Conductores y repartidores de apps de Nueva York exigen más derechos

Los repartidores y conductores de apps de la ciudad de Nueva York se unieron el martes para exigir más protecciones, incluyendo mejores salarios, atención médica y el derecho a sindicalizarse.

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BOBBY CAINA CALVAN
Video ¿Qué deben saber los repartidores de la ciudad de Nueva York sobre las nuevas medidas que los protege?

NUEVA YORK - Los repartidores de comida de la ciudad de Nueva York, que acaban de obtener el derecho a la transparencia en las propinas y el uso de los baños de los restaurantes, se unieron el martes a los conductores de apps para exigir más protecciones, incluyendo mejores salarios, atención médica y el derecho a sindicalizarse.

Grupos que representan a unos 100,000 empleados de este tipo de aplicaciones anunciaron la formación de una nueva coalición, Justice for App Workers (Justicia para los trabajadores de apps), que impulsará nuevas medidas que, según dicen, "lograrán la dignidad" de los conductores y de la flota de repartidores de la ciudad.

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La gran mayoría de los trabajadores de apps en la ciudad de Nueva York son inmigrantes. No se dispone de estadísticas fiables sobre el número de estos trabajadores, pero se calcula que son decenas de miles, muchos de ellos atraídos al sector por la flexibilidad de los horarios, la necesidad de complementar los ingresos de sus trabajos principales o por necesidad, ya que no hay otras opciones.

La mayoría de los miembros de la coalición se encuentran en la ciudad de Nueva York, pero esta también representa a miembros de regiones aledañas. La coalición espera que su defensa se extienda a los movimientos de todo el país.

"Somos repartidores o conductores de Uber. Estamos moviendo la ciudad. ... Quieren buena comida y se la llevamos a la puerta", dijo Ranjit Geuli, miembro de la Asociación de Trabajadores de Reparto Unidos y conductor de Uber y Uber Eats durante cinco años.

"No tenemos protección. ... Nuestros trabajos no están asegurados", dijo Geuli, un inmigrante de Nepal, que pidió un sindicato en una manifestación cerca de la Alcaldía. "Si nos unimos todos, será una gran voz".

El sector de viajes compartidos (como Uber y Lyft) se vio muy afectado por la pandemia, pero sigue siendo una industria multimillonaria. Por otro lado, aplicaciones como DoorDash y UberEats han florecido a medida que muchos residentes evitaban los restaurantes en favor de la entrega a domicilio. El negocio del reparto de comida genera más de $150,000 millones en todo el mundo, según un análisis de la consultora McKinsey & Co.

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Estas cifras han irritado a los defensores de los trabajadores, que afirman que no están recibiendo la parte que les corresponde.

"Los trabajadores de las apps dirigen la ciudad de Nueva York. Sin los trabajadores de las apps, la ciudad de Nueva York estaría completamente paralizada", dijo Aeraj Kazi, un defensor de los conductores. "La justicia para los trabajadores de las apps consiste en poder enfrentarse por fin a estas poderosas figuras".

La coalición, que incluye el NYC Rideshare Club, United Delivery Workers Association y otros siete grupos, dijo que muchos de sus miembros luchan por pagar el alquiler, mantenerse al día con los pagos del coche y mantener a sus familias.

En un comunicado, la empresa de viajes compartidos Lyft dijo que estaba dispuesta a trabajar con sus conductores "para fortalecer los trabajos de apps, dando prioridad a los ingresos, la seguridad y la protección de la independencia y la flexibilidad que los conductores quieren."

Inmigrantes como Peng Fei Zhang, que debe mantener a una familia de cinco miembros, dicen que no tienen más remedio que aceptar trabajos de reparto porque su escaso dominio del inglés hace más difícil conseguir otros empleos.

El mes pasado entraron en vigor algunas nuevas protecciones en la ciudad de Nueva York, entre ellas el derecho a utilizar los baños de los restaurantes para los que reparten comida. Las empresas que los emplean también deben revelar las propinas de los clientes y deben decir a los trabajadores cuánto ganan diariamente.

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Hasta la nueva ley, los repartidores de comida estaban a merced de los propietarios de los restaurantes, que no siempre les concedían permiso para utilizar sus instalaciones. Algunos recurrían a llevar botellas en las que orinar, dijo Dachuan Nie, presidente de la Alianza Internacional de Repartidores de Comida a Domicilio, que sigue repartiendo comida para ganarse la vida.

La coalición dijo que está centrada en la defensa de unos salarios dignos, una mayor seguridad, una atención sanitaria de calidad, un acceso fiable a los baños, el derecho a formar un sindicato y protecciones contra el bloqueo injusto de su trabajo.