El Departamento de Educación de EEUU comenzó a transferir algunos de sus programas de subvenciones más importantes a otras agencias federales, a medida que la administración Trump acelera su plan para cerrarlo.
Estos son los nuevos pasos que está dando el gobierno de Trump para desmantelar el Departamento de Educación
El Departamento de Educación de EEUU está transfiriendo algunos de sus programas de subvenciones más importantes a otras agencias federales, a medida que la administración Trump acelera su plan para cerrarlo.

Los cambios anunciados el martes representan un gran paso adelante en el desmantelamiento de la institución por parte de la administración, que ha consistido principalmente en recortes de puestos de trabajo desde que el presidente Donald Trump pidiera su eliminación mediante una acción ejecutiva en marzo.
Seis nuevos acuerdos firmados por el Departamento de Educación transferirán efectivamente miles de millones de dólares en programas de subvenciones a otras agencias.
El más notable es el que pondrá al Departamento de Trabajo al frente de algunas de las mayores fuentes de financiación federal para las escuelas de primaria y secundaria, incluidos los fondos del Título I para las escuelas que atienden a comunidades de bajos ingresos.
Los opositores han instado a no llevar a cabo esta reorganización, alegando que podría perturbar los programas que apoyan a algunas de las poblaciones estudiantiles más vulnerables del país.
Los estados confían en los funcionarios del Departamento de Educación por su experiencia, que otras agencias podrían no tener, dijo a AP Angélica Infante-Green, jefa de educación K-12 de Rhode Island.
"La gente podría pensar que solo se trata de financiar y darles el dinero, pero no es así", dijo Infante-Green en una entrevista. "Se trata de cómo combinar algunos de los fondos para educar a un niño. Así que, si un niño está en educación especial, pero también es un estudiante multilingüe y vive en la pobreza, ¿cómo se utiliza eso para educar al niño de manera integral?".
Los préstamos estudiantiles y la aplicación de los derechos civiles permanecen en Educación por ahora
Los funcionarios del Departamento dijeron que los programas seguirán financiándose con los niveles establecidos por el Congreso.
No dijeron si los cambios supondrán más recortes de empleo en el Departamento, que se ha visto reducido por oleadas de despidos masivos y ofertas de jubilación voluntaria.
"La administración Trump está tomando medidas audaces para romper la burocracia federal en materia de educación y devolver la educación a los estados", dijo la secretaria de Educación, Linda McMahon, en un comunicado. "Reducir la burocracia en Washington es una parte esencial de nuestra misión final".
La medida mantiene la cartera de préstamos estudiantiles del Departamento de Educación, valorada en 1.6 billones de dólares, y su financiación para estudiantes con discapacidades, aunque McMahon ha sugerido que ambos aspectos serían mejor gestionados por otros departamentos federales. Tampoco se ve afectada la Oficina de Derechos Civiles del departamento, que trabaja con estudiantes y familias que denuncian casos de discriminación.
McMahon y su equipo han pasado meses negociando los acuerdos, que permiten al departamento reducir gran parte de su presencia sin necesidad de que el Congreso intervenga. Esto se está llevando a cabo mediante acuerdos formales que las agencias suelen celebrar entre sí cuando sus funciones se solapan.
El Departamento de Educación puso a prueba la idea en junio con un acuerdo que trasladó los programas de educación para adultos al Departamento de Trabajo.
Los nuevos acuerdos van un paso más allá y sientan las bases para otros más.
Los programas de subvenciones pasan a otros departamentos, como el del Interior y el de Estado
Según el nuevo plan, el Departamento de Trabajo supervisará casi todos los programas de subvenciones que ahora gestionan las oficinas del de Educación para la formación primaria, secundaria y superior. Junto con el programa Título I, de 18,000 millones de dólares, eso incluye fondos más modestos para la formación de profesores, la enseñanza del inglés y TRIO, un programa que ayuda a los estudiantes de bajos ingresos a obtener títulos universitarios.
De hecho, externalizará la Oficina de Educación Primaria y Secundaria y la Oficina de Educación Postsecundaria del departamento, dos de las unidades más grandes de la agencia.
Dos funciones importantes de la oficina de educación postsecundaria seguirán siendo competencia del departamento de Educación: la supervisión de la política de préstamos estudiantiles y la acreditación de las universidades para que puedan recibir la ayuda financiera federal destinada a los estudiantes.
Otro acuerdo pondrá al departamento de Salud y Servicios Humanos a cargo de un programa de subvenciones para padres que asisten a la universidad, junto con la gestión de la acreditación de facultades de medicina extranjeras.
El Departamento de Estado se hará cargo de los programas de idiomas extranjeros. El del Interior supervisará los programas de educación para los nativos americanos.
Un sindicato que representa a los trabajadores del Departamento afirmó que los estudiantes, los educadores y las familias dependen del apoyo de la agencia para las escuelas.
"Esa misión nacional se ve debilitada cuando sus funciones básicas se dispersan entre otras agencias federales o estatales que no están equipadas ni posicionadas para proporcionar el mismo apoyo y servicios que el personal del Departamento de Educación", afirmó Rachel Gittleman, presidenta de la AFGE Local 252.
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