La Patrulla Fronteriza vigila a conductores en EEUU y detiene a quienes presentan patrones de viaje “sospechosos”: investigación de AP

Antes centrada en las fronteras del país, la Patrulla Fronteriza ha construido un sistema de vigilancia que se adentra en el interior del territorio y puede monitorear acciones diarias y conexiones de personas comunes en busca de anomalías, en lugar de limitarse a objetivos concretos.

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Byron TAU y Garance BURKE - Associated Press
Video La Patrulla Fronteriza monitorea en secreto a millones de estadounidenses mediante cámaras ocultas y algoritmos

La Patrulla Fronteriza vigila a millones de conductores en todo el país mediante un programa secreto diseñado para identificar y detener a personas cuyos patrones de viaje considera sospechosos, según reveló la agencia AP.

El programa de inteligencia predictiva ha provocado que personas sean detenidas, registradas y, en algunos casos, arrestadas. Una red de cámaras escanea y registra matrículas, y un algoritmo marca vehículos sospechosos según su origen, destino y la ruta tomada. Los agentes federales pueden entonces alertar a la policía local.

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De repente, los conductores se encuentran detenidos, a menudo por supuestas infracciones como exceso de velocidad, no usar la luz intermitente, llevar un tintado de ventanas inadecuado o incluso un ambientador colgando del retrovisor. Son sometidos a interrogatorios y registros agresivos, sin imaginar que las carreteras que tomaron los pusieron en la mira de las autoridades.

Antes centrada en las fronteras del país, la Patrulla Fronteriza ha construido un sistema de vigilancia que se adentra en el interior del territorio y puede monitorear acciones diarias y conexiones de personas comunes en busca de anomalías, en lugar de limitarse a objetivos concretos.

Nacido hace una década para combatir actividades ilegales vinculadas a la frontera y el tráfico de drogas y personas, el programa se ha expandido en los últimos cinco años.

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La Patrulla Fronteriza se ha vuelto aún más poderosa al colaborar con otras agencias, tomando información de lectores de matrículas gestionados por la DEA, empresas privadas y, cada vez más, programas policiales locales financiados con fondos federales. Documentos muestran que agencias policiales de Texas han pedido a la Patrulla Fronteriza usar reconocimiento facial para identificar a conductores.

Este papel activo más allá de la frontera forma parte de la silenciosa transformación de su agencia matriz, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, en algo más parecido a un organismo de inteligencia interior. Bajo el impulso de la administración Trump en materia migratoria, CBP está a punto de recibir más de 2,700 millones de dólares para ampliar sistemas de vigilancia como el programa de lectores de matrículas, integrando inteligencia artificial y otras tecnologías.

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El resultado: una red de vigilancia masiva centrada, muy a lo estadounidense, en los carros.

La investigación de la agencia AP sobre el programa de CBP en las carreteras

Esta investigación, la primera en revelar detalles de cómo funciona el programa en las carreteras del país, se basa en entrevistas con ocho exfuncionarios con conocimiento directo del programa (hablando bajo anonimato), así como decenas de funcionarios federales, estatales y locales, abogados y expertos en privacidad.

AP también revisó miles de páginas de documentos judiciales y gubernamentales, datos policiales y de subvenciones estatales, y reportes de arrestos.

Durante años, la Patrulla Fronteriza ha ocultado detalles de su programa de lectores de matrículas, evitando que aparecieran en documentos judiciales o informes policiales, según exfuncionarios. En ocasiones incluso propuso retirar cargos para no revelar dónde están ubicadas o cómo se usan las cámaras ocultas, que a menudo están disfrazadas en carreteras como si fueran barriles o equipo vial.

La Patrulla Fronteriza ha definido sus propios criterios para determinar qué comportamientos de los conductores deben considerarse sospechosos o vinculados al tráfico de drogas o personas, deteniendo a gente por circular por carreteras secundarias, alquilar un coche o hacer viajes cortos a la frontera. La red de cámaras se extiende por Texas, Arizona y California, y también vigila a conductores cerca de la frontera con Canadá.

Y llega muy al interior del país, afectando a residentes de grandes áreas metropolitanas y personas que viajan desde o hacia ciudades como Chicago y Detroit, y desde Los Ángeles, San Antonio o Houston hacia la región fronteriza con México. AP encontró, por ejemplo, cuatro cámaras en Phoenix, una a más de 120 millas de la frontera con México, fuera de la jurisdicción habitual de 100 millas desde un límite terrestre o marítimo. La AP también identificó cámaras en Detroit y otra cerca de la frontera Michigan-Indiana para captar tráfico hacia Chicago o Gary, Indiana.


CBP asegura que usa los lectores de matrículas para detectar amenazas y desmantelar redes criminales, y que están “gobernados por estrictas políticas con múltiples niveles de supervisión y leyes federales” que garantizan un uso responsable con fines de seguridad bien definidos.

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Por “motivos de seguridad nacional” no detalla sus aplicaciones operativas. Aunque la Patrulla Fronteriza suele operar dentro de 100 millas de la frontera, la agencia subraya que tiene permitido actuar “en cualquier lugar de Estados Unidos”.

El cuestionamiento sobre la constitucionalidad de las redes masivas de vigilancia

a gran escala

Aunque la recopilación de matrículas en vías públicas ha sido aceptada por los tribunales, algunos expertos legales sostienen que la ampliación de redes digitales masivas como esta plantea interrogantes constitucionales.

Los tribunales empiezan a reconocer que “una tecnología de vigilancia a gran escala que captura a todos, en todas partes y todo el tiempo” podría ser inconstitucional bajo la Cuarta Enmienda, que protege contra registros irrazonables, señaló Andrew Ferguson, profesor de Derecho en la Universidad George Washington.

Hoy, la vigilancia predictiva está afianzada en las carreteras del país. Las técnicas de vigilancia masiva también se utilizan en otros países, desde gobiernos autoritarios como China hasta democracias como Reino Unido o Europa en nombre de la seguridad pública.

“Están recopilando cantidades masivas de información sobre quiénes son las personas, adónde van, qué hacen y con quién se relacionan… es una red de vigilancia indiscriminada sobre estadounidenses en las calles, en las autopistas, en sus ciudades y comunidades”, dijo Nicole Ozer, directora ejecutiva del Center for Constitutional Democracy de la UC Law San Francisco. “Estos sistemas no hacen más seguras a las comunidades", agregó.

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Casos de detenciones sin evidencias por vigilancia de patrones de viaje

En febrero, Lorenzo Gutiérrez Lugo, conductor de una pequeña empresa de mudanzas que transporta muebles, ropa y pertenencias a familias en México, viajaba hacia Brownsville, Texas, con encargos de comunidades migrantes de Carolina del Sur.

Gutiérrez Lugo fue detenido por un policía local en Kingsville, una pequeña ciudad texana cerca de Corpus Christi situada a unas 100 millas de la frontera con México. El agente, Richard Beltrán, citó como motivo del alto que el camión viajaba a 50 millas por hora en una zona de 45 millas por hora.

Pero el exceso de velocidad era un pretexto: la Patrulla Fronteriza había solicitado la detención y dijo que la camioneta Dodge negra con un remolque blanco podía contener contrabando, según registros policiales y judiciales. La Ruta 77 de Estados Unidos atraviesa Kingsville, una vía que autoridades estatales y federales vigilan por tráfico de drogas, dinero y personas.

Gutiérrez Lugo, quien a través de su abogado dijo que no quería hacer comentarios, fue interrogado sobre la ruta que había tomado, basándose en datos de lectores de matrículas, de acuerdo con el informe policial y los expedientes judiciales. Permitió que Beltrán registrara su vehículo, junto a agentes de la Patrulla Fronteriza que llegaron para ayudar.

No encontraron contrabando. Pero Beltrán arrestó a Gutiérrez Lugo bajo sospecha de lavado de dinero y actividad criminal organizada porque llevaba miles de dólares en efectivo, dinero que su supervisor dijo que provenía directamente de clientes en comunidades latinas locales, acostumbrados a pagar en efectivo. No se presentaron cargos y la fiscalía terminó retirando el intento de incautar el dinero, el vehículo y el remolque como contrabando.

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Luis Barrios, dueño de la empresa de transporte Paquetería El Güero, que empleaba al conductor, dijo a la AP que contrata a personas con permiso de trabajo en Estados Unidos y que se sorprendió por el trato que recibió su empleado y su remolque.

"Hicimos todo bien y no teníamos nada que esconder, y eso fue precisamente lo que descubrieron", dijo Barrios, quien calcula haber gastado 20,000 dólares en honorarios legales para limpiar el nombre de su conductor y recuperar el remolque del depósito.

Los agentes de la Patrulla Fronteriza y la policía local tienen varios nombres para este tipo de detenciones: 'whisper', 'intel' o 'wall stops'. Estas paradas buscan ocultar, o “levantar un muro” sobre el verdadero origen de la alerta: un aviso de agentes federales a millas de distancia, observando flujos de datos que muestran quién conduce por las carreteras estadounidenses y prediciendo quién es "sospechoso", según documentos y personas entrevistadas por AP.

En 2022, el carro de un hombre de Houston fue registrado de arriba a abajo por alguaciles de Texas en las afueras de San Antonio, que recibieron un aviso similar de la Patrulla Fronteriza sobre el conductor, Alek Schott.

Los agentes federales observaron que Schott había hecho un viaje nocturno de Houston a Carrizo Springs (Texas) y de regreso, según documentos judiciales. Sabían que se había hospedado en un hotel a unas 80 millas de la frontera con México, y que por la mañana se reunió allí con una compañera antes de ir juntos a una reunión de trabajo.

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A solicitud de la Patrulla Fronteriza, Schott fue detenido por alguaciles del condado Bexar. Lo retuvieron al borde de la carretera durante más de una hora, registraron su coche y no hallaron nada.

Alek Schott junto a un lector de matrículas de Flock Safety en su barrio de Houston.
Alek Schott junto a un lector de matrículas de Flock Safety en su barrio de Houston.
Imagen David Goldman/AP


"Lo bonito del Código de Tráfico de Texas es que hay miles de motivos para detener un vehículo", dijo Joel Babb, el alguacil que detuvo el coche de Schott, en una declaración jurada en la demanda que este presentó por violaciones de sus derechos constitucionales.

Según la declaración y documentos divulgados como parte de la demanda, Babb estaba en un chat grupal con agentes federales llamado 'Northwest Highway'. Babb borró el chat de WhatsApp de su teléfono, pero los abogados de Schott lograron recuperar algunos mensajes.

Mediante una solicitud de registros públicos, AP obtuvo más de 70 páginas de los chats del grupo 'Northwest Highway' de junio y julio de este año de un condado texano en el que al menos un alguacil participaba en el grupo. AP logró asociar varios números de teléfono con agentes de la Patrulla Fronteriza y funcionarios policiales de Texas.

Los registros muestran a agentes de la Patrulla Fronteriza y alguaciles texanos intercambiando pistas sobre los patrones de viaje de vehículos, basándose en sospechas tan débiles como alguien que hace un viaje rápido a la región fronteriza y vuelve. Los chats revelan cuán minuciosamente se vigilan las carreteras de Texas gracias a esta alianza federal-local y cuánta información detallada se comparte de manera informal.

En un intercambio, un funcionario policial incluyó la foto de una licencia de conducir y dijo al grupo que la persona, a la que identificó usando una abreviatura para alguien en el país ilegalmente, se dirigía hacia el oeste. "¿Necesitan a BP?" (siglas de Border Patrol), respondió un miembro del grupo con un número etiquetado como 'bp Intel'. "Sí, señor", contestó el funcionario, y un agente de la Patrulla Fronteriza fue enviado al lugar.

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Agentes de la Patrulla Fronteriza y policías locales compartieron información sobre perfiles de redes sociales y direcciones de domicilio de ciudadanos estadounidenses después de detenerlos en la carretera. Los chats muestran que la Patrulla Fronteriza también podía determinar si un vehículo era de alquiler y si el conductor trabajaba para un servicio de transporte compartido.

En el caso de Schott, Babb declaró que los agentes federales "realmente observan patrones de viaje en la autopista" mediante escáneres de matrículas y otras tecnologías de vigilancia. "Solo sé que tienen muchos juguetes del lado federal", añadió.

Después de no encontrar nada en el coche de Schott, Babb dijo: "Nueve de cada 10 veces, esto es lo que pasa", una frase que, según los abogados de Schott, muestra que la policía del condado no encuentra nada sospechoso en la mayoría de sus registros.

Babb no respondió a varias solicitudes de comentarios de AP. La oficina del alguacil del condado de Bexar también declinó comentar debido al litigio pendiente y derivó todas las preguntas sobre el caso Schott a la fiscalía del condado, que tampoco respondió.

El caso está pendiente en un tribunal federal de Texas. Schott dijo en una entrevista con AP: "No sabía que era ilegal conducir en Texas".

Vigilancia de la CBP: recopila matrículas y "patrones de vida"

Hoy, los desiertos, bosques y montañas de las fronteras terrestres del país están salpicados de puestos de control y, cada vez más, de torres de vigilancia, drones Predator, cámaras térmicas y lectores de matrículas, tanto encubiertos como visibles.

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La agencia matriz de la Patrulla Fronteriza obtuvo autorización para gestionar un programa interno de lectores de matrículas en 2017, según un documento de políticas del Departamento de Seguridad Nacional. En ese momento, la agencia dijo que podría usar lectores ocultos "por un período determinado mientras la CBP lleva a cabo una investigación en un área de interés o una ruta de contrabando. Una vez que la investigación se complete, o cese la actividad ilícita en esa área, las cámaras encubiertas se retiran", indica el documento.

Pero no es así como ha funcionado el programa en la práctica, según entrevistas, informes policiales y documentos judiciales. Los lectores de matrículas se han convertido en un elemento importante, y en algunos lugares permanente, de la región fronteriza.

En una solicitud de presupuesto al Congreso para el año fiscal 2024, la CBP dijo que su Sistema de Monitoreo de Transporte y Reconocimiento Predictivo (CMPRS, por sus siglas en inglés) "recopila imágenes de matrículas y compara las imágenes procesadas con listas de vigilancia establecidas para ayudar a identificar patrones de viaje indicativos de actividades ilegales relacionadas con la frontera".

En los últimos meses, se han publicado numerosos puestos para desarrolladores que ayuden a modernizar el sistema de vigilancia de matrículas. Varios sectores de la Patrulla Fronteriza tienen ahora unidades especiales de inteligencia que pueden analizar datos de lectores de matrículas y conectar lectores comerciales a la red nacional de la agencia, según documentos y entrevistas.

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Hace unos 10 años, la Patrulla Fronteriza trabajó con otras fuerzas del orden en el sur de California para desarrollar reconocimiento de patrones, dijo un exfuncionario de la CBP bajo condición de anonimato por miedo a represalias. Con el tiempo, la agencia aprendió a establecer lo que llama "patrones de vida" de los movimientos de los vehículos revisando datos de matrículas y determinando rutas 'anormales', evaluando si los conductores evitaban deliberadamente puestos de control oficiales. Algunas cámaras pueden tomar fotos de la matrícula y también del rostro del conductor, dijo el funcionario.

Otro exfuncionario de la Patrulla Fronteriza comparó este sistema con una versión tecnológicamente más sofisticada de lo que los agentes solían hacer sobre el terreno: desarrollar corazonadas basadas en la experiencia sobre qué vehículos o rutas podrían usar los contrabandistas, hallar una base legal para detenerlos, como exceso de velocidad, e interrogar a los conductores.

Las cámaras toman fotografías de las matrículas. Después, el sistema "lee" las imágenes, detecta automáticamente los números y letras, y los vincula a una ubicación geográfica, explicaron exfuncionarios de la CBP. AP no pudo determinar con precisión cómo define el algoritmo un giro rápido o una ruta inusual. Con el tiempo, la agencia ha acumulado bases de datos repletas de imágenes de matrículas, y el algoritmo puede señalar un "patrón de vida" inusual para que un humano lo revise.

La Patrulla Fronteriza también tiene acceso a una red nacional de lectores operados por la DEA, según documentos, y en 2020 fue autorizada a acceder a sistemas de lectores vendidos por empresas privadas. En documentos obtenidos por AP, un funcionario de la Patrulla Fronteriza presumió de poder ver que un vehículo había viajado a "Dallas, Little Rock (Arkansas) y Atlanta" antes de acabar al sur de San Antonio.

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La CBP ha tenido acceso

a datos de al menos tres proveedores privados

Los documentos muestran que la Patrulla Fronteriza o la CBP han tenido acceso en el pasado a datos de al menos tres proveedores privados: Rekor, Vigilant Solutions y Flock Safety.

Solo mediante Flock, la Patrulla Fronteriza tuvo durante un tiempo acceso a al menos 1,600 lectores en 22 estados, y algunos condados informaron que consultaban matrículas en nombre de la CBP incluso en estados como California e Illinois, que prohíben compartir datos con autoridades federales de inmigración, según un análisis de AP de divulgaciones policiales.

Un portavoz de Flock dijo a AP que la empresa "por ahora" había pausado sus programas piloto con CBP y con otra agencia del DHS, Investigaciones de Seguridad Nacional, y declinó comentar el tipo o volumen de datos compartidos, más allá de decir que las agencias pueden buscar vehículos relacionados con un delito.

Ninguna agencia lista actualmente a la Patrulla Fronteriza como receptora de datos de Flock. Vigilant y Rekor no respondieron a solicitudes de comentarios.

¿Dónde están las cámaras de la Patrulla Fronteriza?

La ubicación exacta de las cámaras de la Patrulla Fronteriza es un secreto muy protegido. Sin embargo, a través de solicitudes de registros públicos, AP obtuvo decenas de permisos que la agencia solicitó en Arizona y Michigan para instalar cámaras en terrenos estatales.

Los permisos muestran que la agencia disfraza con frecuencia sus cámaras ocultándolas en equipo de tráfico como barriles amarillos y naranjas habituales en las carreteras estadounidenses, o etiquetándolas como equipo de obra. En octubre, un fotógrafo de AP visitó las ubicaciones identificadas en más de dos docenas de solicitudes en Arizona y descubrió que la mayoría del equipo encubierto sigue instalado.

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Portavoces de los departamentos de transporte de Arizona y Michigan dijeron que aprueban los permisos basándose en si cumplen las normas estatales y federales, y que no tienen acceso a los detalles del uso de los lectores.

Texas, California y otros estados fronterizos no proporcionaron documentos en respuesta a las solicitudes de registros de AP.

Los abogados y personal de la CBP instruyeron a ciudades y condados de Arizona y Texas a retener registros solicitados por AP que podrían haber revelado detalles sobre la operación del programa, incluso cuando fueron solicitados bajo leyes estatales de acceso público, según correos electrónicos y escritos legales presentados a los gobiernos estatales.

Por ejemplo, la CBP afirmó que los registros pedidos por AP en Texas "permitirían a ciudadanos privados anticipar debilidades en un departamento policial, evitar la detección, poner en riesgo la seguridad de los agentes y, en general, socavar los esfuerzos policiales".

Un lector de matrículas utilizado por la Patrulla Fronteriza oculto dentro de un cono de tráfico captura a los vehículos que pasan por la autopista AZ 85, en Gila Bend, Arizona, el martes 21 de octubre de 2025.
Un lector de matrículas utilizado por la Patrulla Fronteriza oculto dentro de un cono de tráfico captura a los vehículos que pasan por la autopista AZ 85, en Gila Bend, Arizona, el martes 21 de octubre de 2025.
Imagen Ross D. Franklin/AP


Michigan censuró las ubicaciones exactas del equipo de la Patrulla Fronteriza, pero AP pudo determinar localizaciones generales a partir del nombre del condado.

Una página de los chats grupales obtenidos por AP muestra que un participante activó la función de mensajes temporales de WhatsApp para que las comunicaciones se borraran automáticamente.

¿Cómo la CBP se ha transformado en una agencia de inteligencia?

El programa de lectores de matrículas de la Patrulla Fronteriza es solo una parte de la transformación gradual de su agencia matriz, la CBP, desde los atentados del 11 de septiembre en una gran operación de inteligencia cuya influencia se extiende mucho más allá de las fronteras, según entrevistas con exfuncionarios.

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La CBP ha acumulado silenciosamente acceso a mucha más información de puntos de entrada, aeropuertos y centros de inteligencia que otras agencias policiales locales, estatales y federales. Y al igual que una agencia de espionaje interior, la CBP ha ocultado en gran medida su papel en la difusión de inteligencia sobre viajes internos mediante las llamadas whisper stops (paradas susurro).

La Patrulla Fronteriza también ha ampliado el alcance de su programa de vigilancia de matrículas pagando a fuerzas del orden locales para operar lectores en su nombre.


Un programa de subvenciones federales llamado 'Operation Stonegarden', que existe desde hace casi dos décadas, ha entregado cientos de millones de dólares para comprar lectores automáticos de matrículas, drones con cámara y otros equipos de vigilancia para policías locales y sheriffs. Los fondos de Stonegarden también pagan horas extra de las fuerzas del orden locales, lo que permite que los agentes locales trabajen en prioridades de control fronterizo.

Bajo el gobierno de Trump, el Congreso controlado por los republicanos asignó este año 450 millones de dólares para Stonegarden a repartir en los próximos cuatro años fiscales. En los cuatro años fiscales previos, el programa entregó 342 millones.

En el condado de Cochise (Arizona), el sheriff Mark Dannels dijo que las subvenciones de Stonegarden, usadas para comprar lectores y pagar horas extra, han permitido que sus agentes unan su misión a la de la Patrulla Fronteriza para priorizar la seguridad fronteriza.

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"Si compartimos nuestras autoridades, podemos poner consecuencias detrás, o disuasión detrás del ‘No vengas aquí’", dijo.

En 2021, el sheriff del condado de Ward (Texas) pidió financiación del DHS para comprar un "lector de matrículas móvil y encubierto" para enviar datos a la Unidad de Inteligencia del Sector Big Bend de la Patrulla Fronteriza. El departamento del sheriff no respondió a la solicitud de comentarios.

Otros documentos obtenidos por AP muestran que la Patrulla Fronteriza conecta lectores de matrículas locales, comprados con subvenciones de Stonegarden, a sus sistemas informáticos, ampliando enormemente la red federal de vigilancia.

Se desconoce cuántas personas han sido atrapadas en la red de la Patrulla Fronteriza. Un exagente que trabajó en el programa de detección de patrones en California dijo que el programa tenía una tasa de éxito del 85% al descubrir contrabando una vez que aprendió a identificar patrones sospechosos. Pero otro exfuncionario de un sector distinto afirmó no conocer intervenciones exitosas basadas exclusivamente en patrones de matrículas.

En el segundo mandato de Trump, la Patrulla Fronteriza ha ampliado su alcance y poder a medida que los cruces fronterizos han caído a mínimos históricos, liberando agentes para operaciones en el interior del país.

Gregory Bovino, jefe de sector de la Patrulla Fronteriza, por ejemplo, fue designado para dirigir a cientos de agentes de múltiples agencias del DHS en redadas de inmigración en Los Ángeles, a más de 150 millas de su oficina en El Centro (California). Bovino después fue ascendido para liderar la ofensiva migratoria en Chicago. Numerosos funcionarios de la Patrulla Fronteriza también han sido designados para reemplazar a líderes de ICE. El resultado ha sido más encuentros entre la agencia y el público general que nunca antes.

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"Tomamos el caso de Alek porque era un ejemplo claro de una detención de tráfico inconstitucional", dijo Christie Hebert, del Instituto para la Justicia (un bufete de interés público) y abogada de Schott. "Lo que encontramos era algo mucho mayor: un sistema de vigilancia masiva que amenaza la libertad de movimiento de las personas".

AP encontró numerosos ejemplos similares a los de Schott y el conductor de paquetería al revisar expedientes judiciales en comunidades fronterizas y a lo largo de rutas conocidas de contrabando en Texas y California. Varios informes policiales y documentos judiciales citados por AP mencionan "patrones de viaje sospechosos" o avisos vagos de la Patrulla Fronteriza u otras agencias policiales no identificadas. En otro documento judicial federal presentado en California, un agente reconoció haber "realizado análisis dirigidos a vehículos que muestran patrones de viaje sospechosos" como motivo para seleccionar un Nissan Altima que circulaba cerca de San Diego.

En los casos revisados por la AP, l as fuerzas del orden locales a veces intentaban ocultar el papel de la Patrulla Fronteriza en el suministro de información. Babb, el agente que detuvo a Schott, declaró que suele usar la expresión “posterior a información previa” en sus informes para referirse a estos whisper stops: así reconoce que la pista vino de otra agencia sin revelar demasiado en los documentos donde deja constancia de sus encuentros con conductores.

Cuando paran un vehículo considerado sospechoso, los agentes suelen interrogar de forma agresiva a los conductores sobre sus viajes, sus pertenencias, sus trabajos, cómo conocen a los pasajeros y mucho más, según muestran los registros policiales y las grabaciones de cámaras corporales obtenidas por la AP. Un agente de Texas llegó a exigirle a un hombre detalles sobre dónde había conocido a su actual pareja sexual. Con frecuencia, conductores como el empleado de la empresa de mudanzas de Carolina del Sur acababan arrestados bajo sospecha de blanqueo de dinero simplemente por llevar unos pocos miles de dólares en efectivo, sin ningún vínculo aparente con actividades ilegales. Los fiscales presentaban demandas para intentar incautar dinero o vehículos bajo la sospecha de que estaban relacionados con el tráfico ilícito.

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Schott advierte que, por cada caso exitoso que presume la Patrulla Fronteriza, hay muchos más ciudadanos inocentes que ni siquiera saben que han quedado atrapados dentro de un sistema de control impulsado por la tecnología.

“Supongo que por cada persona como yo que decide plantarse, hay mil que no tienen los medios ni el tiempo, o simplemente se van frustradas y enfadadas. No tienen cómo seguir adelante ni exigir responsabilidades”, dijo Schott. “Creo que hay miles de personas recibiendo este trato".

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