Interés Humano
Team Caroline Sin Límites subió al árbol solitario
Con su lema de vida, "sin límites", la familia Irrizary Velázquez se ha dado a la tarea de brindarle una vida plena a su hija Caroline, una joven de 25 años que padece de perlesía cerebral.
La familia Irrizary Velázquez nunca han sentido impedimento alguno para poder hacer todo lo que se proponen, disfrutar la vida, hacer tríalos y disfrutar de las bellezas de Puerto Rico.
Suministradas/ Team Caroline SinLímites
Santiago Irrizary, padre de Caroline, asegura que desde que se enteraron de la condición de su hija, nunca dudaron en entregarse en curepo y alma a ella. Todo con el propósito de darle una vida plena y sin límites.
Suministradas/ Team Caroline SinLímites
La familia se describe a sí misma como una muy deportiva. Se han dedicado, por los pasados años a realizar tríalos y eventos deportivos en la isla. Santiago Andrés, tiene 14 años y le apasiona la natación.
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En los eventos de tríalo, Santiago Andrés es quien nada, pero no va solo.
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La familia creó un gancho especial para poder atar una balsa en la cual Caroline va acostada.
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Una vez culmina la primera parte de nado, Santiago padre recoge a su hija.
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Así corre hasta montarla en una silla de ruedas especial.
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Y comienza la segunda parte, la de bicicleta.
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Una vez Santiago padre culmina la parte de la bicicleta, la madre, Rebeca Velázquez, culmina el camino del tríalo corriendolo.
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De este modo, cada miembro de la familia cumple una parte escencial para culminar la travesía y Caroline forma parte esencial del reto.
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Para ellos poder hacer lo que les apasiona junto a una de sus mayores bendiciones es algo que no tiene precio.
Suministradas/ Team Caroline SinLímites
La historia de Caroline es una muy inspiradora al igual que la de la corredora Mayra Elias.
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Se trata de un árbol que deleita a todo el que transita por las autopistas PR 52 y la PR 1. Su ubicación a 1,898 pies sobre el nivel del mar lo hace tener una vista única que le roba el aliento a cualquiera.
Con esto en mente, Santiago, conocido como Chago, decidió que quería llevar a Caroline al árbol solitario y darle a su hija la experiencia de gozar del aire fresco en ese punto único en Puerto Rico.
@LeeNievesPhotography
La tarea no fue una fácil, pero gracias a un grupo de amistades que regó la voz, unas 70 personas se unieron al reto de llevar a Caroline, con todo y su silla de ruedas, al árbol solitario.
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La ruta puede tomar horas para llegar al punto más alto, pero esta vista es una que vale la pena.
Para subir a Caroline al árbol solitario, primero fueron en una guagua 4 X 4 hasta donde el camino lo permitió. Para lograr este acceso, Chago estuvo en contacto con el dueño de una de las tres fincas que rodea al famoso árbol.
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El grupo iba sumamente preparado. Cada uno llevaba las provisiones que necesitaban, tenían la ropa adecuada y la silla en la que Caroline haría el trayecto estaba equipada. Ya el grupo había practicado cómo cargarla y por dónde harían el recorrido.
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Comenzaron amarrando las sogas que la sostendrían y el grupo se comenzó a poner en fila no sin antes hacer una oración.
Confiados en que conocían el camino y que contaban con un grupo de amigos que los apoyaría cada paso, empezaron a caminar monte arriba.
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La zona ya estaba marcada con cintas de color rojo y amarrillas que guiarían el camino de ida y de vuelta. Esto para prevenir extraviarse como ha pasado a muchas personas en las últimas semanas.
Una de las recomendaciones de las autoridades es no aventurarse por las áreas que colindan con la PR 52 ya que no hay estacionamiento disponible y la zona para subir no cuenta con marcas que ayuden a identificar la ruta.
Una vez listos, se acomodaron a cada lado de la soga y comenzaron a subir la montaña mientras halaban la silla de rueda en la que iba Caroline. Mientras, otro grupo se encargaba de darle estabilidad a la silla.
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“Yo conocía algunas de las personas, pero no a todas”, confesó Chago. “Sin embargo, el trabajo en equipo, en familia, fue impresionante”, sentenció.
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Desde que Caroline nació prematura con la condición de perlesía cerebral, Chago y su esposa se han dedicado en cuerpo y alma en hacerla parte de todo evento y actividad en la que participan. “Donde vamos nosotros está ella y donde está ella, estamos nosotros”, afirmó.
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El grupo tardó unas dos horas y media en poder subir. La ruta por lo general puede tomar una hora y media, dos horas dependiendo de la agilidad física de quien sube. Sin embargo, debido a que iban con Caroline en su silla de ruedas, tuvieron que ir despacio y tomando las debidas precauciones. Según contó Chago, la silla especializada pesa unas 50 libras y su hija pesa unas 110 libras.
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Según describen todos los que se han aventurado al árbol solitario, al llegar arriba la sensación es única. Chago ya había ido unas tres veces anteriormente, pero llegar con tanta gente y con su hija y familia fue inigualable. “Cuando llegué no pude contener las lágrimas. Me tiré al piso y solo dije lo hicimos”, recordó.
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Chago admira el paisaje junto a su hija a quien mira con mucha admiración. “Ella es mi regalo de vida”, afirmó.
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Chago posa para el lente de Lee Nieves quien logró captar este momento tan especial para él y su hija.
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Es una ruta difícil, la cual requiere mucha preparación, fuerza física y estar bien hidratado. Para este grupo de héroes, nada fue un límite y lograron subir a Caroline a disfrutar de las maravillosas vistas del famoso árbol solitario.
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Desde el árbol solitario se puede ver toda la autopista y la vista de las montañas de Puerto Rico.
La emoción entre los allí presentes es evidente. Besos y abrazos no faltaron.
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Chago pudo compartir el momento especial junto a su esposa y su hijo menor.
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"Es una experiencia que nunca voy a olvidar. Jamás se me pasará ese sentimiento de emoción de haber logrado subir y subirlo con mi hija.", dijo Chago.
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La emoción entre los allí presentes es evidente. Besos y abrazos no faltaron.
