El pequeño, nacido en Alabama, pesó 14,8 onzas (420 gramos). Su madre entró en labor de parto a las 21 semanas y dio a luz a sus gemelos, de los cuales solo Curtis logró sobrevivir. Contra todo pronóstico, salió adelante y ahora fue certificado como el bebé más prematuro del mundo en sobrevivir. "Nació como un luchador".