Se acerca la invasión de drones a nuestras ciudades

¿Harán estos gadgets más segura y fácil nuestra vida urbana, o simplemente más rara?

2017 será un año importante para el uso y consumo de estos aparatos.
2017 será un año importante para el uso y consumo de estos aparatos.
Imagen iStock

Por Andrew Zaleski

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Buenas noticias, gente: ese granizado que deseas está ahora más cerca que nunca de caer sobre tus piernas, tirado por un robot volador. El pasado mes en Reno, Nevada, concluyó el primer experimento con drones que realizaban entregas de Slurpees. Aunque suene a ciencia ficción, 77 clientes de 7-Eleven en esta localidad habían pedido comida, bebidas, y medicamentos sin necesidad de receta, los cuales fueron exitosamente aerotransportados mediante un pequeño drone, según reportó Recode.

Esto representa un gran salto hacia adelante respecto del pasado diciembre, cuando la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) anunció un nuevo registro web para dueños de vehículos aéreos no tripulados, quienes, en caso de que sus artefactos voladores pesen 0.55 libras o más, tendrán que inscribirlos, al margen de si los harían volar por negocio o diversión. Más de 550,000 drones han sido registrados, según cálculos de la FAA que datan de septiembre. Y, desde agosto, cuando cobraron efecto las regulaciones estableciendo que los operadores de drones comerciales debían tener un certificado de piloto y una verificación de antecedentes por parte de la Administración de Seguridad en el Transporte, la FAA ha emitido casi 23,000 licencias.

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Cabe acotar que, en torno a estos dispositivos, el marco regulatorio está irónicamente en el aire. La FAA tiene autoridad “total y exclusiva” sobre el espacio aéreo nacional, y “ninguna ley estatal o local puede exonerar a un propietario u operador de drones de cumplir con los requerimientos asociados a la inscripción de su dispositivo”, recordó la agencia a legisladores locales el pasado diciembre. Pero en la implementación de sus regulaciones para operadores de drones comerciales este verano, la FAA dejó claro que algunas preocupaciones locales, “incluyendo la ocupación del suelo, las políticas urbanas, la privacidad, la violación de la propiedad, y otras prácticas vinculadas al mantenimiento del orden público”, no son usualmente objeto de la jurisdicción federal.

Esto abre una brecha de acción a los gobiernos locales y estatales. Ambos han estado aprobando leyes relativas a los drones desde 2013; pero en algunos casos esas regulaciones han constreñido la capacidad de las ciudades de tomar decisiones por sí mismas. Oregon, Maryland y Virginia han aprobado normativas especificando que “solo el estado puede promulgar leyes para prohibir, restringir, o regular pruebas o ejercicios con drones”, según refiere un informe de septiembre de la organización no gubernamental National Conference of State Legislatures.

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Por otra parte, la FAA predijo que 2.5 millones de drones serán vendidos en 2016. Lo que quiere decir que el espacio aéreo, nos guste o no, podría abrirse a muchos más aparatos multirrotores. “En el futuro cercano, nuestra ciudad tendrá, seguramente, un espacio aéreo más poblado y automatizado”, explicó la Liga Nacional de Ciudades en un informe sobre el tema. Ahora, ¿Qué puede sobrevenir con la nueva ‘era’ de los drones? A continuación, algunas pistas de cómo esta tecnología emergente pudiera reconfigurar la vida urbana en 2017 y más a futuro.

7 Eleven ya realizó entregas experimentales de comida y hasta granizados con drones.
7 Eleven ya realizó entregas experimentales de comida y hasta granizados con drones.
Imagen 7 Eleven

Donas que caen del cielo

Hace tres años, Jeff Bezos de Amazon propuso la idea de Amazon Prime Air. Este mes, la compañía realizó su primera entrega mediante un drone comercial a un cliente en un área rural de Inglaterra. El viaje tardó 13 minutos. En Estados Unidos, fue la nueva empresa Flirtey, enclavada en San Francisco, la que completó la primera entrega completamente autónoma el pasado mes de julio. Entonces aerotransportó un paquete de donas, Slurpees y otros artículos a un cliente en Reno. Por su parte, la prueba de 77 vuelos el pasado mes incluyó algunos que duraron un promedio de 10 minutos desde que fuera hecho el pedido. Las entregas fueran realizadas, en su totalidad, dentro del campo visual del piloto –sin permiso de la FAA, es ilegal que un drone vuele más allá del campo visual de alguien–, aunque los artefactos volaron por sí solos.

Un drone para entregas de correo que ya probó la empresa de correos de Alemania.
Un drone para entregas de correo que ya probó la empresa de correos de Alemania.
Imagen Andreas Rentz/Getty Images

Ojos de robot para la carretera

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Desde la última década, varios proyectos han sopesado cómo pequeños drones podrían vigilar o patrullar las carreteras y alertar al personal de emergencia de accidentes. Un estudio desarrollado por el Departamento de Transporte de Michigan y la Universidad de Western Michigan encontró que “un vehículo aéreo no tripulado pequeño podría ser la opción más efectiva para el monitoreo del tráfico en las autopistas urbanas”, aunque para la época no existía ningún drone, técnicamente hablando.

En cambio, en el municipio de Upper Uwchlan, Pennsylvania, a cerca de una hora de Filadelfia, un modelo de drone DJI con una cámara acoplada ha estado vigilando intersecciones desde 2015, según el jefe de policía John De Marco. “Hacemos patrones de tráfico de evaluación: cuántas personas giran a la derecha, a la izquierda”, sostiene. “Lo hemos empleado para analizar la infraestructura municipal. Cuando vamos a reformar una intersección, despegamos y la mapeamos usando drones”. El mayor beneficio, añade, es la capacidad para documentar las condiciones de la carretera desde el aire. “Fotografiamos un camino si es que va a haber construcción pesada y documentamos la condición de este antes y después. Estamos protegiendo el patrimonio de la localidad”.

Contactando al Dr. Drone

Después de sofocada la mayor parte del incendio que devoró el Almacén Ghost Ship en Oakland, a principios de este mes, los bomberos hicieron volar un drone equipado con una cámara que tomaba imágenes térmicas sobre los restos para escanear aquellas zonas que pudieran avivar nuevamente el fuego. Los servicios de bomberos que emplean drones ya son todo un sector en crecimiento: la oficina administrativa Menlo Park Fire Protection District de California, por ejemplo, planea tener tres drones a su disposición dentro de tres años para investigar peligrosos derrames químicos o edificaciones calcinadas.

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Pero, como Olga Khazan reportó en The Atlantic, los drones están siendo percibidos también como una herramienta en el terreno de la medicina, ya sea para responder a una emergencia o para transportar suministros básicos. Está el caso de Zipline, una nueva empresa ubicada en Silicon Valley, que transporta unidades de sangre hasta clínicas rurales en Ruanda. Por otro lado, una serie de pruebas en parajes remotos y en aeropuertos de Estados Unidos están también explorando nuevas posibilidades.

“Siempre nace una ansiedad en torno a la introducción de una nueva tecnología y la medicina es a menudo la forma de ponerlo todo sobre rieles”, sostiene el doctor Timothy Amukele, profesor asistente de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. En el pasado, él colaboró con Flirtey para efectuar tales pruebas, y su investigación muestra que los drones pueden llevar con seguridad unidades de sangres, incluyendo la suficiente para transfusiones en el caso de emergencias. “Existe, definitivamente, interés en hacer de los drones un componente verdadero de nuestro futuro”.


Alguien me está vigilando

Quizá la más acuciante de las preocupaciones legales vinculadas a los drones es una que va más allá del ámbito de la FAA: la privacidad. Desde 2013, 22 estados han aprobado legislaciones relativas a este tema, concernientes, por ejemplo, a aquellos casos en que el orden público necesita un permiso antes de usar un drone para operaciones de vigilancia o a cómo acorralar fisgones mirando frenéticamente sobre las casas.

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Mississippi estableció una ley que tipifica como delito grave, con una pena posible de cinco años de privación de libertad, el hecho de que cualquier vecino entrometido sea sorprendido furtivamente espiando gracias a un drone. Algunas ciudades, como Chicago, han explícitamente prohibido vuelos de drones “directamente por sobre” personas y propiedades privadas sin el debido consentimiento. Pero, como señala la Liga Nacional de Ciudades, las urbes no han actuado con la rapidez necesaria para efectuar consideraciones de privacidad respecto del uso de drones, por lo que este sigue siendo un tema tirante y peliagudo, particularmente cuando se trata de dueños de casas que les preocupe que haya drones planeando justo encima de sus cabezas.

No sólo la policía podría usar drones. Los manifestantes en lugares como Ferguson (en la foto) y Standing Rock ya los han aprovechado.
No sólo la policía podría usar drones. Los manifestantes en lugares como Ferguson (en la foto) y Standing Rock ya los han aprovechado.
Imagen Michael B. Thomas/AFP/Getty Images

¡Drones policías!

Quienes se encargan de hacer cumplir la ley, tanto a nivel local como estatal, han aprendido cuán útiles son estos ojos en el cielo en materia de vigilancia durante operaciones de búsqueda y captura, accidentes de vehículos, y grandes concurrencias, como la que tuvo lugar en South Padre Island, durante el pasado Spring Break.

Pero varias interrogantes surgen sobre las formas en que la policía implementará estos artefactos voladores: ¿Está la policía autorizada a disparar contra los drones? Pues bien, sépase que uno de estos fue acribillado en octubre por autoridades locales, durante las protestas contra el Dakota Access Pipeline, después de que el piloto de un helicóptero que patrullaba la protesta desde arriba declarara que el drone se le arrimaba de un ‘modo amenazante’, según reportó CBS News. Durante el verano, la legislatura del estado de Utah aprobó una ley autorizando a la policía a disparar contra drones después de que recurrentes apariciones sobre el fuego no controlado de Saddle Fire obligaron el aterrizaje de aviones contra incendios. Es discutible que al personal de orden público se le consienta el derribo de drones: es un crimen federal disparar contra cualquier tipo de aeronave y, después de la pasada primavera, la FAA esclareció la ley incluyendo a los drones.

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El otro gran problema es la vigilancia sin garantías desde el aire, algo que la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos deja claro en sus recomendaciones sobre el empleo de drones domésticos: los aviones no tripulados “deberían ser desplegados por las fuerzas del orden público solo si tienen un permiso”. La Asociación Internacional de Jefes de Policías parece estar de acuerdo, escribiendo en un documento de 2012 relativo al uso de drones que si “hay específicos y lógicos argumentos para creer que el drone recogerá evidencia de comportamientos criminales y si el drone se inmiscuirá en la privacidad de otros, la agencia tendrá que asegurar una orden de búsqueda antes” de cualquier vuelo. Hasta ahora, 18 estados han aprobado leyes solicitando a la policía obtener permiso previo al uso de un drone por motivos de vigilancia.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.