

“Espartano sería una descripción amable. No había nada allí, no se encontró nada con valor probatorio”, dijo Thompson sobre el apartamento de Kohberger.

El coche también "había sido prácticamente desmontado por dentro", añadió. "Estaba impecable. El coche del acusado había sido limpiado meticulosamente por dentro".

El hisopo que terminó por inculpar al asesino

Los investigadores se habían centrado en Kohberger, pero necesitaban demostrar que era sospechoso.

Con el ADN de un único hombre misterioso en la funda del cuchillo, trabajaron con el FBI y el departamento de saneamiento local para recuperar en secreto basura de la casa de los padres de Kohberger en Pensilvania, buscando una coincidencia de ADN con su sospechoso.

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“Realizaron lo que se llama una recolección de basura durante las horas de la noche”, dijo Thompson, y “tomaron la basura que había sido colocada en la calle para su recolección” y la enviaron al laboratorio forense de Idaho.

La pila de basura arrojó oro para la investigación: un hisopo que contenía ADN identificado "como proveniente del padre de la persona cuyo ADN se encontró en la funda del cuchillo que fue encontrada junto al cuerpo de Madison Mogen en la cama", dijo.

Con eso, Kohberger fue arrestado en la casa de sus padres en Pensilvania, donde había ido durante las vacaciones, y finalmente fue extraditado a Idaho para ser procesado.

Los misterios que aún quedan del caso

Aunque la fiscalía detalló esa noche, persiste una pregunta clave: ¿Por qué Kohberger atacó esa casa y a esas víctimas? ¿Las conocía? ¿Y cuál fue su motivo?

“No tenemos evidencia de que el acusado haya tenido contacto directo con el 1122 o con residentes del 1122, pero podemos ubicar su teléfono en el área en esos momentos”, dijo Thompson, refiriéndose al número de la casa donde ocurrieron los asesinatos.

Es posible que algunas de esas pruebas hayan salido a la luz en el juicio y que aún estén contenidas en documentos relacionados con el caso, que el tribunal ha sellado hasta después de la audiencia de sentencia del 23 de julio. La orden de silencio impuesta a todos los abogados del caso también sigue vigente.

Esos documentos incluyen listas de testigos, una lista de pruebas, un análisis de la evidencia, solicitudes de descubrimiento adicional, presentaciones sobre factores atenuantes y varias mociones de defensa fallidas que buscaban introducir sospechosos alternativos, entre otras cosas.

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Con el caso resuelto, las familias siguen divididas sobre su resolución.

El acuerdo previo estipulaba que Kohberger se libraría de la ejecución a cambio de las cuatro cadenas perpetuas consecutivas. También renunció a su derecho a apelar e impugnar la sentencia. Las familias de Chapin y Mogen apoyan el acuerdo.

"Un camino de sanación"

“Ahora emprendemos un nuevo camino. Un camino de esperanza y sanación”, declaró la familia de Mogen en un comunicado.

La familia de Kaylee Goncalves denunció públicamente el acuerdo de culpabilidad antes de la audiencia del miércoles y su padre se negó a asistir al procedimiento.

La hermana de Goncalves, Aubrie Goncalves, de 18 años, dijo en una publicación de Facebook que "que Bryan Kohberger enfrente una cadena perpetua significa que aún podría hablar, formar relaciones y relacionarse con el mundo".

“Mientras tanto, nuestros seres queridos han sido silenciados para siempre”, escribió.

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