Familia de joven abatido por policías en casa de Queens exigen justicia y cese de oficiales

Activistas y familiares de Win Rozario, joven abatido en una vivienda de Queens, se reunieron para exigir justicia y cuestionaron el actuar de los policías.

Video Familia de joven abatido por oficiales de NYPD en Queens cuestionan actuar de la policía

Activistas y familiares de Win Rozario, joven de 19 años que fue abatido en una vivienda de Ozone Park, en Queens, se reunieron ayer para exigir justicia y cuestionaron a los policías que abatieron al joven que sufría una crisis de salud mental.

El pasado 27 de marzo, dos oficiales de la Policía de Nueva York, Saltvatore Alongi y Matthew Cianfrocco, acudieron a un llamado del 911 realizado desde un domicilio en Queens.

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Win Rozario llamó el mismo a los servicios de emergencia pues sufría una crisis de salud mental.

Los policías ingresaron al domicilio y lo intentaron contener con un taser y luego le dispararon quitándole la vida enfrente de su madre y su hermano menor.

La víctima sostenía unas tijeras al momento de los hechos como lo mostró el video de las cámaras corporales de la policía que también muestran como la madre del joven les pedía que no le dispararan.

La familia realizó un rally en City Hall donde acompañados de organizaciones aseguraron que la policía los trató como criminales y no les permitió reingresar a la casa tras los hechos.

“Después del homicidio de mi hermano, la policía nos trató a mi y a mi madre como si fuéramos criminales”, aseguró Utsho Rozario.

Los familiares solicitaron la baja de los oficiales involucrados y exigieron justicia al señalar que el joven no debió ser abatido y la situación se pudo resolver de forma distinta.

Alexa Avilés, concejal de la Ciudad, señaló que buscarán que sean expertos en salud mental quienes acudan a este tipo de llamados y no la policía.

“Su primer impulso es violencia, es disparar a un joven en vez de hablar, en vez de tener ese entrenamiento de cómo lidiar con una persona que está en crisis mental”, dijo.

Por separado, la policía de Nueva York informó que cooperan con la investigación de la fiscalía.

Además, aseguró que los dos oficiales involucrados fueron resignados.

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Añadieron que atienden más de 155,000 llamadas anuales por casos de crisis mental y menos del 1% terminan en el uso de la fuerza.

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